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Visibilizar a las mujeres: un desafío en la sociedad iberoamericana
- 13/04/2022 00:00
- 13/04/2022 00:00
En un mundo que se inclina cada vez más hacia una búsqueda de igualdad y equidad de género, así como de justicia social, la mirada del estudio 'Mujeres líderes en el umbral de la visibilidad', realizado por la agencia de consultoría Llorente y Cuenca (LLYC) y publicado en marzo, arroja luces sobre la realidad que azota el camino de la visibilización de las mujeres dentro de los campos de la política, las empresas y el periodismo en la región iberoamericana.
En el estudio, la agencia destaca que la visibilidad del talento femenino es un “acelerador de la igualdad” porque normaliza la presencia de mujeres en todos los sectores y disciplinas, facilita referentes para nuevas generaciones, promueve modelos de éxito y liderazgo diversos e impulsa la carrera profesional de las mujeres.
En las áreas que señala el estudio –periodismo, empresarial y política– se apunta que los mayores desafíos para la correcta visibilización de las mujeres y sus logros se diversifican en: sesgo de doble vínculo, el gap de “auto-promoción”, la falta de conversación digital sobre mujeres, la conversación violenta contra mujeres, la infantilización y el doble castigo.
Una de las más presentes en la región es la falta de “auto-promoción”, que es la diferencia de esfuerzos que dedican las mujeres en comparación con los hombres a poner en valor sus logros, darse a conocer en el mercado y generar visibilidad de su perfil profesional. Esto genera una brecha del 33% en favor de los hombres, según estudios publicados en la revista Harvard Business Review (HBR, 2019).
En los estudios de HBR, se encontró que las mujeres proporcionaron sistemáticamente evaluaciones menos favorables de su propio desempeño pasado y su potencial capacidad futura en comparación con los hombres de acuerdo al mismo desempeño. Las versiones del estudio revelaron que esta brecha de género no fue impulsada por la confianza o por incentivos estratégicos, y que fue sólida tanto frente a la ambigüedad como bajo una mayor transparencia.
En estudios previos que investigaron sobre la autopromoción se ha señalado el potencial de las diferencias de género en la reacción violenta, en la que se castiga a aquellos que se autopromocionan “demasiado”.
Los escritores del estudio de HBR, Christine Exley (profesora asistente en la Unidad de Negociación, Organizaciones y Mercados de Harvard Business School) y Judd B. Kessler (profesor asociado de economía empresarial y políticas públicas en la Escuela Wharton de la Universidad de Pensilvania) indicaron que si las mujeres son castigadas por “autopromoción excesiva” más que los hombres, esto podría llevar a las mujeres a internalizar los riesgos de describir su desempeño de manera demasiado favorable.
Esto lleva de vuelta a lo descrito por la investigación deLLYC, en donde al analizar la conversación digital en torno a las mujeres en las áreas mencionadas se encontraron factores que desmotivan una mayor visibilización de los logros de las mujeres, ya fuera por miedo a recibir comentarios violentos, encontrar un ambiente hostil contra ellas o ser castigadas por promocionarse demasiado.
Ante esto, la CEO de LLYC en Europa, Luisa García, comentó a La Estrella de Panamá que el sesgo de castigo hacia la mujer “amplía la crítica contra las mujeres tanto por comportamientos tradicionalmente femeninos o tradicionalmente masculinos”.
Esto se encuentra con mayor énfasis en el sector empresarial, donde: “Se cuestiona la valía de una mujer al estar en una posición mucho más destacada que un hombre”, apuntó García.
El estudio regional tomó una muestra de 720 personas: 360 mujeres y 360 hombres de 12 países (Argentina, Brasil, Chile, Colombia, Ecuador, España, Estados Unidos, México, Panamá, Perú, Portugal y República Dominicana), y se procesaron más de 11.5 millones de mensajes publicados en Twitter en los 12 últimos meses (entre el 1 de febrero de 2021 y el 31 de enero de 2022), compuestos por casi 70 millones de palabras, utilizando las técnicas de NLP (Natural Language Processing).
