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Las lenguas de señas como parte de la diversidad lingüística
- 20/09/2024 00:00
- 19/09/2024 18:31
“Cuando me enteré de que mi hijo era sordo, me sentí perdida. No sabía cómo ayudarlo ni cómo entender lo que necesitaba. Pero cuando descubrí la Academia Panameña de la Lengua de Señas [Apales] todo cambió”. Este es el testimonio de una madre que aprendió lengua de señas para poder comunicarse con su hijo sordo. Ahora, aboga por la inclusión en su comunidad y sigue motivando a otras familias a aprender.
“Aprender lengua de señas me permitió hablar con mi hijo por primera vez de verdad. Ahora, no solo puedo apoyarlo mejor, sino que también estamos mucho más conectados como familia, tenemos una mejor comunicación, compartimos conversaciones, risas y, sobre todo, comprensión. Gracias a las herramientas proporcionadas por Apales”, confiesa.
A pesar de los avances que se han logrado en cuanto a la inclusión de personas sordas, en Panamá aún se enfrentan importantes barreras lingüísticas y culturales. “La falta de intérpretes y acceso adecuado a la lengua de señas panameña (LSP) en espacios educativos, laborales y de servicios públicos dificulta su plena inclusión”. Así lo afirmó Solángel de Chavarría, profesora de la Apales.
De Chavarría asegura que la limitada conciencia sobre las necesidades de esta comunidad perpetúa la exclusión social, dejando a muchos sordos sin acceso equitativo a oportunidades educativas y laborales. La profesora conversó con La Estrella de Panamá en ocasión del Día Internacional de las Lenguas de Señas, que se celebra cada 23 de septiembre desde 2018, instaurado de esta forma por la Asamblea General de las Naciones Unidas.
Apales ejecuta acciones para convertir a Panamá en un país más inclusivo. “Ha sido pionera en la lucha por derribar estas barreras. A través de capacitaciones, talleres y cursos, tanto para oyentes como para sordos, fomenta la enseñanza y el uso de la LSP en todo el país. Hemos impactado a más de 4.000 familias promoviendo una mayor comprensión y aceptación de la cultura sorda. Su misión es clara: crear un Panamá donde la diversidad lingüística y cultural sea reconocida y respetada”.
Para la profesora, un Panamá inclusivo “es aquel donde las personas sordas y oyentes conviven sin barreras; donde la LSP es reconocida como parte integral de la identidad nacional, y donde cada persona, sin importar sus capacidades, tiene acceso equitativo a oportunidades”.
Aseguró que la academia desarrolla una labor incesante e imagina un país en el que la lengua de señas se enseñe en las escuelas, donde los servicios públicos cuenten con intérpretes, y donde la comunidad sorda participe plenamente en la vida social y económica del país”.
Apeles se fundó en 2020; empezó como un sueño en la mente de Javier Obaldía, una persona sorda que deseaba una completa inclusión en Panamá. La academia es la primera empresa nacional dedicada a la enseñanza de la LSP. Brinda capacitaciones y talleres con la intención de derribar cada vez más las barreras que existen entre la comunidad sorda y oyente panameña.
“La comunidad sorda panameña tiene una voz que quiere ser escuchada, y es deber de todos y cada uno de nosotros velar porque así sea. Llegar a esa equiparación de oportunidades, el reconocimiento de la LSP como lengua natural de los sordos panameños y a la aceptación de la diversidad cultural y lingüística, reconociendo su cultura y cosmovisión”, destaca Javier Obaldía, director de la academia.
Apales ofrece programas en modalidades presencial y virtual en tres niveles: básico, intermedio y avanzado. Se enseñan todos los aspectos de la LSP como el alfabeto manual, números y otros. También se educa sobre conceptos como comunidad sorda y persona sorda; expresiones de uso cotidiano; construcción de oraciones y enunciados más estructurados; vocabulario especializado, hasta la profundidad de la gramática.
Jashymir Bedoya, intérprete de lengua de señas y cofundador de Apales, comparte que para él “ser el canal e instrumento de las personas sordas para que puedan acceder a la información es algo que me [le] brinda felicidad”.
Relata que inició el curso durante la pandemia por coronavirus “sin imaginar cómo cambiaría mi [su] vida. A los pocos meses, Javier se dio cuenta de que tenía un talento como intérprete y me reclutó. Cuatro años después, estoy terminando mi Licenciatura en Traducción e Interpretación de Lengua de Señas Panameñas en Udelas”.
La academia está abierta a todos. Oyentes, sordos, niños, jóvenes y adultos de cualquier profesión son bienvenidos a participar en los programas de Apales. La inclusión es el pilar de la academia y su objetivo es que cada persona, sin importar su origen o capacidad, pueda aprender y comunicarse en LSP.
Para inscribirse, los interesados deben elegir entre los cursos presenciales o virtuales. Los niveles de aprendizaje se dividen en básico, intermedio y avanzado. Se enseña desde lo más elemental, como el alfabeto y los números, hasta gramática compleja y técnicas de interpretación de lengua de señas. Las empresas también pueden solicitar programas personalizados de capacitación.
El Instituto Panameño de Habilitación Especial ofrece cursos virtuales para que niños y adultos puedan aprender lengua de señas. Se puede acceder de manera gratuita a su portal web iphe.gob.pa. en el que se encuentran las galerías de video, divididas en el alfabeto, los números y los nombres, entre otros.
La Universidad Especializada de las Américas ofrece el Diplomado en Lenguaje de Señas, dirigido a personas que trabajan en centros de atención a personas sordas, madres y padres de familia. Su objetivo es ofrecer los conocimientos necesarios de la cultura sorda y su forma de comunicación, para así facilitar la interacción con niños, jóvenes y adultos sordos a nivel laboral, profesional y social.
También ofrece, a partir de 2017, la Licenciatura en Traducción e Interpretación en Lenguaje de Señas Panameñas. Su formación técnica posee una amplia base lingüística y vasta clasificación de asignaturas con carácter cultural, complementario y fundamental, lo que asegura el desarrollo de habilidades y destrezas técnicas que le otorgan al currículo un equilibrio entre lo específico, lo general y lo netamente pedagógico.