El arte de escuchar

Actualizado
  • 29/06/2024 00:00
Creado
  • 28/06/2024 19:12
Si desde el hogar no creamos el hábito de la escucha activa y el respeto hacia la otra persona mientras habla, ninguna institución lo hará

Dentro de los caracteres chinos la palabra escuchar está compuesta de cuatro conceptos: oído, atención, ojos y corazón, por ende, la palabra escuchar es más profunda de lo que podemos imaginar.

En la filosofía Zen japonesa, el escuchar es un acto de humildad en sí, puesto que mi yo se pone a un lado para que otro sea el protagonista y mi centro de atención.

En la Real Academia Española de la Lengua usted puede leer que escuchar es: Prestar atención a lo que se oye; dar oídos, atender a un aviso, consejo o sugerencia y, aplicar el oído para ser informado. Sus sinónimos son oír o percibir, sin embargo, al paso de los años nos ha quedado muy claro que, escuchar, es un acto más profundo que oír.

Escuchar es un verbo que hace referencia a la acción de prestar atención en algo que es captado por todos los sentidos; sí, ¡todos los sentidos! y proviene del latín ascultâre lo cual indica que la persona apela a sus facultades para auscultar el todo de su contraparte.

La pregunta del millón sería ¿realmente escuchamos? interrogante que me viene ya que cada vez más presto mucha atención a mi entorno y sin excepción alguna, sea en un almuerzo laboral, entre parejas o familia, las personas, mayoritariamente no se escuchan pues están chateando, interrumpen constantemente al interlocutor para ser él o ella el centro de atención, escriben en computadoras o tabletas, contestan teléfonos, o sea, hacen de todo, menos prestar atención y, peor aún, ni siquiera miran a los ojos de forma directa.

Le recuerdo que científicamente está probado, muy probado, que el ser humano no es capaz de ser multitasking con éxito pues fallará en alguna de las actividades que está realizando.

¿Cuántas veces le ha pasado que llama a un amigo y, entre regaños y gritos hacia los niños u otros miembros del hogar, incluidas mascotas, usted está en un segundo plano y no se siente escuchado?, Si es que no le mascan la lechuga en el auricular... ¿Cuántas veces le ha pasado que, al hacer una pregunta o comentario, la otra persona le interrumpe sin dejar que plantee todo para defenderse, muy a pesar de que ni siquiera la está atacando o cuestionando?, ¿cuántas veces le ha pasado que se siente solo aun estando acompañado?

En esta nueva era, la escucha activa, forma parte de las habilidades blandas (muy valoradas por múltiples empresas), sin embargo, ¿es ahí donde se deben enseñar? ¡No! ni en las empresas, universidades o colegios, ello se debe enseñar desde el hogar. Y si desde el hogar no creamos el hábito de la escucha activa y el respeto hacia la otra persona mientras habla, ninguna institución lo hará. Todos merecen respeto y atención e, ignorar a la otra persona, es el mayor acto de irrespeto que se puede cometer.

¿Le cuento algo como especialista en Lenguaje no verbal? El poner el celular, así sea con la pantalla hacia abajo en medio de dos personas significa que el celular está en mi centro de atención o está, antes que la otra persona por ello es que, cuando estoy con amigos, ni siquiera lo saco de la bolsa del pantalón y lo pongo en la mesa, pues para mí, mi amigo(a) es prioridad. Es más, pueden llegarme mensajes y los leeré hasta que termine la cita con la persona o llegue a casa.

Escuchar lo es todo. Nos ofrece información, nos permite interpretarla y tomar decisiones en torno a un contexto. Por esta razón, la realizar esta acción es una de las habilidades más importantes que debemos tener hoy en día. Sin embargo, aunque sabemos de la importancia de escuchar, no siempre lo hacemos y es porque se necesita paciencia, tiempo y predisposición. ¿tiene usted paciencia, tiempo y predisposición?

La escucha activa significa también estar en su aquí y ahora (principio del Mindfulness) y con plena conciencia e interés en lo que la persona o personas que tenemos delante nos están transmitiendo.

Del mismo modo, escuchar activamente conlleva a una predisposición de comprender el mensaje de manera correcta de acuerdo a lo que nos quieren transmitir. Para ello debemos tener claro que, usted y yo somos responsables de lo que decimos, más no de lo que la otra persona interpreta, por ende, prestar atención a la persona y en el mensaje es, en definitiva, poner a trabajar nuestras capacidades cognitivas y empáticas al máximo. Es más, le pongo un plus interesante, quien escucha, tiene el poder.

Los mensajes no son solo palabras, también incluyen gestos, sentimientos, formas de transmitirlo y expresión. Por cierto, amigo lector, aunque le suene raro, la mejor escucha es aquella que se hace con los ojos ya que, tenerlo todo en cuenta, significa estar presente de manera activa.

En el libro de Marco Aurelio titulado “Reflexiones” (uno de mis favoritos) él escribe: “Acostúmbrate a prestar atención a lo que dice otra persona y, en la medida de lo posible, procura entrar en su mente. Por lo general, primero hay que aprender muchas cosas antes de poder juzgar la acción de otro con conocimiento”.

Si a las palabras de Marco Aurelio le sumamos las de Gandhi donde indica que la verdad es totalmente interior y, para ello, hay que escuchar pues al no hacerlo perdemos el tiempo buscando afuera de la otra persona, el acto de escuchar es oro.

Charles Chaplin también abogó por el arte de escuchar cuando decía: “No esperes a que te toque el turno de hablar, escucha de veras y serás diferente”.

Si usted sabe escuchar amigo lector, muchos irán a hablarle. Sea atento, silencioso y recogido. Tal vez, antes de que pronuncie una palabra constructiva, quién le habla se habrá ido, feliz, liberado o iluminado pues, lo que inconscientemente esperaba, no era un consejo o receta de vida, sino a alguien en quien apoyarse y sentirse escuchado.

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