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- 15/03/2021 00:00
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Gamboa es un lugar con historia y muchos atributos para el ecoturismo. Está ubicado en el vértice entre el río Chagres, el lago Gatún y el corte Culebra, todos puntos importantes del Canal de Panamá.
Lo más atractivo del lugar son sus bosques protegidos. Destacan los del Parque Nacional Soberanía, con decenas de mamíferos, reptiles, insectos, y aves. De allí también parte el Sendero del Oleoducto, y encontramos la división de grúas del Canal.
Visitar Gamboa es vivir una aventura emocionante llena de verdor y con gran variedad de detalles. Un nuevo puente sobre el río ha resultado importante para la llegada de los turistas.
Sobre un promontorio, mirando al río, se encuentra la imponente arquitectura del Gamboa Rainforest Resort, un lujoso lugar de hospedaje y servicios turísticos con habitaciones cuyos balcones tienen una excelente vista llena de naturaleza.
Desde allí puede imaginar la presencia de hordas piratas de tenaces españoles que trasladaban oro y plata a Europa. Después, en el siglo XIX llegaron en multitud los buscadores de oro camino a California. El paso se arruinó en 1850 con la construcción del ferrocarril transístmico.
Las locomotoras que arrastran largos trenes de la Panamá Canal Railway Company todavía pasan por el lugar varias veces al día. Son importantes: transportan contenedores, y dos veces al día es un tren de pasajeros turísticos.
Por otra parte, el hotel tiene muchas atracciones, como restaurantes, bares y un teleférico que lo llevará a una torre desde donde podrá apreciar la grandeza del lugar. Además un mariposario y exhibición de las flores del bosque: las orquídeas.
Gamboa fue un poblado de la histórica Zona del Canal. En su visita podrá ver la arquitectura tropical que dejaron los estadounidenses. Utilizaron la madera, grandes ventanales, telas metálicas contra mosquitos y escaleras para los pisos superiores sobre pilotes que dejaban correr la brisa. Las estructuras del hotel lo recuerdan.
Una vez que llega a Gamboa, tome en cuenta que está en medio de uno de los bosques más estudiados del mundo. El lugar guarda mucha relación con el Instituto Smithsonian de Investigaciones Tropicales (STRI). De seguro se encontrará con científicos que investigan los secretos del bosque.
Si se atreve a recorrer el Camino del Oleoducto muy pronto estará rodeado de aves exóticas. Hay cientos de diferentes especies. Los trogónidos son magníficos y combinan diferentes colores. Una de estas aves tiene los mismos colores del quetzal: verde, rojo, celeste, amarillo , negro y blanco. Son extraordinarias. Es uno de los sitios más calificados por los observadores de aves en el mundo. Grandes personalidades recorrieron sus caminos. Entre los más famosos está el emperador de Japón, que llegó armado con binoculares para observarlas.
El nombre de Gamboa se pierde en el tiempo, pero ha sido visitado por astronautas estadounidenses que aprendieron a sobrevivir en la selva. El camino fue construido en la Segunda Guerra Mundial por los estadounidenses para desplegar un oleoducto que aseguraría el suministro de combustible ante un ataque japonés. Nunca ocurrió. En uno de sus recodos encontrará una torre desde donde se puede apreciar la inmensidad de la copa de los árboles.
Gamboa está a solo 40 minutos de la ciudad, además de ser una excelente alternativa en familia, puede hospedarse en el Gamboa Rainforest Resort que cuenta con una cancha de golf de 18 hoyos.
Si busca más aventuras, ahí está Canopy Tower, una antigua torre de radar del ejército estadounidense convertida en un hostal de primera categoría para birdswatchers [observadores de aves].
Desde el mirador se divisan el Canal y la ciudad de Panamá. Estará a la misma altura de tucanes, tangaras, halcones y peregrinos.
Otro sitio a visitar es el interesante Parque Municipal Summit, un jardín botánico, con un zoológico que resguarda a nuestra icónica águila harpía, así como lagartos, monos y jaguares.
Gamboa es alucinante. Ver los grandes barcos que atraviesan el istmo salir o entrar del corte Culebra al lago Gatún le dará una idea de lo que es la operación del Canal de Panamá.
Recuerde que está en un sitio lleno de historia y a orillas de uno de los ríos más importantes del mundo. Sin el Chagres no habría Canal. Su corriente durante siglos horadó un valle por donde navegan las gigantescas naves.
Desde Gamboa zarpan botes turísticos que lo llevarán a visitar la isla de los Monos. Será recibido por atrevidos cariblancos que viven en colonias.
También puede disfrutar de jornadas de pesca. En el muelle de Gamboa o en la marina del resort hay botes con decenas de cañas de pescar, carnadas y avezados capitanes. Son famosos los torneos de pesca del lugar.
Los peces del lago son muy singulares. El más abundante es el 'sargento', llamado así por las tres rayas en su cuerpo; fue introducido desde Brasil para eliminar la vegetación del lago. Resultó un terrible depredador de otros peces locales. Se pesca para controlar su población y porque su carne es apreciada por los moradores cercanos. Pero la presa más codiciada es el sábalo o tarpón, un pez que da mucha guerra por su gran tamaño. Tiene la cualidad de que puede vivir en el agua dulce y salir a las aguas del mar Caribe, cruzando las esclusas del Canal.
Los pescadores tienen un competidor pequeño y con plumas, se trata del 'Martín Pescador', que aparece vestido de un bonito plumaje blanco, crema y azulado.
Gamboa es una joya para el ecoturismo y aporta variedad a la oferta de Panamá.