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Diseño panameño, creatividad, funcionalidad y sostenibilidad










- 23/03/2025 00:00
Elena González, directora del Centro Cultural de España conocía poco sobre Panamá antes de arribar al país y tomar posesión de su cargo. “Me había documentado, pero no tenía mucha información sobre todo sobre la escena cultural del país y la verdad que fueron pues varios meses desde mi llegada, que dediqué sobre todo a conocer y hacer un mapeo de las instituciones, los artistas, los creadores, los agentes culturales. Sobre todo, fueron meses de mucha escucha para llegar a pensar y comprender cómo el Centro Cultural de España podía contribuir a la escena cultural local”, cuenta la directora.
Y es que no se trata de repetir o duplicar esfuerzos, sino de hacer una programación que complementara los esfuerzos existentes. “Fueron meses de escucha, de reunirme con muchos directores, directoras de espacios, de centros, con artistas, con creadores, con agentes y actores del mundo cultural y precisamente esta exposición que hemos presentado en el en el centro hace apenas una semana, Hecho con Panamá, fue fruto, pues de estos meses de investigación y de mapeo. Fui a ver un estudio de diseño, el de Clandestino, estuve visitando sus talleres y luego estuve visité otro estudio, el de Sofía Alvarado, que también está presente en la exposición y fue a raíz de estas visitas que consideré que podía haber una exposición ahí detrás”, comenta.
El paso siguiente era encontrar un curador que tuviera conocimientos sobre la escena local y pudiese dar forma a la exhibición. “A Eduardo Izaguirre le conocí al poco de llegar y a raíz de conversaciones, de conocer también su trabajo como arquitecto y como asesor en temas de interiorismo, pensé que de pronto era él la persona más idónea para hacerle este encargo de comisariar, de curar esta exposición sobre diseño panameño con enfoque de sostenibilidad”, detalla.
Arranca entonces el proceso de recopilar información. Formar parte del círculo, conocer el ecosistema da la posibilidad de conocer a algunos de los involucrados en proyectos de diseño sostenible, pero eso no es suficiente. “Fue un proceso de investigación, dar con estos proyectos y obviamente también desarrollar el propio proceso curatorial, ir filtrando para esta primera muestra en la que hablo un poco sobre cuál es el pulso del diseño en Panamá y, en específico, con esta distintas magnitudes y orientaciones hacia el desarrollo sostenible, un elemento que también forma parte de la ecuación”, comenta Eduardo Izaguirre, curador de la exposición. “Investigamos un montón, teníamos un gran grupo de clasificados y luego, la limitante del espacio también fue un factor, por eso establecimos que esta sería una primera muestra, nada conclusiva. Por eso no lo llamamos la muestra de diseño, sino muestras de diseño sostenible, un poco para que se entendiera que hay muchos ejemplos”, aclara el curador.
La intención es que esta primera exposición abra una para que otras personas del sector generen recomendaciones de otros proyectos que pudiesen presentarse en fechas futuras.
Cuando el Centro Cultural de España invita a desarrollar esta exposición, el tema era muy abierto, era el tema era diseño en Panamá. Pero en el diseño existen muchísimas categorías: diseño digital, diseño gráfico, diseño industrial, diseño de modas, diseño de espacios, solamente por mencionar algunos. Aprovechando el apoyo de los organizadores de la Bienal Iberoamericana de Diseño en Madrid, Izaguirre decidió apoyarse en las mismas categorías desarrolladas en esta cita internacional. De doce categorías, hubo que reducir aun más. Para ello consideró las áreas relacionadas con su expertise de 10 años en Panamá en los que ha trabajado con firmas de arquitectura y diseñadores de mobiliario.
El curador entró en contacto con marcas y proyectos creativos que hasta ese momento desconocía. “El proceso me resultó fascinante”, afirma, aunque fue muy complicado, de todos aquellos proyectos que consideró, llegar a un total de 17 participantes más un homenaje al arquitecto Patrick Dillon.
