Siudy Garrido, bailaora y coreógrafa de flamenco venezolana. Cedida
Desde bien pequeñita ella sentía, latía, soñaba, vibraba como una auténtica flamenca. Y, además, leía Shakespeare; y se curtía de la buena poesía. Siudy Garrido cuenta que la música, el flamenco, el arte han rodeado sus pasos hasta transformarse en una forma de existencia. Sus padres y su tía, culpables de esta maravilla.
Con el paso del tiempo, la ya no tan pequeña Siudy se convirtió en referente para toda una generación de artistas, con una juventud que no quiere abandonarla. Ha paseado su arte por escenarios de muchas partes del mundo. No fue de las que se quedaron a medio camino por culpa del machismo, de las inseguridades o los obstáculos. Siudy transitó un surco propio. Colgada a su esencia. Con perseverancia y determinación. Así ha conseguido hacer de su talento la mejor sustancia para lograr el éxito, pero no ese que es banal y egocéntrico, sino ese que ayuda a construir.
Su obra, Bailaora, mis pies son mi voz, una producción musical y audiovisual le dio el reconocimiento como la primera artista flamenca latinoamericana en recibir dos nominaciones a los Latin Grammy Awards.
Cuando repasa su vida, desmenuza su proyecto y habla de esa danza hipnótica y poderosa –patrimonio de la humanidad–, lo hace sin avasallar, con voz dulce pero al mismo tiempo tajante. Confiesa felizmente vía Zoom - desde la sala de su casa- que le hace falta tiempo para poder comunicar, contar transmitir, inspirar, “al fin y al cabo eso es lo que debe mover a un artista”, esboza.
Existe una Siudy Garrido que sube al escenario, que es fuerza, fogosidad y belleza. Existe 'una intérprete de las artes escénicas'. Existe también la mujer tímida, serena y cauta. Existe la consentidora de sus perros Romeo y Shakespeare. Existe la esposa que tiene a su lado 'el amor de su vida'. A todas ellas, hay que contarlas.
Pregunta.- Hablemos sobre esa energía propia del flamenco que no se parece a ninguna otra danza, ¿cuáles son los valores que la hacen única?
Respuesta.- Creo que primordialmente es el respeto a la transmisión que tiene el flamenco, inclusive los artistas que somos más vanguardistas, los que estamos 10 pasos adelante, no vamos a esos pasos adelante sin tener el respeto de la tradición, y siento que eso es algo que en estos momentos es muy necesario, porque todos nos debemos a nuestras tradiciones.
Nos debemos al respeto a nuestros padres, al respeto a nuestros abuelos, a las tradiciones que nos inculcan en nuestro hogar, y el flamenco en ese sentido tiene mucho. Es como el buen vino, que se añeja y que se pone bueno con la edad. Vivimos en un mundo donde todo es muy rápido, donde todo es lo nuevo y se desecha lo viejo.
Creo que realmente la calidad del arte flamenco, por muy contemporáneo que sea, por muy evolucionado que sea, viene enriquecido de tradición, de respeto, y sobre todo de mucha honestidad, porque no puedes transmitir el arte flamenco si no tienes honestidad dentro de ti. Es un arte muy visceral que habla desde el corazón y las herramientas que tenemos son para dejar volar todo nuestro sentimiento y nuestra mente. Es un arte donde la técnica está muy presente, pero para ponerla a disposición de los sentimientos. Nunca la técnica va a estar por encima de lo que queremos transmitir, porque es un arte lleno de verdad.
P.- ¿Y esa honestidad se aprende encima de los escenarios o en la academia?
R.- Obviamente es totalmente diferente dependiendo del lugar geográfico donde te encuentres; hay países que tienen mucha más tradición de flamenco que otros. Definitivamente una escuela de baile te da las herramientas necesarias para adentrarte en este mundo, ya una vez dentro del flamenco, una de las magias que tienes es que es un arte que puedes desempeñar como hobbie o como profesional, es un arte para todos.
Tú puedes simplemente conocer más sobre el flamenco para ser una aficionada entendida, y es precioso cuando vas a ver un espectáculo de flamenco y entiendes el palo que se está ejecutando, si son alegrías, si son soleares, si es bulería... y conoces un poco más de lo que están haciendo porque eres una aficionada al arte flamenco; no necesariamente lo tienes que bailar, aunque puedes bailarlo también interpretarlo, y ya cuando tú decides ser una profesional de este arte, definitivamente la parte académica tiene que ir de la mano de la forma de vida. El contexto tienes que llevarlo a tu casa, tienes que escuchar flamenco todo el día, cuando estás en giras con tus músicos el intercambio es sumamente importante, así que también depende del contexto geográfico en el que estás.
