Linda Astwood: La crítica debe tomarse como una oportunidad para mejorar

Actualizado
  • 18/07/2023 00:00
Creado
  • 18/07/2023 00:00
Leer y escribir activamente son dos recomendaciones de la autora colombiana. Las opiniones que se hagan de las obras no deben verse como una crítica, sino como una oportunidad para transformar el talento
La escritora Linda Astwood

Linda Astwood migró a Panamá por amor, y producto de esa relación tiene un hijo que es panameño. Ser mamá es uno de sus roles que más le gusta, cuenta. La abogada de profesión, dedicada en la actualidad al segmento de las inversiones y finca raíz, se desvela en las madrugadas muchas veces para “no robar las horas de su hijo” y dedicarle tiempo a la narrativa, su otra pasión.

La escritora colombiana radicada en Panamá desde el año 2009, cuenta cómo ingresó en esta industria creativa. Para ser un buen escritor se debe leer mucho y escribir mucho, aunque suene a cliché, remarca durante una entrevista con “Mía Voces Activas”.

En su portafolio tiene varios méritos, como el primer lugar en la segunda edición del concurso de poesías de la Fundación Claresas Panamá (2022). Ganadora en 2018 de la primera edición del concurso ReadersCrew de la plataforma Wattpad en la categoría de romance con su obra Invisible a tus ojos la cual actualmente se encuentra publicada en Amazon bajo el nombre Nunca, nunca me sueltes.

Su más reciente obra, ¡Quiero ser escritor!, será presentada en la Feria Internacional del Libro de Panamá 2023. En el libro aboga porque el aspirante a escritor acepte los “defectos” que pudieran ser considerados sobre su obra, para así convertirlos en una nueva oportunidad para mejorar su pluma.

El libro ¡Quiero ser escritor! de Linda Astwood
Los expertos señalan que la falta de oportunidades y la violencia son unos de los principales motivos por los cuales las mujeres migran, ¿este fue su caso?

Migré por amor. Mi exesposo viajó a Panamá a hacer su vida aquí. Estábamos de novios. Al final vine detrás de él. No aplica en mi caso el tema de la migración. Pero fue una buena decisión.

¿Cómo fue su proceso de adaptación en Panamá?

Siempre es difícil, soy una persona muy familiar y unida a mi núcleo: mi hermana, mi madre, mi sobrina (...) El panameño tiene una particularidad, es un poquito celoso de su amistad, pero cuando finalmente brinda su amistad, es la persona más leal.

Colombia y Panamá comparten muchas costumbres, pero siempre existen diferencias culturales, ¿qué es lo que más extraña de su país natal?

Vengo de una tierra muy alegre. Barranquilla es una ciudad muy alegre (...) En Panamá la gente es distinta, a pesar de que somos costa. La gente allá te trata como si te conociera de toda la vida (...) echo de menos esa manera festiva de ellos.

¿Cuáles serían las cosas que más disfruta en Panamá?

De Panamá me gustan muchas cosas, Panamá tiene lugares únicos, me gusta por ejemplo, El Valle de Antón, Boquete, el Casco Antiguo. Hay algunos lugares que tienen cierta magia y que me encantan.

Nunca ha dejado de tener esa conexión con Colombia...

Procuro visitarlo una vez al año, porque tengo parte de mi corazón allá. Hay cosas que uno no deja, visitar a los amigos de infancia.

Jurista de profesión y escritora, dos carreras ligadas a las ciencias sociales, ¿qué es lo que le apasiona de ellas?

La similitud está en la lectura y escritura. El abogado tiene que leer, prepararse mucho, tienes que interiorizar la vida de tus clientes y casos, no sentirlos como propios, pero sí defenderlos como propios. En el caso de los libros, tú vives tus personajes, pero no eres tú el personaje.

Ser mamá es una labor, ¿cómo compagina sus profesiones con ese rol?

Es el reto más grande, porque es una de mis cosas preferidas (...) Cada página que escribo se la dedico a mi hijo porque él me regala su tiempo para yo poder escribir (...) Así que para escribir, me le robo un tiempo, sin embargo, también le robo tiempo al sueño para no sacrificar las horas con él.

Hablemos de su carrera como escritora, ¿cómo dio ese salto de escribir bocetos en su computadora o en su cuaderno y atreverse a publicar novelas?

Las cosas se dan paso a paso; inicialmente tenía un cuadernillo para mí, era una especie de diario, veía algo y trataba de escribir esa experiencia (...) Conocí a una chica que era más joven que yo cuando tenía 12 años. Ella había publicado un libro de cuentos. Me dije: ¡quiero eso también! Esa ilusión de querer publicar se mantuvo hasta que pude publicar mi obra en 2015 (...) Fue una novela, recibí comentarios muy positivos. Desde ese momento no paré de escribir hasta la fecha.