Los criterios que se consideraron para esta selección fueron que estuviera hecho en Panamá, no solo por su registro comercial o la sede de su producción, sino que el proyecto hablara de Panamá, que tuviese al país como una fuente de inspiración o que tuviese la vocación de resolver un problema concreto en Panamá. Esto fue derivando en este juego de ‘Hecho con Panamá’ en que también los productos reflejen un poco del mundo cultural del cual dicen que provienen.
“Hicimos un formulario en el que se consultó cómo tu proyecto involucra a temas de desarrollo sostenible, cómo consideras que es inclusivo, cómo consideras que se inspira en Panamá, bien sea en la historia, en el paisaje o a nivel intelectual; cómo conectas tu marca con Panamá como fuente de inspiración y luego, por qué Panamá o cómo Panamá es un terreno fértil para que este tipo de proyectos sucedan”, detalla Izaguirre.
Todos los diseñadores debían residir en Panamá, sean panameños de origen o extranjero y también se consideró no solo la creatividad sino cómo con el tiempo ha ido evolucionando, creciendo y afianzándose en un mercado y cómo han aprovechado los materiales disponibles, incluyendo aquellos que inicialmente eran un descarte.
Destaca el comisario que fue realmente gratificante el hecho de que todos los convocados estuviesen muy dispuestos a participar, sin ningún tipo de reparos. Además, “muchos de estos diseñadores comparten sus conocimientos. Muchos se dedican a dictar talleres, a tratar de abrir procesos”, no se quedan con una fórmula solo para su propio beneficio.
Para Izaguirre ha resultado muy valioso el proceso riguroso que tuvo la curaduría con el beneficio de ofrecer una mirada externa, porque más allá de la simpatía por un producto o marca, o fascinación por el diseño, si la materia prima no es panameña, si tiene una consideración medioambiental o si no habla del país, fallaban en la evaluación.
Fueron consideradas propuestas de personas individuales, así como propuestas colectivas. Además, la posibilidad de jugar con diversos materiales: barro, plástico reciclado, madera de descarte, concreto, chatarra...
Por último, la intención también es la de mostrar la interculturalidad en estos proyectos. “Queríamos hacer notar que lo local no siempre es puro, no necesariamente es 100% panameño, porque tal vez se hizo aquí, pero hay que tomar en cuenta cada uno de los de los diseñadores, tal vez parte del equipo de producción tiene cruces a nivel global, o sea, bien sea de origen, de formación, de práctica, de inspiración. Otros están vinculados por temas de origen, de trabajo. Panamá siempre se ha visto geográficamente de manera tan estratégica y en el diseño local también están estas trazas internacionales que también influyen en la creatividad”, sostiene Izaguirre.
Más allá de los materiales o el producto terminado, Izaguirre quiso dejar al descubierto los procesos a través de los cuales son elaborados. “Siento que cuando eres diseñador, dentro de un entorno de diseñadores, no pones tantas notas al pie en ciertas cosas y hay temas asumidos que ni se discuten o cuestionan; no se busca ser explícito, pero hay que considerar cómo es la lectura, esa relación de las audiencias de no diseñadores con ciertos productos. Siento que es importante abrir esta exposición a estos temas, dejar desnudos los procesos, la materialidad, el esfuerzo, esa generación de empleo justo. Todas esas capas de información aportan un valor; ayuda que la gente ponga en valor el costo del producto terminado cuando se entiende todo el proceso que ocurre. Entonces, por eso nos parecía importante que esta exhibición de diseño no se centrara en el producto terminado, sino que mostrara también la materia prima”.
Luego de una exhaustiva investigación Izaguirre ve con nuevos ojos el ecosistema del diseño en Panamá, ligado con la sostenibilidad. “Hay estudios de arquitectura en los que se está resaltando mucho el tema del branding y de la narrativa, de poder hacer todo un discurso detrás de los productos y sí, hay un enfoque muy fuerte en el diseño local, pero no necesariamente está en todos los compromisos con el desarrollo sostenible”, reconoce.