P.- ¿Qué es el talento y cómo interviene en este baile?
Siudy Garrido ha sido la única artista del baile flamenco en ser nominada a dos Latin Grammy por el proyecto discográfico y de artes escénicas, “Bailaora – Mis pies son mi voz”. Cedida
R.- Creo que todos tenemos un talento. Creo que sobre el talento tienes que tener mucha disciplina y estudio. Tienes que ser aficionado, y cuando me refiero a aficionado, no es solamente ser un aficionado a bailar, sino aficionado al canto y a la guitarra para estudiar rupturas. Otro punto muy importante es que a nivel de enseñanza a lo mejor no eres el mejor intérprete, pero resulta que eres un maestro extraordinario, porque son dos profesiones totalmente diferentes.
Para estar sobre un escenario y ser un artista, necesitas tener una cantidad de condiciones físicas para ejecutar lo que haces; y para ser un buen maestro, tienes que tener otro tipo de condiciones que muchos artistas que están sobre el escenario no tienen. Muchos docentes no necesariamente son grandes artistas, pero son extraordinarios maestros porque saben cómo trasladar y compartir los conocimientos al estudiante, entonces son carreras totalmente diferentes.
P.- Siudy, ¿y cómo se diferencia un flamenco bueno de un flamenco malo?
R.- Una muy buena pregunta. Creo que cuando tienes la oportunidad de ver uno bueno, no tienes que saber mucho e inmediatamente reconoces las diferencias. Claro, la mejor forma es tratar de conocer lo bueno para que puedas tomar tu propia decisión, pero es una muy buena pregunta porque la mejor forma es cuando tienes la oportunidad de conocer grandes artistas.
Hoy hay muy buenos artistas y el nivel del flamenco es altísimo, pero sí es verdad que hay una barrera muy grande por cruzar para que esas grandes compañías lleguen al mundo entero, porque no somos un género que cuenta con plataformas como puede ser a lo mejor un cantante que dispone de una discográfica o como pueden ser grandes ballets que además son apoyadas por el Estado. Casi todas o las pocas compañías de flamenco internacionales somos privadas y es difícil hacer llegar nuestro trabajo.
P.- A eso quiero llegar. Tuvo dos nominaciones al Grammy Latino. Pero para ser reconocidos, para triunfar, ¿qué es lo más importante? ¿Qué pesa más, la dedicación que le pone o el talento de brillar por sí solo?
R.- Creo que tienen que ir de la mano, no llegas como uno solo, tiene que estar de la mano y esto como digo yo, es una carrera de resistencia.
Te está hablando una persona que lleva más de 20 años con su propia compañía sin parar un solo día de su vida. Entonces estos son los frutos de muchos años de trabajo, un proyecto como 'Mis pies son mi voz', en el cual cada uno de los músicos que me acompañan es de la suprema élite del arte flamenco a nivel mundial... tú no siembras la credibilidad en esos músicos si no es a través del tiempo. O sea, artistas de ese nivel no se juntan mágicamente porque venga un productor, ni con todo el dinero del mundo que no existe además dentro del género, pero así pasa con los años, con el respeto, con la admiración de los mismos artistas que empiezan a trabajar porque además normalmente estos proyectos surgen con muy poco dinero de base y lo primero es querer hacerlo, entonces cuando logras que un grupo de artistas de este calibre y de este nivel quiera seguir esa voz tuya y dice: 'Estamos ahí para llevarlo adelante', no se hace de la noche a la mañana.
P.- ¿Y hay que tener esa hambre de éxito, no?
R.- Creo que más que hambre de éxito es hambre de querer contar algo. No soy una persona que piense que las cosas se logran persiguiendo el éxito, yo no pienso que el éxito sea el objetivo, el éxito es el resultado.
Creo que es mucho más profundo, el objetivo de querer comunicar, querer contar, querer transmitir un mensaje, porque el arte está a disposición de la humanidad. El arte es uno de los pilares fundamentales de la humanidad y eso no se nos puede olvidar. El arte está para cambiar corazones, para inspirar, para que las personas quieran seguir su camino, su propia voz, su honestidad. Entonces pienso que esas son las cosas que deben mover a un artista.
P.- ¿Qué piensa Siudy cuando pisa el escenario?
