La reunión de este miércoles 13 de noviembre en la Casa Blanca entre el presidente saliente de Estados Unidos, Joe Biden, y el mandatario electo, Donald...
Recolección de desechos: entre falta de cultura de reciclaje y temas administrativos
- 19/03/2022 00:00
- 19/03/2022 00:00
Basura y residuos, todo junto, ya están en su lugar para ser recogidos. Pasa el carro recolector de desechos y los lleva directamente a un vertedero donde no tienen ningún tipo de procesamiento por parte de intermediarios, la empresa o institución recolectora.
Los procesos de recolección, manejo y disposición de desechos en la ciudad de Panamá carecen de un sistema que permita separar y reciclar la basura. Sumado a ello, en las últimas semanas en la capital panameña se agudizó la crisis de la recolección debido a asuntos administrativos, según el administrador general de la Autoridad de Aseo Urbano y Domiciliario (AAUD), Pedro Castillo Garibaldo.
“Heredamos unos 50 equipos compactadores. Venían de una administración anterior donde se hizo un gasto millonario y nunca le dieron mantenimiento”, indica Castillo. “Nos hemos mantenido”, agrega el funcionario, “en un rango de entre 30 y 35 equipos de la institución que son los compactadores. Se hizo un alquiler de cerca de 64 volquetes y 26 retroexcavadoras. En febrero venció el contrato. En junio viene una licitación pública de alrededor de unos 35 compactadores y 12 volquetes, con lo que se espera regular la recolección de basura a dos o tres veces por semana”.
Castillo asegura que no solo la falta de equipo dificulta el trabajo, “también está el tema de cómo está construida la ciudad de Panamá, un problema de estacionamientos”. “Si usted va, por ejemplo, a Los Libertadores, allí hay más autos que apartamentos, hay carros en las aceras y un carro recolector de basura no puede entrar... así pasa en San Pedro donde hay carros estacionados hasta en la vía principal, un compactador no puede recoger allí...”, dice.
Aunque la periodicidad de la recolección de los desechos mejore en ciudad de Panamá, persiste el manejo inadecuado de la basura desde el hogar hasta los vertederos.
Juan Gaona, delegado internacional del Movimiento Nacional de Recicladores de Panamá, señala que el sistema de recolección de basura en el país “es deficiente, preocupante, no funciona”. “La función de la Autoridad de Aseo es más que todo administrativa. Nos hemos reunido con ellos para hacer propuestas y mejoras, pero nos ha hecho caso omiso”, denuncia.
“Hay que diferenciar los desechos, eso no lo hace la Autoridad, ellos llegan a determinada barriada, recogen, y todo lo van echando en el mismo lugar, lo mezclan en un camión compactador y allí es donde está el problema”, afirma. Aunado a ello, Gaona sostiene que en Panamá no existe la cultura de reciclaje, por lo que el problema empieza desde los hogares.
“Uno de los sectores más sensibilizado es Betania. Para cambiar a una cultura de reciclaje se requiere tiempo, mucha campaña publicitaria y sensibilización. Si se recuperara un alto porcentaje de desechos reciclables , se reduciría la contaminación”, dice.
El corregimiento de Betania formó parte del plan piloto del programa Basura Cero 2015-2035, cuyo objetivo es fomentar la cultura de reducción, reutilización y reciclaje de residuos en los barrios. La implementación y crecimiento del plan piloto se puso en marcha bajo la alianza público privada en la que participaron la Alcaldía de Panamá, la Autoridad de Aseo Urbano y Domiciliario (AAUD), Cervecería Nacional S.A, la Asociación Nacional para la Conservación de la Naturaleza (Ancon) . Participó como importante aliada la Autoridad del Canal de Panamá en las áreas de la cuenca hidrográfica del Canal en Chilibre.
El plan basó su primera estrategia en la recolección de reciclables directamente en las casas cercanas al Camino Real en Betania con el apoyo de la Asociación Betania para todas las Edades y con la participación de recicladores de base, sin embargo, por razones de costos, la estrategia tuvo que cambiar. En su lugar fueron ubicadas estaciones de reciclaje en puntos estratégicos y mediante socios que compartieran responsabilidades por el cuidado y buen uso de las mismas, explica la Alcaldía de Panamá en su página web.