Uno de los grandes retos para el curador fue el poder diferenciar esto en cada uno de los participantes y que no hubiese la posibilidad de un “green washing”. “A nivel de diseño y arquitectura el diseño local se está reforzando mucho, pero sigue siendo un tema complejo este si uno lo aparta del hecho de que está ‘hecho en Panamá’.
Y es que se espera que el diseño local pueda reflejar identidad, “que tenga pantallazos de referencia, no tiene que ser explícito. Pero que haya una alegoría, un mensaje, que te traiga a la memoria una imagen de la infancia, que sea parte del imaginario”.
A nivel de diseño utilitario, Izaguirre considera que “sí hay un esfuerzo en involucrar el diseño local, pero todavía hay un montón de retos para para poder amarrarlo con esa herramienta de transformación que también queremos que sea el diseño. No es solo la estética, lo contemplativo y lo funcional”. En esta categoría hubo muchas más opciones a considerar, pero las limitaciones de espacio no hicieron posible incluirlas. “Pero el reto sigue siendo llevar lo estético y lo funcional a tener un mayor propósito, que era el pulso que derivó esta investigación”, indica.
A nivel de diseño industrial, de mobiliario, la oferta es mucho más reducida y mayormente de arquitectos que decidieron dedicarse al diseño industrial de mobiliario, situación común a nivel global, pero que deja en evidencia que no se trata de diseñadores industriales de formación.
La conclusión para Izaguirre es que “no solo se trata de etiquetar lo local por la marca registrada ni por el lugar de procedencia, sino que también pueda asociarse con la identidad panameña y, además, tener una contribución al nivel de desarrollo sostenible, que era el eje temático importante de la exposición”.
Luego de la conceptualización, está la puesta en escena; un montaje que sea lo suficientemente elocuente, pero sencillo, fácil de comprender. Este fue otro reto para el curador que debió vincular desde el homenaje a un arquitecto con una obra que trasciende lo nacional, a productos tan diversos como palitos chinos, lámparas, velas, joyería, mobiliario y materiales de construcción.
“A nivel de espíritu, de forma de vida, de cómo podías llegar a la arquitectura y condicionar el modo de vida de personas que son compatibles con ello, se va a valorar algunos de estos productos desde esa misma perspectiva de conciencia y propósito”. Explicó Izaguirre.
A Dillon, así como los expositores convocados se les pidieron muestras de materiales. “No queríamos comprometer a los participantes en generar una nueva pieza exclusiva para esta exposición, pero sí queríamos presentar el trabajo de todos y proporcionar información nueva a los visitantes, que la gente que ya conocía el trabajo de muchos de ellos pudiesen conocer información de qué hay detrás de ese producto y en que en que están involucrados”.
El espacio se ha aprovechado al máximo, con detalles sobre materiales y procesos en espacios muy bien delimitados. Se trata de una sala pequeña pero que, al momento, rebosa de información.
“La propia disposición de los paneles, la solución que ha encontrado Eduardo para plantearla, son planchas de madera en el suelo las que sujetan los propios soportes donde van los explicativos de cada uno de los estudios y colectivos que se presentan. Me parece que ha sido un gran acierto a nivel expositivo, funciona realmente bien y traslada también un poco la idea de la propia exposición de utilizar materiales también que sean reciclables en la propia museografía, por así decirlo, de la de la exposición”, considera la directora del Centro Cultural de España.
“De distintas ideas que tenía él, la verdad que yo confiado plenamente en su en su criterio, que me parece un gran profesional y y le di carta blanca en el sentido de que tenía la intuición de que iba a hacer un trabajo excelente y así ha sido”, agregó.
González considera que a lo que va de la exposición, se ha valorado pues de forma muy positiva y también ha sido una gran sorpresa para los espectadores y los visitantes, ver que hay tal cantidad de estudios de diseñadores con propuestas tan novedosas y a la vez tan sostenibles. Creo que todo el mundo ha quedado gratamente sorprendido de la creatividad panameña. Así que estoy muy contenta con estos resultados y puedo decir también que el que el primer sábado tuvimos 198 visitantes, que la verdad que es también un número muy elevado de visitantes en la exposición, así que no hay duda de que va a ser muy visitada”.