R.- (suspira) Bueno, primero que nada más que pensar siempre pido antes de montarme en el escenario. Soy muy creyente de Dios, le pido a Dios que me permita comunicarme desde la verdad y que deje que mi cuerpo vuele, creo que por eso ensayamos tanto. Soy una enferma del ensayo, pero es para que cuando llegue ese momento de estar sobre el escenario, justamente no tenga que pensar. Si yo me monté en el escenario y mientras estuve ahí, estuve pensando, ya no tiene la misma magia.
Creo que la magia surge cuando el alma vuela y ni te acuerdas de qué pasó. A veces te bajas y los músicos dicen: 'Increíble la improvisación que hiciste', y yo digo: '¿Cuál?, ni me acuerdo', pero para eso tiene que haber un alto nivel de entrenamiento para que entonces ahí, en el escenario, puedas volar por completo.
P.- ¿Qué importancia tiene el silencio en ese momento?
Siudy compitió en la categoría de Mejor video de larga duración y Mejor diseño de empaque, en los Grammy Latinos 2022. Cedida
R.- Para mí mucha, y me encantan los momentos de silencio dentro del escenario, porque muestran que el público está totalmente enganchado contigo.
Cuando haces una presentación poderosa y luego todo queda en silencio, es algo espectacular, en tu cuerpo sigue habiendo música y es la del silencio, que para mí es extraordinaria.
P.- ¿Cómo se prepara una bailaora?
R.- Creo que hay muchas formas. Te puedo hablar de mi experiencia. Yo más allá de una bailaora,
me considero una intérprete de las artes escénicas. Una bailaora puede ser una persona que trabaja todos los fines de semana en un tablao, pero a lo mejor la preparación es totalmente diferente a la de una directora y coreógrafa de una compañía estética, donde la preparación es obviamente otra, es más cercana a la de un artista de teatro. En mi caso, tenemos un horario de ensayo bastante fuerte con lo que es el cuerpo de baile, entonces esas son horas en las que yo soy más una coreógrafa y directora que una intérprete; normalmente son ensayos de tres a cuatro horas, que hacemos de tres a cuatro veces a la semana. Luego están mis tiempos, cuando me dedico a mí como artista y trabajo sola, otros en los que trabajo con los músicos. También, el proceso de cuando nace un espectáculo es diferente a cuando ya trabajas con un espectáculo que viene rodando. Por ejemplo, cuando van a hacer un espectáculo es un proceso de composición que generalmente nace con el compositor musical y es un trabajo de dos personas. Luego, esa música creada se lleva al resto de los músicos, a la banda completa, y entonces se traslada a los bailarines. Por otro lado está todo lo que es el diseño de vestuario, que son reuniones, aparte está todo lo que es la caída de las telas con el movimiento, el concepto que estás trabajando dentro de la obra. Luego está la parte de la creación de la iluminación para el espectáculo, entonces es con el director de iluminación. También está toda la parte de sonido. Nosotros trabajamos con lo que se llama un piso acústico que va todo microfoneado. Yo llevo balitas, que son la voz principal de mis pies. Trabajamos con ingenieros y cada espectáculo tiene un diseño de sonido totalmente diferente según los solos, las entradas y salidas (...) Ahorita el espectáculo que llevamos en tour para Puerto Rico, Nueva York y Tampa, que ya es el cierre de nuestro tour del año 'Flamenco íntimo', es un espectáculo que está rodadísimo, entonces realmente ya está muy curado.
P.- ¿Cuántas personas la acompañan a una gira?
R.- Somos 11 artistas en escena dentro de este formato, pero en total somos 16 personas entre técnicos, producción, y lo que es la compañía, los artistas. Pero 'Mis pies son mi voz', que es el que arranca el año que viene, con ese espectáculo somos 19 personas y 16 artistas en escena.
P.- Hablemos de la Siudy, fuera del escenario... ¿Quién es Siudy Garrido?
R.- Guau, esa pregunta es compleja, sobre todo porque los seres humanos somos personas que constantemente estamos evolucionando y cambiando. Creo que algo que me ha caracterizado desde muy pequeña, es que he sido muy luchadora y súper trabajadora, no sé si es algo que me inculcó mi madre, que es una mujer supremamente trabajadora e incansable, ella siempre nos inculcó en casa que el fruto del trabajo es lo más valioso que hay, así que soy una persona muy luchadora con sueños artísticos grandes.
No me considero una persona ambiciosa a nivel material, pero sí a nivel artístico; me gusta pensar en grande y me gusta llevar a cabo lo que sueño. También me gusta materializar esos sueños, así que puedo ser soñadora, muy trabajadora, constante, y en cierta forma empoderada.
