Movimiento feminista

  • 01/04/2025 09:41
El movimiento examina y analiza el modo en que las sociedades inculcan una dominación y control de lo masculino por encima de lo femenino.

El feminismo es un movimiento social y político que supone la toma de conciencia de las mujeres como colectivo humano, de la opresión, dominación, y explotación de que han sido y son objeto por parte del colectivo de varones en el seno del patriarcado. Los antecedentes del movimiento datan de finales del siglo XVIII. El movimiento examina y analiza el modo en que las sociedades inculcan una dominación y control de lo masculino por encima de lo femenino, de generación en generación, vehiculando las creencias de superioridad masculina.

El feminismo desarrolla un análisis con perspectiva de género, que nos lleva a comprender cómo se ha establecido el sistema patriarcal, basado en creencias anacrónicas que reflejan una realidad que ya no existe, en donde el hombre, debido a su fuerza física, era quién cazaba para traer alimento al clan, mientras que la mujer se ocupaba del hogar. Hoy en día, ya las diferencias físicas no son un factor determinante, porque no se necesita de la fuerza física para sobrevivir.

Las mujeres también han estado sometidas debido a las creencias religiosas, que la sitúan en una posición de supeditación o inferioridad. Muchos de los libros sagrados establecen que la mejor mujer “es la que no se escucha”, otorgándole al hombre la posición de jefe de familia. Para citar algunos pasajes de la Biblia, en dónde a la mujer se le priva del habla: I Corintios 14:34-5; o se les limita la enseñanza: I Timoteo 2:11-12; o será vista como pecadora, culpable del pecado original.

Después de examinar y analizar las causas y orígenes de esa discriminación, el feminismo busca eliminar las desigualdades de género en el ámbito personal, social, político, económico, legal y estructural, para así transformar las condiciones y relaciones sociales, y para establecer una sociedad en donde prevalezca la igualdad de derechos y oportunidades entre hombres y mujeres, eliminando así cualquier forma de discriminación y violencia contra las mujeres.

Para poder lograr la equidad e igualdad, el movimiento feminista debía conquistar el derecho al voto, a la educación, a poder ser candidata a un puesto de elección popular, a ejercer su profesión, a poder poseer bienes, a heredar, a tener una cuenta bancaria, una carta de crédito, poner una demanda judicial, realizar contratos, poder administrar sus bienes, poder recibir el mismo salario que los varones, estar protegida durante su embarazo, a tener una mayor libertad en el vestir, a no estar sometida a la violencia masculina, a luchar contra toda forma de explotación (comercio sexual, prostitución forzada, etc.), y a tener control sobre su vida y su cuerpo, gracias al divorcio y/o la planificación familiar. En resumen, gozar de los mismos derechos, oportunidades y libertades que tienen los varones.

La lucha por estos derechos y libertades se ha llevado a cabo en diferentes frentes, porque las realidades de las mujeres son diversas. Se deben tomar en cuenta las diferentes etnias, clases sociales, capacidades, y orientación sexual, entre otras. De todo esto, surgen diferentes tipos de feminismos: feminismo liberal, marxista, socialista, anarcofeminismo, feminismo radical, ecofeminismo, el abolicionista, feminismo de la igualdad, el científico, el postcolonial, el posmoderno, el interseccional, el feminismo afrodescendiente, el ciberfeminismo y el feminismo disidente, para mencionar los más conocidos.

El feminismo no propone el sometimiento de los hombres a la autoridad de las mujeres, esto sería el “hembrismo”, más bien se propone cuestionar y acabar con el sistema patriarcal y remplazar la masculinidad hegemónica tóxica por nuevas masculinidades, más humanas, más solidarias, más empáticas, y equitativas.

Se propone acabar con el tipo de sociedad en el que el hombre tiene el poder y desea controlar todos los aspectos: personales, familiares, sociales, económicos, jurídicos, políticos y culturales de la vida de las mujeres, para que las mujeres dejan de estar supeditadas a los deseos masculinos. El feminismo tiene como objetivo establecer una sociedad más justa, en la que hombre y mujer sean iguales en derechos, libertades y oportunidades.

Según la filósofa feminista Diana Maffía, el ser feminista se define como la aceptación de tres principios: un principio descriptivo, es decir, que nos habla de lo que pasa; un principio prescriptivo, que valora aquello que pasa y dice que debería suceder otra cosa distinta; y un principio práctico, esto es, el compromiso en la acción.

Según el principio descriptivo, las mujeres son dominadas y controladas por los hombres. Según el principio prescriptivo, se deben cambiar las creencias del sistema patriarcal y pasar de una masculinidad hegemónica a nuevas masculinidades, para establecer una sociedad más justa e igualitaria en derechos, libertades y oportunidades entre hombres y mujeres. Por último, ser feminista requiere de un compromiso práctico, que consiste en comprometerse con la transformación social y hacer lo que esté a nuestro alcance para impedir la discriminación y el sexismo existente.

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