El arquitecto se considera que la conceptualización que se desarrolló para esta muestra da pie a que puedan realizarse otras exposiciones y que pueden ser curadas por otras personas. “Si lo vemos desde diseño sostenible, pudieran ser varios volúmenes. Este, quizás este es un primer volumen, se puede hacer otra edición, invitar a nuevos participantes, etcétera. Pero también siento que al Centro Cultural de España le llamó la atención este concepto que derivó de la de la curaduría para aplicarlo en otros temas como gastronomía o quizás otras categorías del diseño que no se mencionaron en esta primera muestra: diseño gráfico, diseño de moda... abre las puertas a muchos temas mostrando las posibilidades del sector creativo en general, como la literatura, el cine, o sea, temas que tengan que ver con la creación”.
Hecho con Panamá
Proyectos participantes
Patrick Dillon Erbe
Casa Salo (1997), El Panama Rainforest Discovery Center (2009) y Casa para un Dj (2024)
El Patio Arquitectos
Revitalización urbana del Terraplén
Sepia
Casa Alegre (diseño sostenible inspirado en las casas de quincha)
Sketch
Fundación espacio creativo @Heurtematte (Diseño de espacios para programas de formación para bailarines y la reconstrucción de su tejido social)
Bettis Tarazi
Diseñadores del futuro (promueve el aprendizaje experiencial como herramienta de empoderamiento)
Rizoma Estudio
Diagrama de floración (taller interactivo sobre plantas comestibles locales)
Luciérnaga
Lámparas Erizo y Anémona, colección Océanos (elaboradas con 100% plástico reciclado)
Palitos en mano
Serpiente de madera (palitos chinos elaborados con madera de puertas de descarte)
Luz primitiva
Velas enrolladas (elaboradas con material utilizado en la industria apícola que terminaba siendo descartado)
Koto cerámica
El frutero de Eudocia (propuesta que valoriza las prácticas artesanales de La Arena, Chitré)
Hugo González
Vientos alisios (Bloques ornamentales con pigmento, cuya forma redirecciona los temporales vientos alisios, lo que permite una mejor aclimatación de los espacios)
Coati Home
Las super livianas (colección de bandejas en 100% teca certificada)
Buenamoza
Ángulos irregulares (anillos con estructura fabricada con plata de chatarra reciclada, bronce y metales de joyas fundidas, complementadas con concreto, carbón, minerales en polvo y pigmentos vegetales)
Simple AF
Simply Circular (accesorio hecho de textil reciclado con herrajes fabricados con plástico reciclado.
Kiru Maki Artesanías
Lámparas de fibras vegetales de bellota y cazuela de barro
Miguel Corro
Sillas serie PI (construidas con madera de árboles caídos con enfoque a la ergonomía natural)
Fi- Sofía Alvarado
Tropical Depression (mobiliario artístico de confección artesanal de lujo inspirado en el ciclo de vida de las plantas tropicales)
Clandestino Labs
R30/ Regresión a los 30 (piezas de arte y diseño -sillas de varias dimensiones- construidas con plástico reciclado)
El curador
Eduardo Izaguirre
Arquitecto, diseñador urbano, interiorista y fotógrafo venezolano residente en Panamá. Cofundador de Vodo Arquitectos y director de Diseño en Dekel Holdings. Su formación académica incluye una Maestría en Diseño Urbano de la Universidad Metropolitana en Caracas, así como estudios de posgrado en Ordenación del Territorio en la Universidad Politécnica de Cataluña, Barcelona. Cuenta con un Diplomado Avanzado en gestión y Diseño de Ciudades y un diploma en Arquitectura de la Universidad Simón Bolívar.