Esto permitió arrojar resultados sobre la mención de referentes femeninas, quienes son mucho menos citadas que sus referentes masculinos, ya que solo 1 de cada 4 mensajes (25,76%) hace referencia o es sobre ellas. En países como Portugal (17,1%), Estados Unidos (18,3%) y Ecuador (19,5%), las cifras se mantienen por debajo de la media. Mientras que en países como Perú (50,6%) y Panamá (47,2%) se apunta una mayor presencia paritaria, y destaca de manera excepcional República Dominicana, con un 71,5% de mensajes emitidos sobre mujeres.
En Panamá, la responsabilidad de la visibilización ha recaído en las mujeres, convirtiéndose muchas en las “únicas” dentro de los entornos laborales, situación que puede llevar a otras a rezagarse y no cruzar el umbral hacia un mayor reconocimiento.
Esto se ve representado en el sector del empresariado, donde solo el 5% de los mensajes de esta categoría menciona a mujeres en la región; la conclusión es clara: en la conversación digital, la mujer directiva prácticamente no existe, y solo un mensaje sobre líderes de cada 100 hace referencia a mujeres en el mundo empresarial.
Sobre esto comparte Marcela Galindo, presidenta de la junta directiva de la Cámara de Comercio, Industrias y Agricultura de Panamá (Cciap), quien comentó a 'La Decana' la “doble responsabilidad” que recae al hacer frente a las necesidades sociales del país: “Es una responsabilidad doble, porque si bien tengo la responsabilidad de seguir adelante con los temas bandera de la Cciap, como la reactivación económica, reactivación del empleo, transparencia, institucionalidad, justicia, hay un agregado componente de igualdad de género que nunca había sido analizado de manera estructurada desde la Cámara”.
Durante su gestión, Galindo apuntó que se creará desde la junta directiva una nueva comisión centrada en el análisis e implementación de igualdad de género en la institución. “Queremos implementar una comisión formal de igualdad de género, donde invitaremos a diversos actores expertos de la sociedad con mayor camino recorrido en este ámbito y empezaremos a analizar ideas e iniciativas para saber cuáles son las de mayor impacto social y empresarial para así impulsarlas, replicarlas y llevar un mayor mensaje a otras empresas sobre la igualdad de género”, mencionó.
Si bien el único país con una conversación equilibrada sobre mujeres empresarias es Panamá (50,4%), según indicó el estudio, la representación continúa siendo un enfoque para los nuevos movimientos bajo el mando de mujeres como Galindo.
“La fase dos dentro de la Cámara será un estudio para hacer un levantamiento de información, procesarla, y determinar cuál es la mejor manera para llegar a los empresarios, el mensaje de importancia de reconocer la igualdad de género e internalizar mejor la información actual”, apuntó.
Por su parte, Doriana Hun, presidenta de AmCham Panamá, comentó a este diario que los avances “son evidentes” y es motivo de “gran orgullo” dentro de la organización. Actualmente, Hun se ha convertido en la quinta presidenta mujer de la junta directiva de AmCham Panamá y busca continuar llevando a la Cámara con hechos visibles a ser “una organización que con su actuar ejemplifica lo que significa el empoderamiento de la mujer y con ello una mayor participación en la toma de decisiones a nivel empresarial”.
La junta directiva de AmCham para el periodo 2022-2023 está compuesta por ocho mujeres y siete hombres. “Con estas acciones contribuimos con esta acción en especial al Objetivo de Desarrollo Sostenible número 5, el cual pretende alcanzar la igualdad de género y empoderar a todas las niñas y mujeres en el mundo hacia el año 2030”, apuntó Hun.
Así mismo, bajo su gestión la institución firmó con las Women Empowerment Principles (WEPS), lo que la constituye como la primera cámara empresarial en Panamá en adherirse a los Principios de Empoderamiento de las Mujeres. “Este es un paso que agrega gran valor a nuestra membresía, ya que les permitirá vincularse a esta red global que visibiliza internacionalmente las iniciativas empresariales comprometidas con la igualdad de género y el empoderamiento de las mujeres, y les permitirá intercambiar con las distintas empresas y actores comprometidos con los principios a nivel nacional, regional e internacional”.
Entre los desafíos que señala Hun dentro del ámbito empresarial se encuentran: la segregación profesional, los estereotipos y las costumbres, las barreras para ejercer sus derechos sobre la propiedad; la falta de acceso a los créditos, los recursos, y la tecnología, a la violencia de género y otros obstáculos que dificultan la reducción de la brecha actual.
