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- 14/12/2024 00:00
- 13/12/2024 19:30
Los accidentes de tránsito constituyen un problema nacional actual en aumento, tanto en la ciudad como en el interior, y que afecta no solo la seguridad de los conductores, sino también principalmente a los peatones. Entre los diversos factores que inciden en este fenómeno, destacan la pobre infraestructura peatonal a nivel nacional existente, la cultura de tránsito y la planificación urbana. A noviembre de 2024 son más de 275 muertes por este tipo de accidentes.
A continuación, analizamos cómo estas variables interactúan y contribuyen a los atropellos a peatones, así como también a ciclistas, lo que se ha convertido en una macabra costumbre que reportan los medios de comunicación y redes sociales en Panamá, casi a diario, así como sus posibles soluciones. Este es un problema mucho más grave, casi de vida o muerte, pues constituye algo fundamental como la seguridad en los desplazamientos, sobre todo entre los grupos más vulnerables: los adultos mayores, niños y jóvenes, mujeres y usuarios del transporte público.
La cultura de tránsito se refiere a los comportamientos, normas y valores que rigen la interacción entre los diferentes usuarios de la vía pública. En sociedades donde prevalece una actitud de respeto hacia las leyes de tránsito, los niveles de accidentalidad suelen ser menores. Sin embargo, en contextos donde estas normas se perciben como flexibles o arbitrarias, se fomenta un ambiente de riesgo. En el caso particular de Panamá, es común escuchar decir que ¨las calles son para los carros¨ o también que en las intersecciones de calles los autos no se detienen ante los peatones que esperan cruzar las calles. Los autos por lo general son los que tienen prioridad.
Entre los comportamientos que aumentan los atropellos se incluyen: el exceso de velocidad en zonas urbanas, la falta de cortesía y respeto a los pasos de peatones, el uso de dispositivos electrónicos mientras se conduce o camina. Por otro lado, la educación vial juega un papel crucial. Programas educativos efectivos pueden inculcar desde una edad temprana el respeto mutuo entre conductores y peatones, reduciendo los incidentes.
La estructura y diseño de las ciudades y lugares poblados, tan precaria en Panamá, también influye significativamente en la seguridad vial. Ciudades con una planificación centrada en los automóviles tienden a ser más peligrosas para los peatones, mientras que aquellas diseñadas con enfoque en la movilidad sostenible suelen ser más seguras.
Elementos de la planificación urbana que afectan los atropellos:
Infraestructura insuficiente para peatones: Contar con aceras amplias, pasos de peatones señalizados y cruces seguros, por ejemplo, semaforizados, disminuyen el riesgo de un atropello. Otras condiciones también son las climáticas, como la lluvia, que expone a los peatones a unas contingencias aún mayores.
Distribución del tránsito: La concentración de vehículos en zonas densamente pobladas incrementa la probabilidad de accidentes. Un ejemplo es como las calles urbanas se convierten en autopistas urbanas de alta velocidad. También los planes comprensivos de tránsito donde la Vía Interamericana, que atraviesa zonas urbanas y pueblos rurales de todo el país, conviven el tránsito de equipo pesado y los peatones.
Iluminación pública: La falta de iluminación adecuada en calles y cruces dificulta la visibilidad de los peatones, especialmente en horarios nocturnos.
Para reducir los atropellos a peatones, es fundamental una combinación de medidas centradas tanto en la cultura de tránsito como en la planificación urbana. Algunas estrategias incluyen:
Educación y concienciación: implementar campañas de educación vial que promuevan el respeto por los peatones y las normas de tránsito. En Panamá existe la Fundación para la Educación Vial (@educacionvial) que lleva años realizando una valiente labor de gestión y educación del lado de los peatones y las víctimas. Por la parte gubernamental, a través de las distintas administraciones de la Autoridad de Tránsito y Transporte Terrestre (ATTT) aún no han internalizado en políticas, proyectos y educación para la cultura urbana que priorice la seguridad que deben recibir los peatones al transitar por las calles.
Diseño urbano inclusivo: crear espacios públicos que prioricen a los peatones, como calles peatonales, carriles exclusivos para bicicletas y zonas de baja velocidad. Una solución local al problema ha sido construir pasos elevados peatonales, pero estos además de ser costosos, inseguros, difíciles de mantener y estéticamente desagradables limitan la movilidad peatonal al no ser inclusivos para discapacitados o hace que la travesía de cruzar las calles para los peatones sea más difícil. Son los llamados puentes antipeatonales.
Tecnología y regulación: incorporar tecnologías como semáforos inteligentes y sistemas de detección de peatones, así como endurecer las sanciones por incumplimiento de las normas.
No hay que ir muy lejos para ver ejemplos de centros urbanos de ciudades como Bogotá o Buenos Aires que han implementado estrategias efectivas para reducir los accidentes de tránsito, incluyendo una fuerte infraestructura de aceras con cruces señalizados y semaforizados, iluminación nocturna para peatones, redes extensivas de ciclovías y zonas de tránsito calmado. Estas iniciativas demuestran que un enfoque holístico puede mejorar significativamente la seguridad vial.
La relación entre los atropellos a peatones, la cultura de tránsito y la planificación urbana subraya la importancia de abordar este problema desde múltiples ángulos. Fomentar una cultura de respeto y responsabilidad, combinado con un diseño urbano centrado en las personas, es clave para reducir los accidentes y garantizar la seguridad de todos los usuarios de la vía pública.