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- 27/01/2023 00:00
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En la publicación, 'Los bosques en el centro del desarrollo sostenible: Invertir en los bosques para alcanzar los objetivos climáticos y de biodiversidad', el Banco Europeo de Inversiones (BEI) señala que estos son ecosistemas dinámicos abiertos, que proporcionan hábitat natural a una extensa variedad de animales, plantas y otros organismos vivos, y que, como ecosistemas abiertos, generan el suficiente equilibrio para suplir las necesidades de los seres que se alojan dentro, logrando que se desarrollen de la manera más óptima.
Cuando se habla de su funcionamiento, el documento indica que los bosques integran el principio de circularidad, al proporcionar materiales y bienes de madera renovables y de gran valor comercial y regular ciclos, especialmente los ciclos del oxígeno, el nitrógeno, el carbono y el agua, por lo que desempeñan un papel vital en la conservación del suelo.
Aunado a esto, los bosques desempeñan un papel multifuncional indispensable en la protección del clima, el medio ambiente y la biodiversidad porque aportan servicios ecosistémicos al purificar el aire que respiramos, regular los caudales de los ríos, controlar las inundaciones, secuestrar y almacenar carbono, proteger el suelo frente a la erosión hídrica y eólica, servicios que dotan a los ecosistemas para ser resilientes a agentes exógenos, como el cambio climático.
Otro valor incalculable de los bosques es que protegen los medios de subsistencia que requieren las comunidades para abastecer a las poblaciones que se alojan en ellas, lo que contribuye al desarrollo sostenible de las economías tanto urbanas como rurales.
Al crear protección, se fomenta el desarrollo territorial integrado y la cohesión económica y social, lo que es vital para el bienestar de las comunidades, especialmente las rurales.
Los bosques no solo apoyan la economía sostenible de los países, sino que son articuladores entre el bienestar económico y la salud mental, dado que son espacios en los que se tiene el contacto con la naturaleza, lo que traslada al ser humano a una conexión con el bienestar emocional.
El Banco Mundial (BM), al igual que el BEI, enfatiza la importancia de los bosques en la economía y publica en su plataforma digital, bancomundial.org, que “los bienes derivados de los bosques constituyen una importante cosecha oculta para las zonas rurales, evitando que muchas personas se vean afectadas por la pobreza extrema”.
Esta plataforma comparte cifras y señala que, “alrededor de 350 millones de habitantes que viven en o cerca de zonas boscosas densas dependen de los bosques para subsistir y obtener ingresos”, porcentaje que desglosado explica que, cerca de 60 millones, especialmente las comunidades indígenas, dependen totalmente de los bosques para el equilibrio entre el bien ser y el bienestar. De allí, la relación simbiótica hombre-bosque en las áreas donde residan los pueblos originarios.
El BM ejemplifica cómo los bienes derivados del bosque son importantes, al reportar que por la pérdida de área boscosa en la Amazonia, en los primeros seis meses de 2022 se destruyeron 3.884 kilómetros cuadrados de bosque amazónico, una superficie más de dos veces mayor que Beijing, la cual solía absorber el 5% de las emisiones de carbono anuales.
Adicionalmente, el BEI explica que el papel multifuncional de los bosques se ve reforzado por la producción de materiales de madera renovables en la bioeconomía, es decir, la economía circular basada en los bosques, porque los materiales de madera renovable sustituyen a las alternativas fósiles, contribuyendo a la neutralidad climática y la sostenibilidad medioambiental.
Un dato importante, según cifras aportadas en el reporte del BEI, indica que los bosques cubren unos 4.000 millones de hectáreas, lo que representa el 30% de la superficie terrestre, y albergan cerca del 80% de la biodiversidad mundial; y de estos, los bosques primarios cubren unos 1.000 millones de hectáreas, de las cuales aproximadamente 700 millones de ellas pertenecen a bosques del mundo legalmente protegidos.
Un desglose por región indica que los trópicos albergan el 45% de las áreas boscosas del planeta, es decir, la mayor proporción de bosques del mundo se encuentra en áreas tropicales, y cerca del 90% de los bosques del mundo se regeneran de forma natural; y más del 50% de los bosques está cubierto por planes de gestión forestal o equivalentes.
Al estar protegidos, el BEI señala que la tasa mundial de pérdida forestal ha disminuido sustancialmente en las últimas décadas, debido a la reducción de la deforestación en algunos países y al aumento de la superficie forestal mediante la forestación y la expansión natural de los bosques, en otros.
Aun así, los bosques del planeta siguen amenazados por la deforestación y la degradación. El 40% de todos los conflictos se originan o se agravan debido a los recursos naturales, o se financian a través de estos.
En Panamá, el Ministerio de Ambiente (MiAmbiente) publicó en el documento 'Diagnóstico sobre la cobertura de bosques y otras tierras boscosas de Panamá', que el 65,4% del territorio nacional está comprendido en la categoría de “bosques y otras tierras boscosas”; que esta categoría contaba con 52.469,20 km2 al año 1992, 53.938,10 km2 al año 2000, 49.828,02 km2 al año 2012 y 49.257,90 km2 al año 2019; es decir los kilómetros cuadrados de bosque y otras tierras boscosas experimentó una pérdida de 3.211,30 km2 en casi 30 años.
Según el documento, el Estado panameño ha constituido 27 áreas protegidas en el territorio nacional, lo que ha contribuido a disminuir el proceso de pérdida de cobertura forestal a lo largo del país, e indica que la provincia de Bocas del Toro cuenta con el 5,2% de la cobertura forestal del país; la provincia de Chiriquí tiene el 3,3% de los bosques nacionales; la comarca Ngäbe Buglé el 7,3% de la cobertura nacional; la provincia de Veraguas el 7,7% de la cobertura nacional; la provincia de Coclé el 3,6%; la provincia de Colón el 4,8%, y la provincia de Panamá un 7,7% de la cobertura nacional. Las comarcas Guna Yala y Emberá Wounaán un 3% y 5,7% de la cobertura nacional, respectivamente.
La provincia que más áreas de bosque y otras tierras boscosas tiene es Darién con el 81% de la provincia cubierta por bosques, lo que aporta el 13,1% de la cobertura boscosa del país.
Dada la importancia de los bosques en el desarrollo sostenible de los países, la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO) enfatiza que los recursos forestales enfrentan una agresiva presión, por lo que se debe fortalecer el programa de mejoramiento genético con especies forestales nativas para garantizar la perpetuidad de muchas especies valiosas comerciales.
En el caso de Panamá, la FAO recomienda que se fortalezca el recurso humano de investigadores sobre especies forestales nativas para valorar todas aquellas de uso comercial, ecológico, y otros, para ampliar las alternativas de reforestación; y que los investigadores se integren a las instituciones interesadas en el campo de la investigación de las especies nativas forestales de Panamá, como ministerios y universidades.
El mayor desafío para la sostenibilidad de los bosques en Panamá es educar a las generaciones actuales y futuras sobre el valor ecosistémico de los bosques.