De este modo, realzó la labor de la iniciativa de Paridad de Género (IPG) dentro del Ministerio de Desarrollo Social (Mides) que tiene un impacto previsto sobre 21 mil mujeres y 2 mil 700 organizaciones y agentes, “cerrando las brechas de género en materia de participación laboral, salarial, liderazgo y cuidados, minimizando así los efectos desproporcionados de la crisis causada por la pandemia en las trabajadoras panameñas”.
Por otro lado, de acuerdo con el Informe Global de Brecha de Género 2021 del Foro Económico Mundial, a medida que el impacto de la pandemia continúa sintiéndose, el cierre de la brecha global de género “ha aumentado en una generación de 99.5 años a 136.6 años”.
En este sentido, el estudio indicó que la conversación política acapara los mensajes en redes sociales, siendo que un 70% de conversaciones se mueve entre menciones de políticos y políticas en la región. Sin embargo, en países como Ecuador o Portugal –donde las mujeres políticas reciben un quinto de la atención que se presta a los hombres–, se cuenta con un volumen de conversación prácticamente paritario en los dos países del Cono Sur y en Panamá. En total, un 28% de las conversaciones digitales en la región hacen mención a mujeres influyentes.
Aún así, en España, a pesar de que su gobierno presenta la mayoría de mujeres ministras, todavía generan más conversación los políticos hombres. Mientras que en Chile se encuentra mayor paridad, pese a que otros dos campos (periodismo y empresa) lo situaban como uno de los países con más masculinización de la conversación de los 12 analizados.
Frente a esto, la presidenta del Foro Nacional de Mujeres de Partidos Políticos (Fonamupp), Xiomara Pinilla, expresó a este diario que la brecha de la desigualdad de las mujeres política en el sector público tiene distintas dimensiones: desde el reconocimiento pleno de los derechos humanos de las mujeres, enfatizando el derecho a una vida libre de violencia doméstica, política y ciudadana; hasta el reconocimiento pleno al derecho del sufragio, que “no solo es el derecho a votar que plenamente ejercemos, sino, el derecho a ser postulada en paridad, para ser favorecida por el voto popular”.
“De igual manera, la baja representación de las mujeres en los puestos de dirección en los partidos políticos, a pesar de ser en promedio el 50% de la membresía, apenas un 23,33% ocupa algún cargo en la estructura partidaria”, comentó Pinilla. A esto hizo mención dentro de los avances realizados desde el Foro, que se dividen en dos ejes de acción: la formación, sensibilización y capacitación de las mujeres políticas, y en la promoción de medidas que contribuyan a acelerar en lo legal, mejores oportunidades y condiciones en la participación político-electoral de las mujeres panameñas.
“A pesar de que es evidente el aumento de mujeres en lo profesional, ganando espacios en carreras no tradicionales, ejerciendo cargos en ámbitos públicos y privados, algunos medios de comunicación todavía no las reconocen como sujeto político y de referencia, manteniendo en la práctica un androcentrismo en las preferencias de los debates públicos”, enfatizó, “por lo general cuando una mujer sobresale, las primeras críticas van en sentido del cumplimiento de sus obligaciones familiares y rol doméstico, dejando en segundo plano su capacidad de incidencia política”.
En el ámbito periodístico y de comunicaciones, la presidenta de la Federación de Mujeres Periodistas y Relacionistas Públicas (Femuperp), Rosemarie Acosta, hizo hincapié en que en un estudio realizado por la Femuperp junto con el Centro de Investigaciones Científicas de Ciencias Sociales (Cenics) se identificó que el que las mujeres ocupen cargos directivos en el sector público como en el privado y asuman roles de liderazgo, “debería estar entre las prioridades de las políticas públicas orientadas hacia la equidad de género a nivel económico, social, político y cultural”.
Para Acosta, la importancia de dirigir la mirada al liderazgo radica en que quienes lo ejercen “movilizan recursos, gestionan poder, inspiran a individuos y masas, y pueden propiciar cambios sustanciales”. “La forma en que se organiza la sociedad, la división sexual del trabajo o los roles y estereotipos de género, constituyen barreras para que las mujeres ocupen el mismo número de posiciones de poder que los hombres”, anotó, “el acceso de las mujeres a los espacios de toma decisiones y al ejercicio del liderazgo no es una tarea fácil”.
