El águila Harpía, un patrimonio que estamos obligados a cuidar

Actualizado
  • 14/04/2019 02:09
Creado
  • 14/04/2019 02:09
Una exhibición del águila ‘Panamá' engalana el festival de las harpías. Un proyecto de monitoreo en la provincia de Darién está al rescate del águila harpía y crestada. Cazadores furtivos atentan contra la vida de las aves

Hoy, el águila Harpía ‘Panamá' hará gala de su majestuosidad y destreza en el Parque Municipal Summit. Como parte de las actividades que se realizan todos los años en el mes de abril para promover la conservación del águila, se le coloca comida para que sobrevuele su recinto ante la mirada atónita de los visitantes. El espectáculo es fascinante para amantes de la naturaleza, niños y adultos que tienen la oportunidad de observarlo.

Cada 10 de abril se celebra el día del águila Harpía, declarada ‘Ave Nacional de la República de Panamá', según Ley 18 del 10 de abril de 2002. Para celebrarlo. el Patronato Amigos del Águila Harpía organizó un festival donde los asistentes pueden disfrutar desde las 9 de la mañana hasta las 4 de la tarde de múltiples actividades como tarima artística, giras guiadas y juegos inflables, además, de la esperada exhibición del Águila Harpía Panamá. El costo de la entrada general es de $2, para jubilados y estudiantes (con carné) $1, y los menores de 6 años entran gratis.

‘Panamá' nació en el 2009 en el Zoológico de Miami, es el primer águila que nace en cautiverio en Estados Unidos, fue atendida por sus padres: dos águilas adultas y llegó al país el 15 de junio de 2013. Desde su traslado habita en el recinto del ‘Águila Harpía' del Parque Municipal Summit, que es una estructura de 800 metros cuadrados, con 20 de altura, ideal para un ave en cautiverio.

Panamá es el quinto ejemplar de águila harpía que alberga el Parque Municipal Summit, luego de Sony, Metro, Ancón y el último, Cheyenne, quien vivió 51 años; por lo que se espera que Panamá este con nosotros por muchos años.

La distribución del Harpía va en el Caribe desde Bocas del Toro hasta Darién, mientras que en el Pacífico, desde Chepo hasta Darién.

La harpía es el águila más grande del Hemisferio Occidental y del Hemisferio Austral. Su hábitat es el bosque lluvioso. Es, además, una de las águilas más grandes del mundo. Se alimenta de mamíferos como osos perezosos, gatos solos; así como aves y reptiles.

Estas águilas pueden vivir hasta los 40 años y entran en edad reproductiva a partir de los cuatro o cinco años, cuando completan todo su plumaje adulto. Una vez que encuentran una pareja, están juntos para toda la vida y si uno muere o son separados el otro, llama y busca a su compañero durante todos los días que le restan de vida.

La imagen de la imponente águila harpía está plasmada en el escudo de armas, con la cabeza vuelta hacia la izquierda y llevando en el pico una cinta con el lema Pro mundi beneficio (Por el beneficio del mundo).

LA CAZA ATENTA CONTRA LA CONSERVACIÓN DE LAS ÁGUILAS

PROYECTO DE MONITOREO

Los cazadores furtivos están atentando contra la vida de las águilas harpías y crestada. En la copa de un árbol de Cuipo, de la provincia darienita, una escuálida e indefensa águila crestada en etapa de desarrollo, reposa en un nido. La madre pereció víctima de las balas de los cazadores. El padre, el águila macho, continúo con la labor de alimentarlo.

Cuando la madre murió, el águila juvenil estaba en una etapa crucial para completar su desarrollo. Pero, es probable que no lo lograría sin ayuda.

Un grupo de miembros de la Fundación Naturaleza y Ciencia 507, denominado ‘#HarpiFans', liderados por la bióloga Karla Aparicio decidió aplicar una alimentación suplementaria para ayudar al macho alimentar la cría. Entonces colocaron un trozo de madera al lado del nido y con la ayuda de cuerdas subían las presas. Una vez, cada semana los #HapiFans viajaban hasta la alejada provincia para darle pollos y cordonices a la cría. Con estos alimentos se complementaba la alimentación que le ofrecía el macho padre que cazaba ardillas, búhos, pavas, culebras y ratones para su cría. La idea era mantenerlo en su hábitat natural, junto a su padre, mientras se completaba su crianza y desarrollo. Las acciones de los miembros de la Fundación Naturaleza y Ciencia 507 tuvieron buenos resultados: se logró rescatar de la muerte a la pequeña águila.

Una águila harpía hembra de entre tres y cuatro meses también fue víctima de de ocho disparos de perdigones de cazadores en Nombre de Dios, en Colón. La harpía fue rescatada y se recupera en el Parque Municipal Summit. Aparicio desconoce la razón por la que se les dispara a las águila porque no se consume sus carnes ni no se usan sus plumas. ‘(Los cazadores) Tumban sus árboles y los pichones se caen, encima le disparan a los padres', denunció la bióloga.

La iniciativa de rescate de las águilas forma parte de un proyecto de monitoreo que desarrolla la Fundación Naturaleza y Ciencia 507, en la provincia de Darién.

Las harpías son una especie en peligro de extinción. Las estadísticas indican que la mortalidad del ave es alta. En 2016, se reportaron cinco muertes. En 2017, fueron un par de ellas. Mientras que en lo que va de 2018 se ha reportado la muerte de tres harpías.

De acuerdo al mapa de cobertura de 2012, la población estimada de harpías es de 227 parejas en todo el territorio nacional.

La Fundación Naturaleza y Ciencia 507 promueve un proyecto de intercambio de experiencias ecoturísticas comunitarias con los nidos de las águilas para dar conocer su ecología y promover su conservación.

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