En el marco legal, Panamá cuenta con la Ley 276 del 30 de diciembre de 2021, “que regula la gestión integral de residuos en la República de Panamá como tema esencial de salud pública”.
Sus proponentes consideraron necesaria la adopción de una ley general que estableciera definiciones y objetivos claros de la gestión de residuos, delimitara las políticas públicas necesarias para una gestión adecuada de los residuos a nivel nacional y acordes al plan nacional de gestión integral de residuos.
En su artículo 27 la ley anota que “sin perjuicio de lo establecido en las leyes o normas sectoriales que regulen la materia, todo residuo no peligroso y especial deberá cumplir con los siguientes controles en cuanto al manejo y gestión. 1. Los residuos separados o clasificados en contenedores bajo la denominación de reciclaje: metales, plástico, tetra pack, papel y cartón y cualquier otra que contemple la reglamentación o plan nacional de gestión integral de residuos. 2. Otro contenedor bajo la denominación de residuos orgánicos. 3. Otro contenedor bajo la denominación de residuos que denomine el plan de gestión integral de residuos y la reglamentación. 4. En el caso de vidrios se cumplirá con el sistema de devolución y retorno que desarrolle la normativa vigente. La Autoridad de Aseo está obligada a supervisar el cumplimiento de lo dispuesto en este artículo”.
“En el marco de la ley buscamos hacer cambios importantes, que beneficien a la sociedad y el medio ambiente”, asegura Gaona.
Para 2050 se espera que el mundo genere 3,400 millones de toneladas de desechos al año, un aumento drástico desde los 2.010 millones de toneladas actuales, según el informe del Banco Mundial “What a waste 2.0” (Los desechos 2.0).
De acuerdo con el estudio, en el planeta se generan al año 2,010 millones de toneladas de desechos sólidos, y cerca de 33% de ellos no son tratados.
Se calcula que cada persona en América Latina y el Caribe genera un 1 kilo de basura por día, unos 231 millones de toneladas de desechos anuales, de los cuales más de la mitad son alimentos.
La generación de residuos en la región está en constante aumento, reseña el informe 'Perspectiva de la gestión de residuos en América Latina y el Caribe', presentado por ONU Medio Ambiente.
El Banco Mundial estima que la acelerada urbanización, el crecimiento de la población y el desarrollo económico harán que la cantidad de desechos a nivel mundial aumenten un 70% en los próximos 30 años si no se toman acciones urgentes.
Por su parte, ONU Ambiente detalla que en los países de la región se observa una mejora cuantitativa y cualitativa en la cobertura de recolección de los residuos generados, que asciende a un 93% de la población, siendo el servicio municipal directo la modalidad más habitual de prestación del servicio. Pese a ello, “a nivel de región más de 35.000 toneladas por día quedan sin recolectar, afectando a más de 40 millones de personas (7%). Esto incide sobre los pobladores de zonas marginales generalmente empobrecidas y algunas zonas rurales”, anota la organización.
Mientras que cifras del Banco Mundial apuntan que en América Latina aproximadamente un tercio de los desechos son materiales secos reciclables (papel, cartón, vidrio y plástico, limpios y secos). “Y se estima que casi un 15% de la basura que no ha sido caracterizada por los sistemas formales sea orgánica, ya que proviene de zonas rurales y de bajos ingresos, áreas que tienden a generar basura húmeda y desechos verdes”, dice.
En comparación con las tendencias mundiales, estudios de ONU Ambiente y del Banco Mundial señalan que la cobertura de recolección de residuos es bastante alta para América Latina y el Caribe. Cerca del 85% de los desechos se recolecta y la mayoría de los sistemas de recolección de desechos lo hace puerta a puerta, esto a nivel urbano. En países como Uruguay o Colombia, la cobertura alcanza el 95% en sus ciudades.
