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Termina el periplo de la exposición histórica 'Camino a la Independencia'
- 27/11/2022 00:00
- 27/11/2022 00:00
A principios de 2021, cuando Panamá apenas salía del encierro pandémico y se esperaba con ansias el primer lote de vacunas contra el COVID-19, la directora del Centro de Estudios Históricos, Antropológicos y Culturales (CIHAC -AIP) del Ministerio de Cultura, Marixa Lasso, pensó que era necesario hacer una exposición itinerante, basada en investigación histórica, que acercara a la población a la conmemoración del bicentenario de la independencia de Panamá de España.
“No se había planeado ninguna actividad que explicara a un público amplio cuál fue la importancia de ese momento, por qué había sucedido y de qué manera, quiénes habían participado y de qué forma nos cambió”, explicó la historiadora, a quien solo había visto una vez en persona: en el Café Coca Cola de Santa Ana, un día cualquiera de 2019, cuando el local se abarrotó de personas que querían escuchar la historia del barrio.
Dos años después, el encuentro fue en una oficina del edificio de los Archivos Nacionales de Panamá, ubicado en la avenida Perú. ¿La tarea? Revisar, transcribir y analizar los documentos que existieran sobre el periodo comprendido entre 1808 y 1833, es decir, desde el momento en que la monarquía española entró en crisis por la invasión napoleónica; hasta doce años después de la independencia.
“Quise hacer una investigación que se basara en lo que ya habían investigado otros historiadores como [Alfredo] Castillero Calvo y Omar Jaén Suarez, pero que también estudiara lo que había en nuestros archivos y que culminara no en un libro, sino en una exposición que viajara por todo el país conectando a los panameños con su historia”, detalló Lasso.
Así pues, la primera misión fue encontrar y revisar documentos, muchos de ellos manuscritos y en un castellano antiguo de no fácil lectura para el equipo de asistentes de investigación. Uno de los primeros que se hallaron fue una declaración del Cabildo de Panamá que, ante las noticias de la invasión del ejército napoleónico, se apresuró a declarar su lealtad a la Corona diciendo lo siguiente:
Este Cabildo, que inflamado del más ardiente amor por nuestro amado Monarca el Señor Don Fernando 7mo, celebró con indecible júbilo la noticia que tuvo por Oficio de su Secretario Don Silvestre Collar de su exaltación al Trono:
Que después sumergido en la pena de considerar á su Augusta Real Persona en poder de hombre mas iniquo y detestable qual lo es él Infernal Napoleón, procedió inmediatamente que supo esta desgracia á jurarle solemnemente por su Rey, y Señor natural, aun sin haver resivido órden para ello, protestando en contra su forzada abdicación, de no reconocer á otro álguno mientras que dure su preciosa vida (que Dios conserve) y que si esta faltase reconocer solo a quien le corresponda por derecho de su misma Real Estirpe; de mantener un odio éterno ál vil Tirano que le priva de su libertad, y pretende usurparle la Corona, y á todos sus sequases (…).
Panamá era, a principios del siglo XIX, territorio realista. La fidelidad a la monarquía no solo se hizo evidente a través de declaraciones de lealtad, sino a través del papel activo que jugó el istmo como fuente de recursos bélicos una vez empezaron las guerras de independencia: dinero, hombres y artilugios de guerra (acero, plomo, machetes, pólvora). Desde Portobelo, por ejemplo, salieron bergantines rumbo a Popayán o Santa Marta, donde los patriotas habían declarado la guerra a la monarquía.
Castillero Calvo cuenta en la Nueva Historia General de Panamá (Volumen 2, El Siglo XIX, 2019), que la bonanza había empezado ya en 1809 –un año después de la invasión de Napoleón- cuando se obtuvo autorización de la Corona para liberar el comercio y comenzar a hacer negocios lícitos con Jamaica y Estados Unidos.
Mientras todo esto ocurría en el plano económico, en el político se dieron una serie de transformaciones en las colonias americanas que buscaban subsanar el vacío de poder por la ausencia del rey Fernando VII (preso en Francia), y que, en el caso de Panamá, pusieron en cuestión la concepción que de ciudadanía y de derecho a participación política se tenía en ese entonces.
Como contó Lasso, “hace muchos años escribí un libro sobre la participación de los afrodescendientes en las guerras de independencia en el Caribe colombiano. Una de las contribuciones de ese libro fue entender que los grupos populares no fueron carne de cañón que no entendían lo que pasaba, sino que fueron agentes políticos importantes y con influencia que tenían sus propias ideas sobre lo que era la libertad, la igualdad y el sistema republicano, y que influyeron en el curso de los acontecimientos. Podemos ver algo parecido en Panamá, aunque aún quedan cosas por entender y estudiar. Por ejemplo, una de las cosas que quisimos resaltar fue la enorme participación popular que se dio en nuestras elecciones bajo la Constitución de Cádiz de 1812”.
En efecto, la investigación reveló que esa participación incluyó a personas que, de acuerdo con la Constitución citada, no calificaban como ciudadanos y, por tanto, no podían votar. De esta maniobra —de conocimiento del entonces virrey, Benito Pérez—, resultaron elegidos Ponciano Ayarza y José Joaquín Meléndez —en representación del Pueblo de la Chorrera y del Partido de Portobelo, respectivamente— ambos de origen africano y, en el caso de Meléndez, hijo de esclava. Estos electores, a su vez, apoyaron al candidato Juan José Cabarcas, quien se convertiría en diputado panameño en las Cortes españolas.
De la revisión de documentos se conoció que el Obispo de Panamá tuvo especial interés en este tema, y que incluso denunció “nulidades escandalosas” en el proceso de elección de Cabarcas, tal como reza este extracto del Archivo General de Indias, relativo a la Audiencia de Panamá:
“Haviendome visitado el día quince del corriente Don Juan José Calvo con motivo de mi actual grave enfermedad, y hechole conversación de la informalidad de las Juntas Preparatorias, me manifestó claramente en presencia del Arcediano de mi Santa Iglesia Don Juan José Martinez, que en su poder se hallaban todos los papeles: que no se habían arreglado los Censos; que no se había aclarado el numero de Ciudadanos: Que solo se había tratado en las primeras Juntas de algunos de Panama por una lista que había formado Don José Prieto: Que el Exmo Señor Don Benito Pérez siendo Virrey, le había entregado unos cuadernos de Padrones, que había formado en su Visita el mismo Don José Prieto: que estos estaban en globo conteniendo el número de Almas de sus Respectivos Pueblos; pero de ninguna manera la Calificación de sus Ciudadanos: y finalmente que nada se havia se havia hecho con formalidad, ni dándose cuenta a las Cortes, como está mandado”.
De toda la información recopilada se eligieron los temas que, finalmente, pasarían a mostrarse en la exposición itinerante que ha recorrido los museos del país durante un año, y que son, precisamente, los contados aquí: ¿qué significaba ser ciudadano bajo la Constitución de Cádiz? ¿Cómo cambió el concepto de soberanía? ¿Cómo se organizaron las primeras elecciones en Panamá? ¿Cuál fue el papel del istmo en las guerras de independencia? ¿Qué papel jugó la guerra en nuestra economía? ¿Cómo era el istmo de Panamá en esos años?
La exposición se encuentra actualmente en el Museo de la Nacionalidad de La Villa de Los Santos, y se mantendrá hasta el 9 de diciembre próximo.