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La desertificación afecta al 40% de la tierra del mundo; líderes buscan adoptar una solución audaz
- 07/12/2024 00:00
- 06/12/2024 18:28
Hasta el 40 % de las tierras del mundo están degradadas, lo que significa que su productividad biológica o económica se ha reducido.
Este deterioro ambiental tiene consecuencias nefastas para el clima, la biodiversidad y los medios de vida de las personas.
Hasta el momento, tres mil millones de personas en todo el mundo sufren las consecuencias de unas tierras pobres y degradadas, lo que aumentará los niveles de migración, estabilidad e inseguridad entre muchas comunidades, según el presidente de la 16ª sesión de la Conferencia de las Partes de la Convención de las Naciones Unidas de Lucha contra la Desertificación (COP16 de la CLD), Abdulrahman AlFadley.
La COP16, que empezó el pasado 2 y culmina el próximo 13 de diciembre en Riad, capital de Arabia Saudí, representa un momento crucial para aumentar y acelerar la acción sobre la tierra y la resiliencia a la sequía a través de un enfoque centrado en las personas.
La sequía, intensificada por el cambio climático y las prácticas agrícolas insostenibles, ha aumentado casi 30 % en frecuencia e intensidad desde 2000, y amenaza la agricultura, la seguridad hídrica y los medios de vida de 1.800 millones de personas, siendo los países más pobres los más afectados, advirtió la Organización de las Naciones Unidas (ONU).
Ibrahim Thiaw, secretario ejecutivo de la CLD, comentó que la pérdida de tierras y suelos está privando a las familias pobres de alimentos nutritivos, y a los niños de un futuro seguro.
“Con la COP16, el mundo espera que las partes adopten una decisión audaz que pueda ayudar a cambiar el rumbo del desastre ambiental más generalizado y más perturbador: la sequía”, subrayó Thiaw.
Añadió que: “La restauración de la tierra consiste ante todo en nutrir a la propia humanidad. Por lo tanto, la forma en que gestionemos hoy nuestra tierra determinará directamente el futuro de la vida en la Tierra”.
La COP16 se centrará en establecer el primer régimen mundial para la resiliencia a la sequía, abordando los riesgos sistémicos de la sequía destacados en múltiples artículos de la CLD y decisiones de las últimas siete COP.
Mientras, la Alianza Mundial de Riad para la Resiliencia ante la Sequía aprovechará la financiación pública y privada para apoyar a 80 de los países más vulnerables y afectados por la sequía en todo el mundo.
El reino de Arabia Saudita, el Banco Islámico de Desarrolloy el Fondo OPEP para el Desarrollo Internacional han prometido una contribución inicial de $2.150 millones a la Alianza de Riad.
Se espera que el Grupo de Coordinación Árabe, que engloba 10 instituciones con sede en cinco países, anuncie su compromiso dentro de la COP16.
“La Alianza de Riad para la Resiliencia a la Sequía servirá como facilitador global, promoviendo el cambio de una respuesta de socorro reactiva a una preparación proactiva. También buscamos ampliar los recursos globales para salvar vidas y medios de subsistencia en todo el mundo”, dijo el doctor Osama Faqeeha, viceministro de Medio Ambiente, Agua y Agricultura de Arabia Saudita y asesor de la presidencia de la COP16 de la CLD.
La vicesecretaria general de la ONU, Amina Mohammed, dijo que es crucial “intensificar” los esfuerzos de restauración y trabajar hacia “la movilización masiva de financiación”.
Para Mohammed, la financiación de estos esfuerzos va a suponer un reto, y es poco probable que provenga únicamente del sector público, pero la número dos de la ONU aseguró que: “las inversiones acumuladas deben ascender a $2.6 mil millones para 2030; eso es lo que el mundo gastó en guerra sólo en 2023”.
Precisamente, las negociaciones sobre un futuro régimen mundial de resiliencia a la sequía será el tema central de la COP16 y el primero de su tipo.
Ya varios artículos del texto de la Convención hacen referencia a la sequía y las últimas siete COP de la CLD también contienen decisiones relacionadas con la sequía.
Se espera que las negociaciones entre los gobiernos den como resultado compromisos sólidos para fortalecer la resiliencia comunitaria, nacional e internacional para anticipar, responder y recuperarse de los impactos de las sequías inminentes o en curso, basándose en las opciones de políticas presentadas por el Grupo de Trabajo Intergubernamental sobre Sequía, establecido en la COP 15.
“Tras 30 años de deliberaciones, incluidos seis años consecutivos de grupos de trabajo intergubernamentales, todas las miradas están puestas en nosotros. Es mucha presión, pero debemos aprovechar este momento crucial en Riad. Juntos, podemos revertir las tendencias de degradación de las tierras y construir un mundo más resiliente a la sequía”, afirmó Thiaw, de la CLD.
América Latina y el Caribe y Asia Central y Oriental mostraron una mayor proporción de tierras degradadas en 2019 que la observada a nivel mundial. Sin embargo, las tendencias desde 2015 muestran que África se está degradando considerablemente más rápido que el promedio mundial.
Algunas medidas que podrían reducir la desertificación incluyen reforestar y regenerar especies arbóreas, mejorar la gestión del agua, mantener el suelo, enriquecer y fertilizar el suelo a través de la regeneración de la cubierta vegetal, entre otras, de acuerdo con la ONU.