Sus orígenes las tijeras se remontan a la Edad de Bronce. En esa época tenían forma de ‘c’ y contaba con un muelle.
Dicha forma se mantuvo hasta el siglo XIV, cuando se inventó la tijera tal y como la conocemos hoy.
No fue hasta el siglo XVII cuando comenzó a utilizarse el acero en su fabricación. La ciudad inglesa de Sheffield llegó a marcar la tendencia y la tijera pasó a ser similar a la actual.
Hoy en día, esta herramienta, imprescindible en cualquier salón de belleza, consta de dos hojas metálicas y afiladas por el lado interior, acabada en un hueco y articulada en un eje por sus extremos. Aunque, como en el caso de otros objetos, ha evolucionado con el paso de los años y su diseño cada día es más futurista.
El mercado actual tiene ofertas para todos los gustos.