P.- ¿Qué tiene Siudy de su madre y qué de su padre?
R.- Mi carácter se parece mucho más al de mi padre que al de mi madre. Lo que mi mamá y yo tenemos en común es ese amor y esa pasión por el arte flamenco, sin embargo, mi madre es una mujer muy extrovertida. Es la reina de la fiesta donde llega, la vas a encontrar en el centro de la pista de baile (...)
Hay como dos personalidades, mi esposo siempre dice que somos dos: la que está en el escenario, que tiene mucha fuerza, mucha fogosidad; pero realmente debajo del escenario soy una persona muy tranquila, tiendo a ser callada, vivo en mi mundo artístico y eso es mucho como mi padre. Mi papá, aunque es una persona que viene de números, porque él es contador administrador, ama la poesía y los libros. Él me crió con frases de grandes filósofos, cada vez que pasaba alguna situación en mi vida, me dejaba una frase escrita en el baño en un papelito que tenía que ver con lo que estaba viviendo en ese momento en mi vida, entonces es un hombre que siempre se ha comunicado a través de la literatura; siempre le ha gustado mucho investigar y aprender de los grandes filósofos del mundo.
P.- Echando la vista atrás, ¿cómo recuerda su niñez?
Para 2023 la artista promete una gira mundial. Cedida
R.- Crecí en Caracas, Venezuela. Mi padre fue la persona que más me crió, por así decirlo, porque mi madre estaba muy dedicada a lo que era su escuela de danza. Ella es bailaora y bailarina también porque manejaba danzas nacionalistas, flamenco, ballet, jazz. Su academia era una escuela integral, fue una escuela que duró más de 50 años en mi país... La primera escuela de flamenco en Venezuela y también una academia multidisciplinaria, te estoy hablando que en su momento llegó a tener más de 500 estudiantes, la escuela se llamaba 'Academia Siudy'. Mi madre es una mujer muy respetada y querida, como maestra de danza y también como productora de espectáculos. Ella me tuvo a sus 40 años y siempre soñó con una niña porque tenía una escuela de puras niñas. Cuando yo nací ella ya tenía una trayectoria de más de 25 años, entonces, claro, yo era la hija de esta mujer, una autoridad de la danza.
La verdad crecí con una escuela en casa. Yo, muy pequeñita, a los nueve años de edad daba mi opinión de lo que me parecía de un espectáculo o no, como si fuera una gran directora. Era una niña, pero claro, yo crecí como una directora y productora de espectáculos en casa y todos mis fines de semana giraban alrededor de la compañía de mi madre, y durante la semana era en la escuela de baile. Lo que era fuera de la danza, me lo daba más mi papá, él era el que me llevaba al parque, el que me buscaba al colegio, el que me llevaba al colegio porque mi madre estaba ocupada con la vida un poco más de artista que tiene obras, y los fines de semana con ensayos y viajando, y este tipo de cosas.
P.- Entonces el flamenco llegó a usted por su madre...
R.- El flamenco es la gran pasión de mi madre. Ella fue la primera en abrir una escuela de flamenco. Ella cuenta que cuando empezó tenía muchísimas alumnas de jazz y cuatro de flamenco nada más, aunque después llegó un momento en que la escuela completa era prácticamente de flamenco, así fue como ella impulsó este arte en mi país. Además, yo crecí con el flamenco en casa y mis tías, las hermanas menores de mi madre, también son bailaoras. Mi mamá ya tenía una compañía de flamenco que en giras por el país hacía tablaos y shows en diferentes ciudades de Venezuela. Los fines de semana eran ensayos con los músicos y desde pequeñita me encantaba eso, era lo que a mí me gustaba; aunque mi madre me obligaba a hacer otras disciplinas que tenía en la escuela, a mí lo que me gustaba era el flamenco desde pequeña y fui avanzando muy rápido porque también estaba muy sobreestimulada. De hecho, en Youtube encuentras un vídeo mío con cinco años de edad, en un especial de televisión que mi madre hizo sobre las danzas españolas, era como un paseo por España y se llamaba 'Así baila España en América', era un especial de dos horas en el canal más importante de Venezuela, y había una parte que era el flamenco.
Mi tía, que siempre fue mi mánager desde pequeñita, fue la que le dijo a mi madre: '¿pero por qué no pones a Siudita a bailar?'. 'Siudy lo que tiene son cinco años, ella todavía no está en clase de flamenco', le dijo mi mamá porque ella aceptaba a niños desde los siete, y mi tía dijo: 'Ven para que veas', y me puso a bailar.
