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Pistas didácticas para atender a los alumnos con talentos académicos
- 02/03/2023 00:00
- 02/03/2023 00:00
En muchas de nuestras escuelas y colegios a nivel nacional escuchamos decir en las tertulias de los educadores, que cuentan en sus salones con estudiantes caracterizados por sus talentos académicos, o dotados de un potencial de desempeño que les permite desarrollarse notablemente en relación a los compañeros de su misma edad, grado o nivel, aún viviendo en situaciones diferentes o marcados por ambientes de pobreza, lo que los lleva a valorar aún más el desempeño, trabajo y esfuerzo de estos alumnos.
Los jóvenes a quienes nos referimos se caracterizan por demostrar altas capacidades de rendimiento académico, ya sea a nivel intelectual, creativo o en áreas artísticas y deportivas, entre muchas otras. Ya Howard Gardner (1983) nos habló de las inteligencias múltiples, por lo que vemos que estos alumnos poseen un liderazgo y carisma natural que los hace sobresalir en campos académicos relacionados a las ciencias duras (matemática, física, química, entre otras), que los hace ser modelo de entendimiento para sus docentes y una referencia de todo lo que la mente humana es capaz de lograr.
Howard Gardner estableció un nuevo paradigma sobre el potencial biopsicológico de la inteligencia y el procesamiento de la información, que ayuda a la educación y a los docentes a entender los comportamientos de estos jóvenes en los salones de clase. Recordemos que muchos de ellos son considerados alumnos con necesidades educativas especiales, pues el currículo –y en ocasiones las estrategias de enseñanza-aprendizaje utilizadas por el docente– no cubre o satisface sus necesidades, lo que los lleva a responder con comportamientos y actitudes difíciles de manejar en el salón de clases, tanto para el docente como para sus propios compañeros.
Es triste observar cómo las escuelas y los docentes no están preparados para lograr el bienestar y el desarrollo integral de este grupo de alumnos, y cómo el Ministerio de Educación no ofrece programas estructurados y contextualizados a las necesidades de este sector de la población escolar. Proporcionar un programa para los estudiantes con talentos académicos o dotados de inteligencias múltiples no es una aspiración ambiciosa, pero sí alcanzable en la sociedad del conocimiento en que vivimos. Recordemos que los estudiantes dotados y talentosos demuestran su capacidad de rendimiento en un área intelectual, creativa y artística, y que poseen además una gran capacidad inusual para el liderato, o para sobresalir marcadamente en un campo académico específico, por lo que como docentes debemos hacer los ajustes curriculares necesarios para que sigan desempeñándose o mostrando todo su potencial en el ambiente escolar apropiado.
Es importante que la escuela y los docentes descubran esos aspectos sobresalientes de sus alumnos y que se comprometan a impulsar ese potencial que tienen, solicitando la evaluación profesional y seleccionando el programa académico que el alumno demanda, ya sea desde el jardín de niños. Debemos brindar capacitación a nuestros maestros sobre la caracterización de estos alumnos, como se hace para lograr la inclusión educativa de los estudiantes con discapacidad, para lograr así instruirlos sobre el potencial, talento, y los comportamientos y actitudes de este otro sector de la población escolar.
El Programa Interinstitucional de Seguimiento al Talento Académico, por sus siglas PISTA, impulsado por la Secretaría Nacional de Ciencia y Tecnología (Senacyt), conjuntamente con muchas de las universidades de nuestro país, es un buen ejemplo de lo que puede crear el Ministerio de Educación en cada escuela o colegio de nuestro país para atender a los estudiantes académicamente avanzados, con el fin de potenciar y promover experiencias educativas innovadoras que impulsen el desarrollo de nuevas competencias y preparen a los estudiantes para la sociedad del conocimiento en que vivimos.
Un programa de esta naturaleza fortalece, desarrolla y expande las fronteras de nuestra educación al atender las necesidades y talentos que potencialmente estos estudiantes pueden desarrollar. Solo es cuestión de organizarlos horarios, proporcionar las instalaciones, derivar los presupuestos para la compra de materiales y suministros, y en general cambiar la filosofía de la escuela, para tener de manera complementaria programas académicos avanzados que atiendan los talentos académicos de nuestro país.
Solo así estaríamos añadiendo una estrella de calidad a nuestra educación.