Julio Iglesias contraataca al negarse a aceptar la paternidad de Javier Sánchez Santos

Los abogados del cantante Julio Iglesias han presentado un recurso para invalidar la sentencia que, el pasado mes de julio, emitió un tribunal de Valencia a fin de reconocer legalmente su condición de padre de Javier Sánchez Santos, quien llevaba décadas batallando para que se aceptara su filiación con el intérprete tras la aventura amorosa que este habría mantenido con la bailarina María Edite, madre del demandante, en el año 1975.

La decisión tomada por el astro de la música no debería resultar sorprendente, ya que en los días inmediatamente posteriores al dictamen sus propios letrados avisaron de que contrarrestarían la medida por todos los cauces posibles. Sin embargo, el plazo para la presentación de dicho recurso estaba a punto de finalizar, por lo que sí asombra la forma en que estos han apurado los límites.

En cualquier caso, el equipo legal del incombustible vocalista sigue confiando en la fortaleza de sus argumentos para revertir el pronunciamiento de dicho tribunal, los cuales se basan fundamentalmente en la ausencia de pruebas concluyentes que determinen esa relación biológica y, asimismo, en el apoyo mostrado por la fiscalía provincial de Valencia a su postura. De hecho, el ministerio público se posicionó del lado del artista en el proceso y pidió el sobreseimiento del caso.

La sentencia contraria a los intereses de Julio Iglesias se vio motivada, en palabras del propio magistrado, por una serie de "indicios suficientes" para establecer el vínculo paterno-filial de ambas partes, entre los que destacan la negativa reiterada del músico a facilitar la investigación con la correspondiente prueba de paternidad, así como la coherencia entre las fechas en que supuestamente se produjo su encuentro con la madre del demandante y la concepción del mismo.

En su exposición, el juez también hizo referencia al "evidentísimo parecido físico" entre Julio Iglesias y Javier Sánchez, aunque concedió que este podía ser fruto de una milagrosa casualidad, y a lo minucioso del relato ofrecido por María Edite a la hora de describir la mansión en la que se alojaba esos días el cantante cuando fue invitada a pasar la noche con él.