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- 25/07/2024 00:00
- 24/07/2024 19:58
“Vivir en el Casco es como vivir en un crucero, excepto que el barco nunca se mueve, las personas son las que cambian.”
Bajo el cálido sol tropical y la brisa del océano Pacífico, el señor Stewart y su esposa Lisa llegaron a Panamá desde su ciudad natal Beaverton, Oregon, con la intención de pasar dos semanas de vacaciones. Pero el encanto del país los envolvió y ahora se encuentran en su segundo año viviendo en el Casco Antiguo de la Ciudad de Panamá.
En su primera semana en la ciudad, paseaban por la Cinta Costera y se sorprendieron al ver una chica trotando sola y familias con niños jugando alegremente en el fresco de la noche panameña.
Esto los conmovió. Ese instante de paz y seguridad fue el que encendió en ellos el deseo de quedarse.
Después de muchas reflexiones, la pareja decidió hacer del Casco Antiguo su nuevo hogar, junto a su fiel perro Ziggy. Sus calles empedradas y edificios coloniales los cautivaron. Stewart comenta con una sonrisa: “Mi esposa Lisa lo dijo mejor, le daré crédito: vivir en el Casco es como vivir en un crucero, excepto que el barco nunca se mueve, las personas son las que cambian.”
El Casco Antiguo se ha convertido en un mosaico de amistades internacionales para la pareja, todo gracias a sus paseos diarios con Ziggy, a quien Stewart llama cariñosamente su “people magnet” o imán de personas. Cada paseo con Ziggy es una oportunidad para conocer a alguien nuevo y hacer del Casco una familia.
Ya retirado, Stewart encontró en el Casco Antiguo no solo un hogar, sino un propósito. “Yo quiero ser el paseador de perros”, dice con felicidad. En este rincón vibrante y acogedor de Panamá, donde el buen gusto se entrelaza con la historia, Stewart y Lisa encontraron el lugar perfecto para vivir su jubilación.