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Ana Elena Palma-Govea: 'La mujer tiene un mayor papel y representación en la rama de la embriología'
- 30/05/2023 00:00
- 30/05/2023 00:00
La tecnóloga médica Ana Elena Palma-Govea pasa sus días en un laboratorio brindándole a las mujeres panameñas una nueva oportunidad de ser madres, ya que como ella afirma en entrevista con La Estrella de Panamá, “el tiempo no perdona, y sobre todo a las mujeres”.
Sus pacientes no son los típicos hombres y mujeres del país. Ni siquiera son niños y bebés recién nacidos. “Mis pacientes son los embriones”, recalcó una y otra vez. Su trabajo lo comparte con tanta facilidad y orgullo, como si fuese parte de su ADN.
Las horas de cada uno de sus días laborales están rodeadas por pipetas, microscopios e incubadoras, aliados que la ayudan en el proceso de reproducción asistida, un procedimiento al que muchas mujeres se someten para convertirse en madres cuando las opciones naturales parecen imposibles.
Al ingresar al laboratorio se evidencia una limpieza y un orden únicos, el cual ella conoce al detalle, y lo demuestra al darle a tres miembros del diario un recorrido minucioso de todo el equipo que ya parece ser parte de sí misma.
Palma-Govea empieza este tour mostrando las incubadoras que almacenan los embriones que ella trata junto a su equipo, dejando en el anonimato el nombre de las pacientes.
Estas incubadoras albergan cultivos con CO2 y oxígeno para asemejar las condiciones del útero femenino, incluyendo una cámara que graba el proceso de desarrollo del embrión durante los cinco o seis días que permanece ahí, para luego permitirle a la madre observar las primeras imágenes de su bebé, el cual será introducido en su cuerpo para culminar el periodo de gestación hasta que nazca.
“Todo inicia por medio de la estimulación del ovario a través de hormonas y se obtienen de 10 a 15 óvulos seleccionando aquellos que estén en metafase 2, lo cual los califica como aptos para producir un embrión al tener actividad con un espermatozoide”, explicó.
“A las 24 horas se confirma qué óvulo tuvo reacción con el esperma, lo que se define como fecundación, y se seleccionan los que de estos están en proceso de blastocisto (embrión que presenta una estructura celular compleja) al pasar de cinco a seis días”, continuó.
“Se le introduce uno a la madre, y los demás embriones que cumplen con todas las características morfológicas se congelan en nitrógeno líquido indefinidamente”, explicó.
A esto añadió que Panamá no tiene leyes de reproducción asistida, por lo que en su lugar de trabajo se basan en las leyes españolas. “ La ley establece que la paciente puede tener embriones congelados hasta sus 51 años”, explicó.
Para Ana Elena Palma-Govea, su vida dictaba un solo camino desde muy pequeña y se encargó de perseguirlo y luchar por él, llegando a ser la tecnóloga médica con especialidad en embriología clínica que es hoy.
Me defino como una persona responsable, honesta y con muy poca paciencia (risas). De igual manera, soy profesional, disciplinada y enfocada en buenos resultados, siempre tratando de ser de ayuda para las demás personas. Y por sobre todo, azuerence al 100%.
Feliz. De las mejores épocas de mi vida. Me traslado a estar en el patio de la casa de mis abuelas, en La Villa de Los Santos y en Chitré, escenario de esos momentos en mi infancia. Fui muy consentida por mis abuelas y tíos. La disciplina la tuve de mis padres. Si pudiera, retrocedería el tiempo solo para volver a vivir estos momentos junto a mis abuelas, que ya no están en este plano.
De mi madre tengo la disciplina y el carácter muy bien enfocado en conseguir lo que me propongo. De mi papá tengo la inteligencia y el amor por las ciencias, ya que él es farmacéutico, y siempre estuve rodeada de instrumentos científicos (probetas, balanzas, tubos de ensayo...). Siempre me ha enseñado también a ser de ayuda a las demás personas.
Fui muy influenciada por mi padre. Siempre estuve rodeada de microscopios, fórmulas farmacéuticas, pistilos (...) esto siempre fue mi ambiente y lo que yo conocía. Mi papá tenía una farmacia en La Villa de Los Santos y siempre me gustó mucho estar dentro de un laboratorio. Me gustaba la ciencia, sin embargo, no me llamaba la atención el trato al cliente, por lo que siempre me veía en un laboratorio investigando o descubriendo cosas, y creo que estoy en el lugar correcto porque sí estoy con pacientes, que son los embriones, y tengo una relación perfecta con ellos.
Estudié mi primaria y secundaria en La Villa de Los Santos. Luego asistí a la Universidad de Panamá donde culminé la licenciatura de tecnología médica en la Facultad de Medicina, y posterior a eso me especialicé con una maestría de embriología clínica en la Universidad de Valencia, España.
En el campo médico y en Panamá, me parece que la mujer podría potenciarse muchísimo más, aunque sí debemos aceptar que hemos avanzado, ya que nos encontramos múltiples profesionales ejerciendo en el sector de manera exitosa. Dentro de la rama de la embriología, la mujer está sumamente representada, incluso me atrevo a decir que tenemos mayor papel y representación que el género opuesto.
Muchas personas piensan que hacemos bebés por catálogo. Que la fecundación in vitro es solo para tener un bebé de ciertas características físicas y que lo demás se desecha. Y no es así. La infertilidad es una enfermedad, declarada por la Organización Mundial de la Salud. Los pacientes tienen una condición médica que no les permite ser padres. Nosotros ayudamos a tratar esta enfermedad a través de procedimientos médicos que permiten que nuestros pacientes puedan cumplir ese deseo de ser padres de niños sanos. ¡Es una rama de la ciencia maravillosa, porque nos dedicamos a hacer vidas!