El delegado internacional del Movimiento Nacional de Recicladores de Panamá asegura que “el modelo de recolección de desechos en Colombia se está tratando de implementar en la región. “A los recicladores que trabajaban en vertederos los sacaron y capacitaron. Crearon cooperativas de servicios para manejo de desechos, pero solamente reciclables, nada orgánico. Ya la comunidad sabe, está concienciada, en sus hogares hacen la separación de la basura y cuando los recicladores pasan en horas nocturnas, cuando hay menos tráfico, lo van recogiendo, luego lo llevan a una planta de reciclaje”, detalla Gaona.
El estudio del Banco Mundial resalta que el sector informal es altamente activo dentro de la región. “Ya sea que se los llame cartoneros, pichacheros, pepenadores o buzos, en las ciudades grandes se estima que existe un promedio de 4.000 recicladores activos que recolectan materiales reciclables, un número que puede escalar hasta 20.000 en ciudades como São Paulo”.
“En Panamá, estamos trabajando para que el valor del reciclador se respete y valore”, dice Gaona.
En cuanto al tratamiento de los residuos, de acuerdo al estudio del Banco Mundial, “más de dos tercios de los residuos en América Latina y el Caribe se tiran en algún tipo de relleno sanitario, aunque algunos de ellos son tan solo vertederos bien manejados”. Por su parte, los vertederos a cielo abierto representan alrededor del 27% de la eliminación y el tratamiento de residuos.
En Panamá, en el relleno sanitario de cerro Patacón se dispone más del 40% de toda la basura generada en el país. El relleno, administrado por la empresa Urbalia, ha levantado voces que ponen en el foco el manejo del lugar. En días pasados, el defensor del Pueblo, Eduardo Leblanc, presentó una demanda penal por posible delito ambiental y contra la salud pública contra la empresa Urbalia.
Una investigación del Banco Interamericano de Desarrollo (BID) reseña que en buena parte de la región los costos asociados a la gestión de residuos sólidos urbanos (RSU) los cubre directamente el municipio. Anota que “la recuperación de costos promedio alcanza el 51,6%. Los municipios generalmente utilizan como principal mecanismo de cobro el impuesto predial. Esta forma de cobranza representa el 52,1%, seguida del cobro por cuenta periódica directo al usuario con un 20,2%, del cobro por medio de la cuenta de electricidad, con un 15,3% y del cobro por medio de la cuenta de agua potable y alcantarillado (12,4%)”.
En Panamá, según la AAUD, a unos $111 millones 104 mil asciende la morosidad por tasa de aseo, hasta el mes de enero 2022, que mantienen clientes residenciales, comerciales e institucionales.
De este total, unos $20 millones 219 mil 927.62 corresponden al sector comercial, $90 millones 160 mil 942.83 al residencial, mientras que $723 mil 225.67 es gubernamental.
Entre los corregimientos que mantienen alta morosidad en clientes residenciales, están Tocumen, El Chorrillo, Pedregal, 24 de Diciembre y Ernesto Córdoba. Seguidos de Don Bosco, Chilibre, Alcalde Díaz, Juan Díaz, Curundú, Pacora y Río Abajo. Otros registros bajos son los corregimientos de Santa Ana, Betania, Las Mañanitas, Parque Lefevre, San Felipe y San Francisco.
Mientras que entre los más bajos en morosidad, se encuentran Las Cumbres, Calidonia, Pueblo Nuevo.
Con morosidad menor a un millón se ubica al corregimiento de Ancón, Bella Vista, Las Garzas y Caimitillo.
Para un servicio de recolección eficiente, “en Panamá no se requiere aumentar las tarifas, se tiene es que pagar. Se está buscando modernizar el tema de cobro a través de banca en línea para que sea más fácil”, asegura castillo.
Estudios de organismos internacionales coinciden y resaltan que desde el hogar se deben poner en práctica acciones acordes al buen manejo de los desechos. “La basura no solo termina en grandes vertederos de mal olor, tiene un impacto devastador sobre el planeta y podría ser aún peor en el futuro”, anota el Banco Mundial en el estudio. “La generación, recolección y tratamiento de los residuos a nivel municipal”, dice el estudio, “es el punto de partida para luchar contra la contaminación de residuos sólidos. Sin embargo, desde el hogar las familias deben empezar a practicar el reciclaje para ser parte de la solución y no del problema” .