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- 14/09/2014 02:00
Doce mediodía en punto y las nubes grises están a punto de romperse para dar paso a la lluvia. Llegamos justo a tiempo. Las primeras gotas caen a medida que nos acercamos a la entrada del local. Azahar es un nuevo restaurante que abrirá las puertas al público en general el próximo 18 de septiembre y que en su soft opening, invitó a Sal y Pimienta a conocer su oferta.
Ubicado en El Cangrejo, en la Calle José Isaac Fábrega, ostenta un diseño interior elaborado en conjunto por AAB Designs y Fadlabs. Azahar cuenta con un lounge, barra, comedor principal y dos salones privados, cada uno con su propia personalidad. La barra de sushi y la cocina principal están completamente a la vista, como un compromiso a una labor limpia y sin elementos que ocultar.
Azahar nació el año 2008 en Caracas, Venezuela, su propietario es el Ing. Hernán Cardozo. En los años 2011, 2012 y 2013 y en Venezuela, Azahar fue reconocido como el mejor restaurante de la cocina fusión por la Guía Gastronómica Prestigio..
El año 2014 Cardozo y su equipo de trabajo decidieron explorar oportunidades en Panamá, donde la gastronomía ha dado un salto exponencial, pero donde, como lo establece el ingeniero, ‘hay mucho por hacer y hay grandes oportunidades de hacer cosas nuevas’. Después de un estudio detallado de mercadeo, decidieron cristalizar el proyecto de Azahar Panamá, un restaurante que busca ofrecer a su clientela ‘una cocina honesta, con ingredientes nobles, de la más alta calidad, con técnicas tradicionales y algunas un poquito más modernas pero comprometidos a presentar el mejor de los resultados’.
La cocina de azahar es fusión, con una carta muy amplia donde encontrará algunos platos tradicionales y otros exclusivos.
El Chef Ejecutivo de Azahar es Edwin Arias, de origen dominicano, con más de 25 años de experiencia en los fogones en América Latina y Europa en países como Italia y Francia. Se incorpora al menú un toque asiático de la mano del sushero Rubén Cova, instruido en Caracas y con perfeccionamientos en Nueva York y Miam.
La degustación inició con algunos rollos sushi como el Charles Chaplin, con langostinos tempura, osaki japonés, queso philadelphia, topping d ealmendras, cibulette y miel con salsa yuzu-mayo y el Mr. Miyagi, con salmón, aguacate, tempura spikes, cebollín salsa de anguila y dragón en hoja de soya. También probamos unos crudos de salmón fresco, con cebolla frita, rábanos y naranja ambersweet en soya-juzu y los de atún, con naranja ambersweet sobre espinaca tempura y salsa miso-trufa. deliciosa forma de empezar.
También probamos los langostinos Azahar, envueltos en masa phylo crocante con aderezo thai y una mousse de plátano con fondue de queso fontina y nueces molidas.
Llegó el turno de los platos fuertes: un lomito ithaca, centro de lomito relleno de queso de cabra con nueces caramelizadas, puerro bañada en salsa de espinacas y hongos; un filete de corvina en crema de eneldo y conchuelas sobre carpaccio de aguacate y un risotto de queso de cabra y tomates secos.
El postre, una creme brulée de bailey’s, un cheesecake de nutella y una marquesa de banano.
Pero la carta ofrece muchas más posibilidades en todos sus apartados incluyndo picadas, entradas, crudos, rolls, platos principales —carnes, pollo, pescados y cordero— y pastas y risottos, incluyendo unos interesantes gnochis de plátano y unos tortelloni de zapallo.
Termina la degustación con un café, la lluvia cesa, hay que volver a trabajar.