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Derechos en la cárcel, el estado de los reclusos de la sociedad
- 20/07/2024 00:00
- 19/07/2024 19:47
El tratamiento de reclusos en las cárceles es un tema controversial, en el cual existen diferentes puntos de vista y postura, especialmente cuando se habla sobre los derechos de quienes han sido procesados por delitos que atentan con la vida de otros.
En diferentes países del mundo las condiciones de vida en las cárceles son precarias. Durante los últimos años, países como El Salvador y México han estado en el ojo público por el tratamiento que se da a los privados de libertad en las cárceles de estos países. Muchos de estos problemas se deben a la falta de presupuesto y capital humano así como el pésimo trato que reciben los reclusos.
Es por esta razón que la Oficina de las Naciones Unidas contra la Droga y el Delito (Unodc, por sus siglas en inglés) han establecido las Reglas Mínimas de las Naciones Unidas para el Tratamiento de los Reclusos, también conocidas como las Reglas Nelson Mandela.
Se trata de más de 100 reglas que abarcan desde la gestión de expedientes de reclusos, la alimentación, el alojamiento y las restricciones de los mismos hasta cómo tratar con reos si tienen alguna discapacidad o impedimento físico. Estas consideran a todo el sistema penitenciario y propone lineamientos para evitar el abuso de autoridad o los problemas entre presos.
Las Reglas Nelson Mandela se establecieron desde 2015 como una reforma que beneficia a los presos con medidas como menos congestión carcelaria, mejor atención sanitaria, medidas disciplinarias más comprensivas y apoyo en la educación y formación profesional, todo esto con el fin de respetar los derechos humanos de las personas que se encuentran dentro de las cárceles.
Recientemente Filipinas adoptó estas reglas con el fin de mejorar su situación carcelaria, de acuerdo a las Unodc.
Anteriormente, los centros de detención del país asiático habían sido calificados como “inhumanos” por uno de los jueces del Tribunal Supremo de Filipinas; sin embargo, con la implementación de estas directrices se espera que haya un avance positivo en la calidad de vida dentro de las cárceles y que estos centros “mejoren drásticamente” tomando en cuenta los derechos humanos y la dignidad de quienes se encuentran recluidos.
En Panamá, la situación no es muy diferente a la del resto del mundo. De hecho, después de la pandemia la población penitenciaria aumentó un 18% en un sistema que tiene capacidad de 14.591 presos, ahora tiene una cantidad de reclusos que supera la de 20.000.
En el Complejo Penitenciario La Joya, corregimiento de Las Garzas, en Pacora al este de la ciudad de Panamá, están los centros penitenciarios La Joya, La Joyita y La Nueva Joya donde se centra la mayor cantidad de personas privadas de libertad, con más de 7,000 reclusos.
A pesar de esto, el hacinamiento en las cárceles del interior del país, como en las ciudades de Santiago, en Veraguas; Las Tablas, en Los Santos y Aguadulce, en Coclé, la situación también es crítica, ya que de cuatro a cinco prisioneros ocupan el espacio que debería corresponderle a uno.
Independientemente de la cantidad de personas privadas de libertad, la Dirección General del Sistema Penitenciario del Ministerio de Gobierno (Mingob), las prisiones panameñas cuentan con programas de superación académica y profesional para los reclusos, que van desde diferentes talleres a clases universitarias, un método de resocialización que otros países de la región y el mundo no contemplan.
El último reporte de World Prison Brief (WBF), base de datos que provee información pública sobre los sistemas penitenciarios alrededor del mundo, señaló que en el mundo existen 10.99 millones de personas privadas de libertad.
Todo esto sin contar a aquellos que están recluidos por autoridades que no son reconocidas internacionalmente y los presos preventivos que se encuentran en instalaciones policiales, pues según esta organización, si los últimos también fueron contados la población presidiaria en el mundo podría llegar a superar los 11,5 millones de personas.
Por su parte la Organización de las Naciones Unidas (ONU), ha puesto su vista en México, destacando que el país necesita “una política que garantice condiciones dignas para las personas privadas de la libertad”. En la actual gestión penitenciaria del país existen fallas que van desde el hacinamiento hasta problemas de autogobierno y corrupción dentro de las cárceles, además del abuso de la prisión preventiva.
En ese contexto, se hizo la petición al país para que asuma los ajustes necesarios y que se asemejen a las Reglas Nelson Mandela. Por otro lado, también reconocieron que México esta abierto al escrutinio y la cooperación internacional con organizaciones dedicadas a los derechos humanos para mejorar la situación carcelaria dentro del país.