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Seguimos alertando sobre la crisis humanitaria que padece el pueblo venezolano, y sobre cómo, producto de la misma, continúa aumentando el número de connacionales que huyen buscando nuevas oportunidades fuera de sus fronteras, sin importar los riesgos, ya que no tienen otra opción. A la vista de todos tenemos los testimonios de migrantes venezolanos que sobreviven el paso del tapón de Darien, donde lo describen como un horror atravesar esa selva y detallan la cantidad de personas que ven fallecer en la riesgosa ruta.
Es oportuno citar las recientes cifras de Acnur, donde se indica que venezolanos que solicitan refugio han aumentado en 8.000% desde el año 2014. La crisis se ha intensificado con el paso de los años, lo que ha generado una de las olas migratorias más importantes de la región en los últimos tiempos.
Y es que la diáspora se ha convertido en un fenómeno objeto de discusión en diversos foros internacionales, donde no solo los sectores más desfavorecidos huyen desesperados por el hambre, la miseria y la violencia, sino donde también la persecución política, la falta de oportunidades, la pérdida de calidad de vida, y en términos generales, el desplome del país cobra también su cuota de nuevos migrantes.
En Panamá, según la información que proporciona la plataforma R4V, se habla de unos 121 mil 600 venezolanos migrantes, pero en todo el mundo ya son más de 6 millones de venezolanos los que han abandonado nuestro país.
De la misma forma las proyecciones para este próximo 2022 no son las mejores, pues se habla de que podríamos alcanzar la cifra de 8 millones de migrantes, de continuar el avance de la crisis humanitaria. Bajo esta perspectiva, pedimos al mundo que apoye a nuestros migrantes, permitiendo que pueda darse para ellos un proceso seguro, regular y digno, y por otra parte que no nos dejen solos en nuestro objetivo de detener esta barbarie que hoy ocasiona la partida de millones de venezolanos.
El apoyo a la diáspora y la lucha por el rescate de nuestra libertad y nuestra democracia no cesará. Los venezolanos somos voluntariosos, persistentes, trabajadores y empeñados en lograr nuestros objetivos, y aunque nos ha costado la recuperación de nuestro país, lo lograremos, tarde o temprano. Mientras tanto seguimos haciendo honor a nuestra estirpe demostrándole al mundo de que estamos hechos los venezolanos.
Les quiero asegurar que nuestro compromiso seguirá intacto, tanto para asistir a la mayor cantidad de connacionales que lo necesiten en esta tierra que nos ha abierto las puertas, como para seguir luchando por la libertad de Venezuela y así volver a ver a todas las familias reunidas nuevamente.
Porque, sin duda, “el bien vencerá en el mundo aunque el mal haga más ruido”, como dice el papa Benedicto XVI, esto es lo que esperamos y seguiremos trabajando en el nuevo año 2022, para que el bien finalmente venza en nuestra amada patria.