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- 21/04/2017 02:02
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Salvar la literatura es salvar la condición humana', defiende la escritora brasileña Nélida Piñón, convencida de que la civilización ‘sólo resiste a través del pensamiento', aunque ‘vivimos en una sociedad en la que pensar tiene su mérito'.
Piñón, nacida en Río de Janeiro (1937) en el seno de una familia de emigrantes gallegos, reivindica con pasión el oficio de escribir durante una entrevista con Efe en el Instituto Cervantes de Río de Janeiro, donde la autora de La república de los sueños inauguró el pasado miércoles la primera de una serie de conferencias sobre la figura de Miguel de Cervantes.
La escritora no oculta su debilidad por Cervantes y, muy especialmente, su devoción por el ‘Ingenioso Hidalgo', una ‘verdadera constitución', dice, que abarca todos los temas y en la que se resumen aspectos fundamentales de la convivencia.
El Quijote, asegura Piñón evocando a Santo Tomás de Aquino, es la ‘Summa Theologiae' de Cervantes, quien, con su obra, ‘estimula a los escritores a salvar la literatura' y ‘salvar la literatura es salvar la condición humana'.
El legado de Cervantes no ha perdido vigencia en una sociedad ‘en la que pensar tiene su mérito' y en un mundo convulso donde los artistas tienen un ‘compromiso' con el hombre de la calle, afirma, porque ‘el arte, salva'.
Piñón se refiere en particular a la severa crisis institucional que vive Brasil, asfixiado por la recesión económica y los escándalos de corrupción.
‘En estos momentos, el arte salva, no es una concepción del artista, es una obligación del artista con el hombre de la calle, que delega en él para que produzca algo que perdure para la eternidad', opina Piñón.
‘Hay que vivir con trascendencia, si no, es mejor irse', continúa la escritora, que se declara ‘pesimista' aunque reconoce que tiene confianza en los jóvenes.
‘Los jóvenes tienen el deber moral de suspender el descrédito y trabajar para mejorar el mundo', opina Piñón, galardonada, entre otros con los premios Juan Rulfo (1995) y Príncipe de Asturias de las Letras (2005).
‘Todavía hay rastros de luz' y ‘hay salvación', pero es necesario mantener ‘una visión crítica de la realidad' y para lograrlo es fundamental combinar la contemporaneidad con el pasado.
La autora de La camisa del marido reivindica que ‘para ser contemporáneo hay que ser arcaico y conocer las grandes civilizaciones, porque seguimos siendo hijos de Homero'.
En su repaso al agitado mundo de inicios del siglo XXI, lamenta que ‘faltan estadistas' de talla y evoca a su amigo Mario Vargas Llosa para lanzar una mirada crítica sobre la deriva de los intelectuales.
‘Hay intelectuales de sobra, pero vivimos en una sociedad de espectáculo, y en esa sociedad del espectáculo, el pensamiento, la estructura mental, no está valorada', admite.
Convencida de que ‘estamos ante un gran cambio que todos tendremos que enfrentar', Nélida Piñón se declara también amante de lo ‘cotidiano' y presume de que, a sus 79 años, es ‘más atrevida que nunca' y se permite hablar con desconocidos en la calle y plantear sus opiniones sin tapujos.
Disfruta todavía del éxito de su último trabajo, Hijos de América (2015), que se editará en español en octubre, y prepara las maletas porque en agosto viajará a Galicia, la cuna familiar, para convertirse en pregonera del tradicional vino albariño.
‘Gracias a Brasil entiendo mejor mis raíces gallegas, y gracias a Galicia entiendo mejor a Brasil', confiesa la escritora, que vivió durante dos años de su infancia en la aldea gallega de Cotobade (Pontevedra), donde nació su padre.
Mientras llega el momento de subirse de nuevo a un avión, prepara un trabajo sobre la mujer —desde su perspectiva de ‘feminista histórica', dice— y evita hablar de la posibilidad de volver a encabezar la Academia Brasileña de las Letras, tras haberse convertido en la primera mujer que la presidió, en 1996.
Antes de terminar la entrevista, retoma el análisis del convulso mundo de inicios de siglo: ‘Nadie es inocente', concluye.
‘Hay intelectuales de sobra, pero vivimos en una sociedad de espectáculo, y en esa sociedad del espectáculo, el pensamiento, la estructura mental, no está valorada',
NÉLIDA PIÑÓN,
ESCRITORA