‘Deadpool & Wolverine’ llegan con humor negro y un plan de rescate para nuestro mundo

La relación entre Deadpool (Ryan Reynolds) y Wolverine (Hugh Jackman) no es ajena a la gran pantalla, siendo que ambos poseen poderes regenerativos y son las estrellas de sus franquicias, era cuestión de tiempo para poder ver a ambos luchar contra el mal en sus propias formas. Los lobos solitarios que prefieren hacerlo todo por su cuenta, se ve enfrentados a una fuerza que es más poderosa que ambos, por lo que el equipo necesita estar más unido que nunca.

Llena de diálogos que la hacen digna de su categorización ‘R’, Deadpool & Wolverine se asienta desde su estreno como una de las cintas más anticipadas de la temporada. En su trama descubrimos que Deadpool es capturado por el TVA (que fue introducido al MCU durante la serie de Disney+, ‘Loki’) por un agente interpretado por Matthew MacFadyen (Succession), quien enfrenta a Deadpool y le hace saber que el universo —o, mejor dicho, el multiverso— necesita de su ayuda.

El dominio que Reynolds tiene del ingenio de Wade Wilson es tan agudo como siempre: al aplicarlo al estado actual del Universo Cinematográfico de Marvel, es capaz de hacer que la “sagrada” franquicia vuelva a la Tierra. Y es un logro más para Reynolds lograr que Jackman cupiese nuevamente en el traje de Wolverine, su personaje insignia al que había dejado descansar luego de su última cinta, Logan (2017), para dedicarse al teatro y Broadway.

Aun así, Jackman no ha perdido el toque con Wolverine, lo conoce demasiado bien y logra saltar a su esencia como si nunca hubiera desaparecido. Este Wolverine, que proviene de otra línea temporal dentro del multiverso Marvel, detesta a Deadpool y quiere alejarse lo más posible de él, sin embargo, por el bien del universo, no puede y es obligado a unirse a su plan de rescate multidimensional.

El Wolverine de esta película tiene todo el heroísmo renuente y el autodesprecio que esperarías de cualquier representación de Logan, y la redención que busca es lo suficientemente personal como para que estos puntos conflictivos se sientan menos distractores a medida que avanza la película.

Y es que tener a un sombrío héroe como Wolverine en el mismo espacio que el vulgar y nada serio Deadpool, nos trae un combo de personalidades explosivo que las audiencias amantes del género han estado esperando ansiosamente. Con cada línea de insulto, crece la amistad entre ambos y la química entre Reynolds y Jackman —quienes gozan de una cercana amistad en el mundo real— es innegable ya que intercambian insultos durante todo el camino, y cada vez que Deadpool cruza la línea, las garras salen y ambos se enfrentan entre sí.

Hay una confianza y una tranquilidad entre Reynolds y Jackman que coloca sus bromas por encima de las de la mayoría de sus contemporáneos del MCU. Esto prueba ser una ventaja en esta cinta, que en su mayor parte es una comedia con unas cuantas explosiones a las que atender y con las que romper la cuarta pared al mejor estilo Deadpool.

Con los tráilers los fanáticos ya se esperan la presencia de diversos personajes como X-23, Cassandra Nova y Lady Deadpool, quienes solo aumentan la cantidad de cameos dentro de la cinta que busca tanto burlarse como mostrar las partes positivas de Marvel Studios a través de los años.

Y como toda trama es solo tan fuerte como su villano, se presenta a Emma Corrin (The Crown) como la malvada Cassandra Nova, cuyos poderes telequinéticos hacen una batalla un poco injusta ante los protagonistas, sin embargo, no es lo suficientemente temible como para alejar nuestra atención de Deadpool y Wolverine y la forma en que heroicamente saltan hacían un portal a otra dimensión.

La autoconciencia de Deadpool & Wolverine es más efectiva cuando honra los pilares sobre los que se construyó el MCU, es decir, el trabajo de Fox para construir franquicias de superhéroes a principios del siglo XXI. Deadpool & Wolverine habla de esa historia de manera reflexiva y con más ternura de la que hubiéramos esperado.

En esta oportunidad, Wolverine tiene una puerta abierta para dejar una marca aún más grande que en sus apariciones anteriores y su integración con la personalidad de Deadpool y su misión en común es manejada de forma maestra por el guión de Ryan Reynolds, Rhett Reese, Paul Wernick, Zeb Wells y también Levy.

Si Deadpool en su primera entrega nos mostró su lucha por conservar su capacidad de amar e ir contracorriente, y Deadpool 2 nos mostró su deseo ferviente de pertenecer a un lugar para sí —más allá de las capas de humor negro y sátira que muestra en cada diálogo—, entonces en su tercera entrega, Deadpool se abre aún más a lo que lo humaniza: su deseo por ser alguien que ayude a los que más ama y, por consecuencia, a los que les rodean en el mismo universo.