Homenaje a Patrick Dillon
Para Izaguirre, el arquitecto Patrick Dillon es un icono de la arquitectura tropical panameña, con una con una alta valoración a nivel internacional. “La obra de Patrick es muy potente y si bien teníamos unos palitos chinos, un anillo o un espacio público, al final pienso que la filosofía de vida, de lo que de lo que fue su propia experiencia como diseñador que nace en la en la antigua Zona del Canal, cuando él desglosa y te describe cuál era la estrategia detrás de de una casa en Gamboa de aquella época, lo veías casi como una estrategia militar incluso contra el mismo entorno, pero no como una manera de resguardo ni de agresión, sino de cómo voy a ser partícipe de esta naturaleza en una época donde no había aire acondicionado”, se explaya. Y luego, cómo cambia esa dinámica cuando el aire acondicionado se incorpora a la arquitectura y cómo eso cambia la dinámica de relación con el entorno”.
El tiempo le suma a Dillon viajes y una vasta experiencia profesional, hasta que decide volver a Panamá buscando desconectarse de la arquitectura para enfocarse en la obra civil.
“Él no podía escapar de ese refuerzo en trabajando con estructuras, aquí, no se está buscando algo ornamental, es lo que es. Un pilote es un pilote, con una función, un cálculo y no es ni más concreto ni menos concreto. Y por eso es que cuando diseña Casa Salo, que ha sido su experimento de vida, un proyecto que ha ido evolucionando desde el 97, ahí puso en práctica todas esas premisas de cómo él visualizaba que tenía que ser una forma de vida y esa misma experiencia se convirtió en su mejor showroom”.
Los diseños de Dillon son particulares, específicos, Claro, es una cosa muy específica, muy particular, pero más allá de la filosofía del diseño, también hay un usuario consciente que va a poder ser compatible con ese espacio de arquitectura. “
La muestra de Patrick Dillon es la búsqueda y el logro de una arquitectura sostenible que emplea sistemas pasivos de acondicionamiento ambiental, bajo consumo energético, reciclaje y/o reutilización de materiales.
Proyectos participantes
Para Izaguirre, el arquitecto Patrick Dillon es un icono de la arquitectura tropical panameña, con una con una alta valoración a nivel internacional. “La obra de Patrick es muy potente y si bien teníamos unos palitos chinos, un anillo o un espacio público, al final pienso que la filosofía de vida, de lo que de lo que fue su propia experiencia como diseñador que nace en la en la antigua Zona del Canal, cuando él desglosa y te describe cuál era la estrategia detrás de de una casa en Gamboa de aquella época, lo veías casi como una estrategia militar incluso contra el mismo entorno, pero no como una manera de resguardo ni de agresión, sino de cómo voy a ser partícipe de esta naturaleza en una época donde no había aire acondicionado”, se explaya. Y luego, cómo cambia esa dinámica cuando el aire acondicionado se incorpora a la arquitectura y cómo eso cambia la dinámica de relación con el entorno”.
El tiempo le suma a Dillon viajes y una vasta experiencia profesional, hasta que decide volver a Panamá buscando desconectarse de la arquitectura para enfocarse en la obra civil.
“Él no podía escapar de ese refuerzo en trabajando con estructuras, aquí, no se está buscando algo ornamental, es lo que es. Un pilote es un pilote, con una función, un cálculo y no es ni más concreto ni menos concreto. Y por eso es que cuando diseña Casa Salo, que ha sido su experimento de vida, un proyecto que ha ido evolucionando desde el 97, ahí puso en práctica todas esas premisas de cómo él visualizaba que tenía que ser una forma de vida y esa misma experiencia se convirtió en su mejor showroom”.
Los diseños de Dillon son particulares, específicos, Claro, es una cosa muy específica, muy particular, pero más allá de la filosofía del diseño, también hay un usuario consciente que va a poder ser compatible con ese espacio de arquitectura. “
La muestra de Patrick Dillon es la búsqueda y el logro de una arquitectura sostenible que emplea sistemas pasivos de acondicionamiento ambiental, bajo consumo energético, reciclaje y/o reutilización de materiales.