En esos primeros bocetos, ¿tuvo algún mentor?

Conocí a personas en el camino de la escritura, tengo que darle las gracias a España porque si no hubiese sido por varios autores de España, se me hubiera dificultado ese camino. El conocimiento en la narrativa y en la literatura a veces es un poco mezquino. O sea, las personas que lo tienen no lo comparten. Pero estas personas respondieron las preguntas que estaban en mi corazón en ese instante, que me tenían frenada para hacer varias cosas.

Esas críticas que no son tan positivas, ¿cómo pudo superarlas?

Es mentira que diga que no he pensado que no es para mí, a veces nos salta el síndrome del impostor y uno siempre se pregunta: ¿será que vale la pena hacer esto? Pero es válido, las críticas deberían alentar más de lo que te hacen desanimar. El ser humano necesita cambiar, necesita evolucionar. Si no te dicen lo que estás haciendo mal, vas a seguir cometiendo el mismo error, entonces, la crítica debe tomarse como una oportunidad de mejorar.

Gabriel García Márquez tenía un talento innato, ¿se nace con ese talento o se puede desarrollar en el trayecto?

A lo largo del tiempo que llevo trabajando con escritores, debo decir que todo se aprende, el trabajo, la constancia y la dedicación vencen cualquier talento. Hay personas que nacen con muchas habilidades para la escritura porque tienen la capacidad de transmitir una emoción, y utilizan bien el lenguaje para contar algo, pero si no lo trabajas , si no lo pules, si no te esfuerzas, si no eres disciplinado y constante en ello, las personas que no son tan buenas como tú te van a superar en algún momento (...) Soy fiel creyente de que la pasión por lo que uno quiere hacer, es lo único que va a hacer que tú te muevas en la vida.

'¡Quiero ser escritor!' es su última obra, ¿cuáles son esos elementos fundamentales que el escritor emergente debe tomar en cuenta?

Va a sonar como un cliché, pero es leer, siempre se nos dice que sin leer, no puedes desarrollar el léxico. Nos sorprendería la cantidad de autores que quieren publicar sin leer lo suficiente. Y leer conforme a lo que necesitan leer. Por ejemplo, si yo estoy interesada en escribir una novela de suspenso, yo debería leer autores de ese género. La siguiente recomendación es sentarse a escribir, pero muchos no lo hacen, muchos dicen que quieren escribir, pero no se sientan nunca activamente a escribir. No se desarrolla el hábito de la escritura, hay que escribir todos los días, así sea un fragmento. Esa rutina que te permita desarrollar unas 100 palabras, que te permita avanzar. Prepararte, asesorarte, buscar a esas personas que pueden brindarte información. Recomendaría buscar aquello que no te cercene la esencia como autor. Las cosas que sentimos que puedan ser lo peor de nuestra narrativa, pueden ser nuestro sello característico. Le voy a poner el ejemplo de Shakira, ella fue rechazada en el coro de la escuela porque no encajaba (...) Si ella no hubiese sido rechazada, no habría sido la solista que es hoy, y estuviera metida en un coro. Así que eso que te critican, que puede ser un defecto, resulta ser lo mejor de ti. Uno tiene que abrazar esas cosas que no gustan y ver cómo las transformas en otras.

En su libro indica que 'el narrador y el escritor no son la misma persona', ¿por qué?

El narrador es la persona que nos cuenta la historia, que bien puede ser un personaje dentro de la historia o puede ser alguien ajeno, es decir que no viva la historia, que sea un observador, pero por más que sea el observador, nunca es el autor. Cuando escribimos sí es ineludible que uno deje parte de su esencia en lo que escribe, pero uno no está viviendo la historia y tampoco es el personaje, debemos separarlo porque la crítica se debe hacer sobre la obra, no sobre el autor. Si tú te tomas a pecho lo que te digan sobre tus libros, está mal. Cuando el libro sale al público, ya no es tuyo, ya lo perdiste. De hecho, la interpretación que haga sobre la obra va a ser muy diferente de la que tenga el lector.

Ha incursionado en la novela y la poesía, ¿qué historias le falta contar?

Muchas, muchas que están dando vueltas en mi cabeza. Tengo varios cuentos listos para publicar, también poesía que no está publicada, me falta más tiempo para poderlo publicar, cuando nace un libro, es todo un embarazo y un nacimiento real, se sufre mucho y se padece mucho en el proceso, no queremos que salga hasta que esté 100% listo. Normalmente recomiendo reposar las obras un tiempo antes de ser publicadas, para que puedas leerlo con otra óptica y sin tanta pasión.

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