El Biomuseo de Panamá inaugurará el próximo 12 de abril la galería ‘Océanos Divididos', un espacio de exhibición cuyo objetivo es resaltar la biodiversidad y el rol histórico de los mares.
La iniciativa constará de dos tanques oceánicos: uno del Mar Caribe, cuya profundidad será de 14 metros y 290,000 litros de agua salada, y uno del Océano Pacífico, con 310,000 litros de agua dulce. Ambas estructuras dispondrán de un vidrio protector acrílico de 16 centímetros de espesor.
Adicionalmente, se dispondrán dos peceras para la observación de los ecosistemas de corales y manglares .
Dayanira Estela Álvarez, asistente de Comunicación del Biomuseo, expresó que el objetivo principal es mostrar a los visitantes cómo surgió Panamá desde el fondo del mar, un proceso en el cual no solo se creó un nuevo territorio, sino que se dividió un océano.
‘Buscamos resaltar la biodiversidad de estos dos mares. Queremos educar sobre cómo evolucionó la vida luego del surgimiento del Istmo', destacó Álvarez.
Añadió que ‘el proyecto es único; de hecho, las formas, el tamaño y la misma arquitectura de los tanques fueron creados solo para este proyecto. Puedo decir que es el primer acuario de esta índole y es posible que seamos los pioneros'.
DE LA NATURALEZA AL MUSEO
Karina Meneses, experta en acuicultura, detalló a La Estrella de Panamá que para esta iniciativa se creó un equipo de trabajo especializado en el cuidado y mantenimiento de las especies, conformado por los biólogos marinos Guillermo Urriola y Eileen Rivera y por Mario Tejada, miembro de la compañía Corals & Pets, encargada de proveer las especies.
Luego de que cada grupo de especies llega al museo, son trasladadas de manera inmediata al área de cuarentena, para un aislamiento de 30 a 40 días.
Durante el proceso, el equipo encargado deberá aclimatar y adecuarlos a los parámetros físicos y químicos y a su vez, crear nuevos métodos de alimentación para los peces que vivirán dentro de los tanques y acuarios.
De acuerdo con Álvarez, actualmente se encuentran en conversaciones para concretar las 85 especies acordadas correspondientes al ecosistema del Pacífico y las 63 correspondientes al Caribe, además, ‘las elegidas no se encuentran en peligro de extinción', acotó.
Aclaró que los tanques oceánicos no tendrán la totalidad de la población al momento de la apertura, ya que se trata de un protocolo que deben cumplir para la adaptación, antes de ser exhibidos.
Para la recolección o adquisición de la fauna marina, el museo obtuvo los permisos correspondientes de la Autoridad Nacional del Ambiente (ANAM), la Autoridad de Recursos Acuáticos de Panamá (ARAP), siguiendo las normas y buenas prácticas que se utilizan en otras instituciones a nivel internacional.
En relación a los corales, Álvarez acotó que fueron criados en otros acuarios y trasladados a las peceras. ‘No fueron extraídos porque es una actividad prohibida', resaltó.
Entre los aspectos señalados por la experta, destacan que el agua empleada es extraída de punta Chame, así como de la isla de San José del archipiélago de Las Perlas. Para ello, la entidad solicitó los permisos necesarios a la Autoridad de los Recursos Acuáticos de Panamá.
Para el cuidado de los tanques, el equipo de trabajo realizará monitoreos del sistema de filtrado, además de análisis biológicos al agua, con conteos de organismos dinoflagelados y microalgas. De esta manera, se comprueba que el sistema de filtrado realiza correctamente su trabajo antes de ingresar el agua a los reservorios y previamente, a los tanques oceánicos.
Meneses explicó que cuando los peces ya están listos para ser ubicados en los tanques o peceras, se desinfecta el agua con cloro antes de pasarla al desagüe tradicional para desecharla.
‘Esta es una regla internacional para las actividades de acuicultura. Nosotros al realizar una actividad parecida, ejecutamos el proceso', manifestó.
Comparte que cuando el agua es desechada, también se pierde gran cantidad de bacterias nitrificantes, que son las que realizan el proceso de maduración de los acuarios y purifica el agua de los tanques. Para ellos es importante mantener un cultivo significativo de estas bacterias.
Desde el Biomuseo tienen el propósito de cuidar la fauna marina, lo que representa un reto porque de ello dependerá la acogida que tendrán estos peces al momento de iniciar su vida en cautiverio, ya sea en los tanques o los acuarios.
Roberto Maduro, coordinador de Desarrollo Institucional del Biomuseo, informó que siempre se pensó en este proyecto y los avances en temas de infraestructura surgieron en 2002, con el inicio oficial de la construcción del Biomuseo.
‘En el ultimo año y medio se logró recaudar fondos por un total de $18 millones por parte del gobierno para terminar el museo, incluyendo la galería y otras secciones. En relación a los acuarios, los diseños se crearon bajo la asesoría de expertos en estas áreas. Nos enorgullece decir que luego de un trabajo de un año en temas de permisos legales, ya podemos decir que hay fechas de inauguración', remarcó.
‘El proyecto es único; de hecho, las formas, el tamaño y la arquitectura de los tanques fueron creados solo para este'.
ASISTENTE DE COMUNICACIÓN DEL BIOMUSEO