P.-De ahí comienza la voz de sus pies...
R.- (ríe) Ahí bailé descalza porque todavía no tenía zapatos de flamenco. En lo que me dieron esos primeros zapatos de flamenco, lo que hice fue zapatear todo el día. Cuando me volví ya profesional de flamenco, estando tan lejos de lo que es la base del flamenco que es el cante y la guitarra, realmente mi manera de mantenerme más cerca del arte con la percusión era a través de los pies, y jugar con mis pies con el zapateo en tiempos de bulerías, de soleá, y diferentes palos del flamenco era como mi forma de estar siempre conectada. Entonces siempre comienzo metiéndome yo sola en un salón a descargarme.
Mi forma de drenar es con los pies, zapateando.
P.- Se habla mucho de que su país ahora comienza a recuperar la cultura...
R.- Estuve sin ir a mi país 10 años, imagínate, 10 años desde la última presentación que hice en 2012. Regresé a principios de este año prácticamente, cuando reabrió el teatro Teresa Carreño, que fue el teatro en el que yo crecí. La última vez que había estado ahí llegué a hacer seis funciones agotables y prácticamente fue una reapertura de la cultura. Desde ese momento he visto un movimiento cultural bastante grande, me dio mucha alegría ver que habían reabierto el ballet del teatro Teresa Carreño que estuvo cerrado por mucho tiempo. Tuve la oportunidad de ir a ver un ensayo de los bailarines de la compañía; hay mucho talento joven. Venezuela es un país lleno de detallitos, hemos dado músicos extraordinarios, pero siempre la danza fue como el hijo huérfano de las artes en Venezuela. Aunque hay mucho talento, la danza recibió muy poco apoyo. Me causó muchísima ilusión ver a tantos jóvenes bailarines luchando. He seguido por las redes al teatro Teresa Carreño y he visto que han montado varios ballets con alta factura, con alto nivel vestuario, escenografía, orquesta, como tiene que ser, y
me alegra que independientemente de las cosas que están pasando en el país, la gente que está dentro pueda vivir y pueda desarrollarse, y que a los artistas se les permita soñar porque lo peor que tú le puedes quitar a un ser humano es la posibilidad de soñar. Cuando yo presenté mi espectáculo, me quebré y al final terminé llorando cuando vi todo el teatro de pie.
P.- Ya se nos acaba el tiempo, cuénteme, ¿cómo habla con los pies?
R.- Cuando vean el documental lo van a entender muy bien. La verdad, Pablo Croce es un director extraordinario y supo expresarlo muy bien. Dentro del flamenco, los palos, que son los diferentes tiempos, realmente son estilos de cante, pero cada estilo de cante tiene tiempos y dinámicas distintas: unos son muy dramáticos, otros son dramáticos pero poderosos, otros son alegres, y aunque no lo creas
, cuando juegas bajo ese contexto, los pies pueden hablar o ser felices, ser dramáticos; pueden causar curiosidad, pueden crear tensión y claro que pueden hablar, inclusive escuchándolos sin música, pero está tu música interna, te puede llevar a que tengan ese tipo de colores. Es como un percusionista, de repente escuchas un percusionista que lo que hace es crearte un mundo que tú dices: 'No está sonando ni una melodía ni está sonando una flauta, pero este hombre me atrapó y me está llevando por un viaje sensorial a través de la percusión', lo mismo puede pasar con los pies porque es un elemento de percusión.
P.- ¿Cómo se logra ser una artista como usted?
R.- Hay que zapatear fuerte, pero sobre todo hay que ser fiel a tu propia esencia y eso siempre lo digo, no caer en imitaciones. No puedes repetir el camino de otra persona, ese camino puede servirte de inspiración, mas nunca va a ser el mismo camino ni para bien ni para mal, porque cada uno de nosotros tenemos nuestro propio río que recorrer, y mientras más fiel eres a tu esencia, más ese río va a poder adaptarse a la magia de la vida. Al final la vida está llena de magia, y todos venimos aquí a aprender, a crecer, y sobre todo a tratar de ser mañana mejor de lo que eres hoy, y eso se vuelve tu lema de vida, las cosas empiezan a alinearse. Entonces, es lo que te digo, ya no estás persiguiendo un éxito,
sino la excelencia que empieza a traer esos resultados maravillosos. Yo lo llamo la magia de la vida.