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- 09/05/2024 10:32
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¿Desde hace cuánto usted no escucha que su hijo estudia caligrafía en el colegio?, ¿Desde hace cuánto usted ve que la mayoría, sin importar edad, dejó de tomar notas en una reunión para teclear en su dispositivo móvil, tableta o computadora portátil?, ¿Desde hace cuánto no recibe una tarjeta escrita a mano con un mensaje personal y que no sea comprada de farmacia?
En pleno Siglo XXI, un arte como la escritura a mano, que nos ha acompañado desde nuestro génesis histórico, está en crisis y, cada vez más, vemos letras horrorosas y poco legibles o descuidadas, con una ortografía pésima y una redacción que ¡para qué le digo!
A la escritura a mano le debemos todo, desde nuestra comunicación y supervivencia en las cavernas, constituciones, leyes, actas de independencias, bitácoras donde se describían nuevos mundos hasta, cheques firmados por el jefe o cliente.
La famosa frase “el punto sobre la i” se lo debemos agradecer a la letra gótica. El que algunos profesionales usen aún letra cursiva o palmer se lo debemos a nuestros profesores de colegio, pero, también, el que muchos detesten escribir a mano, se lo debemos a ellos mismos gracias a esas planas interminables que ponían de castigo.
Con el tiempo, las herramientas para escribir pasaron de pigmentos naturales, incluida la sangre, hasta tintas avanzadas y geles. También pasamos de escribir con piedras, plumas de aves o plumas fuentes hasta llegar a rollerballs, teclados o plumas digitales como las de Apple.
Haciendo un paréntesis, ¿sabía usted amigo lector que, los bolígrafos no fueron diseñados para personas que escriben claro sino más bien para personas cuya caligrafía tenía deficiencias y eran poco legibles, gráciles o sutiles? Las plumas fuentes, en cambio, se mantienen en el mundo de la escritura hasta el sol de hoy para la “elite” educada que presta atención al detalle de su letra, ortografía y estética... ¡casos y cosas!
Como profesor universitario puedo decirle que el chasquido característico de la cámara de un celular suena sucesivas veces en los salones, ¡ya casi nadie toma apuntes!
Los analistas de tendencias valoran datos como este: el 88,4% de los niños de 10 años utiliza dispositivos móviles para escribir. Es más, la red internacional We are Social, dice que, aproximadamente 39.5 millones de usuarios de WhatsApp, ni siquiera teclean un mensaje de texto por preferir mensajes de voz.
Tan en declive está la escritura a mano que, algo tan personal y distintivo como nuestra firma, está en crisis. Además de ya existir la versión digital de ella, ahora hay Apps donde usted paga, si, así como lo lee, ¡paga! para que una inteligencia artificial le desarrolle una firma.
En tiempos en los que prima la inmediatez de la comunicación y la conexión permanente en la red, recibir una tarjeta postal o una carta manuscrita es un hecho insólito y muy agradecido por el receptor porque significa “me importas y me tomé un tiempo para ti”.
Como diseñador gráfico y publicista le puedo decir que no hay nada más íntimo, personal, detallista y raro que recibir una tarjeta de invitación o agradecimiento escrita a mano. Ello involucra, además de la ortografía correcta y el trazo más fino, el saber elegir el papel adecuado, la pluma correcta y hasta la tinta ideal para hacerlo.
¿Cuánto ha cambiado el mundo de la escritura? Bueno, la marca BIC ha lanzado al mercado un celular desechable llamado BICphone. El teléfono se vende preparado para su uso inmediato, con una batería precargada y un cierto número de minutos. Después puede ser recargado mediante tarjetas prepago. El embalaje también incluye un kit de manos libres y un cargador USB; cuenta tan sólo con alarma, reloj, calculadora y una radio FM. Puede recibir y enviar SMS, pero no cuenta con ninguna funcionalidad multimedia.
¿Imaginamos un futuro con o sin bolígrafos? Hagamos un repaso mental y rápido desde la película Metrópolis de 1927, pasando por 2001: una odisea del espacio, Blade Runner o la serie británica Black Mirror, que señala los ángulos más oscuros de la sociedad tecnológica actual y está inspirada en avances tecnológicos ya implantados o en desarrollo, ¿vio una pluma o alguien tomando apuntes?
El modelo educativo finlandés, considerado el mejor de Europa por el informe PISA, también ve el futuro entre pantallas. Así, este año ha dado la opción a los colegios de que enseñen las letras sin obligación. Es decir, a partir de los 7 años, los niños pueden aprender a escribir solo con letra de palo con el objetivo de que se familiaricen cuanto antes con la letra de imprenta y pasen a clases de escritura a computadora.
Ahora, la pregunta del millón es ¿por qué aún se venden lápices, plumas, hojas, memo pads o cuadernos? Porque en el fondo sabemos que la práctica de escribir a mano genera mayores conexiones neuronales y es crucial para nuestro desarrollo cognitivo, además, siguen siendo más efectivos y económicos para comunicarnos.
Y le cuento más amigo lector, escribir en cursiva (con ligaduras) es una herramienta fundamental para el desarrollo porque ayuda a ciertas áreas del cerebro en cuanto a control de movimiento, sensaciones y razonamiento y, ellos, no se entrenan con teclados ya que, practicar caligrafía, requiere más recursos cognitivos de tipo superior; es decir, precisa mucho más desarrollo de la memoria y de la capacidad de autorregulación (por ejemplo, en la corrección), más control manual, orientación espacial y psicomotricidad. Asimismo, se ha comprobado científicamente que aumenta la reserva cognitiva en personas mayores.
Hubiese querido haberle escrito este artículo a mano, sin embargo, juntos estaremos siempre en contacto gracias al arte de la redacción y el arte de hacer fluir los ríos de tinta llenos de conocimientos.