Esta tarea se ve respaldada por el estudio de LLYC que muestra que las redacciones de los medios de comunicación son “bastante paritarias”, mientras que la dirección de estas empresas periodísticas y sus soportes sigue “fundamentalmente a cargo de hombres”. Esta mayor presencia de mujeres en diarios, emisoras de radio, canales de televisión y medios digitales, en una profesión que no puede dejar de participar en redes y es particularmente activa en Twitter, se refleja en los resultados dado que el 47% de la conversación sobre periodistas hace referencia a mujeres.
La visibilidad de las mujeres periodistas supera a la de los hombres en Estados Unidos (25% más) y, de los tres ámbitos estudiados (empresa, periodismo y política), Iberoamérica es donde se encuentra el mayor porcentaje de menciones para las mujeres (37,07% del total). La relevancia de las informadoras brasileñas, peruanas y dominicanas –países con más del 70% de los mensajes de esta categoría sobre periodistas femeninas– compensa los que tienen aún a hombres como las caras más visibles de los medios (Chile por debajo del 15%, México con 21,75% y Argentina con 25,3% de mensajes sobre periodistas vinculados a mujeres).
Dentro de los obstáculos que enfrentan las mujeres hispanoamericanas en estos ámbitos se refleja la infantilización, la identidad de las mujeres en cuanto a su posición social y estado civil, además de los comentarios violentos en la esfera digital. Portugal, Panamá y República Dominicana aparecen consistentemente como países donde son menos frecuentes los insultos y las expresiones malsonantes. De este último tipo, elevan la media de “rudeza” del lenguaje México (1,42% de los mensajes con este tipo de expresiones) y España (1,38%), mientras que Portugal y Ecuador no llegan al 0,5%.
En cuanto al reconocimiento de las mujeres por su estado civil o familias, aún es común en el panorama de habla hispana que se describa a las referentes femeninas como “esposas de”, en lugar de sus méritos propios. En Ecuador (102% más que los hombres), España (103%) y, muy especialmente, México (242%) las relaciones de pareja son claramente objeto de conversación. Para las políticas iberoamericanas es también común (34,8% de diferencia), mientras que entre las periodistas no parece haber una tendencia consistente en los países analizados en el estudio.
“Abordar temas como este requiere trabajar desde lo profundo para cambiar mindsets y paradigmas que probablemente vienen siendo el marco de pensamiento y acción de muchas generaciones, y no solo de generaciones pasadas de hombres, sino de mujeres que enmarcan su actuar en experiencias y creencias pasadas”, apuntó Hun a este diario.
“Como líderes empresariales y como padres a cargo de nuevas generaciones tenemos la tarea de educarnos, informarnos y transmitir nuevos conceptos que permitan romper el ciclo pasado y abordar el nuevo rol de la mujer en toda su dimensión, impulsando la creación de una visión de liderazgo que conoce de resiliencia, de comunicación estratégica, de seguridad y confianza personal y una visión muy clara de influir hacia arriba con sabiduría política, creando alianzas estratégicas que nos impulsen sin olvidar nunca que nos debemos mantener apegadas a nuestra autenticidad y lo que nos hace únicas”, puntualizó.
Para Pinilla, socialmente aún se mantiene una cultura de castigo y penalización hacia las mujeres que “muestran un liderazgo más allá de lo culturalmente aceptado en cualquier ámbito”. “Hay que deconstruir para lograr una nueva estructura social, crear política con valores en la gente es una tarea de todos, iniciando en el sistema educativo, en la formación de las nuevas generaciones de ciudadanos que tendrán la responsabilidad de dirigir el país”.
Por su parte, Acosta indicó: “Podemos derribar viejos estereotipos generando un verdadero impacto en los medios de comunicación, la publicidad y el entretenimiento”. Mientras que Hun subrayó la importancia de “trabajar en la motivación y la autoconfianza para ofrecerles a las mujeres modelos a seguir y apoyarlas en sus metas, lo que puede ayudar a promover la igualdad de género y su mayor participación y preparación para el futuro”.
“Estimular desde temprana edad el fortalecimiento de habilidades técnicas y habilidades blandas y hacer accesibles programas empresariales prácticos que permitan a la mujer introducirse en el mundo laboral con pie sólido abonará, sin duda, a que veamos a futuro mujeres asumiendo más y mayores responsabilidades en el futuro”, concluyó Hun.