“No dejo de oír a la gente pidiendo auxilio, su hilo de voz perdiéndose en la oscuridad y la silueta de un hombre en el techo de su coche alumbrada por...
Panamá: Guardián de los océanos en el corazón de América Central
- 30/09/2023 00:00
- 30/09/2023 00:00
Panamá, un país con una extensa costa de 2.490 km que abraza los océanos Atlántico y Pacífico, se erige como un actor fundamental en la defensa de los océanos, esos vitales pulmones azules de nuestro planeta.
Su ubicación geográfica estratégica en el corazón de América Central no solo lo convierte en un guardián de invaluables recursos naturales, sino también en un nexo esencial para el comercio y el transporte a nivel internacional.
Panamá cuenta con un aproximado de 300 especies de corales duros y blandos, 814 especies de peces, alrededor de 200 especies de algas marinas, 37 especies de tiburones, 33 especies de rayas y otras 30 especies de cetáceos como ballenas y delfines.
Panamá ha establecido diversas normas jurídicas que están enfocadas en la protección, conservación y el uso sostenible de sus océanos.
En un hito trascendental en 2018, mediante un decreto ejecutivo, Panamá dio vida a la “Comisión para la formulación, desarrollo y monitoreo de la política nacional de océanos”.
Este órgano está formado por una amalgama de entidades clave, incluyendo los ministerios de Relaciones Exteriores, Seguridad, Ambiente, Comercio e Industrias, Asuntos del Canal, Autoridad del Canal de Panamá, Autoridad Marítima de Panamá, Autoridad de los Recursos Acuáticos de Panamá y Autoridad de Turismo de Panamá.
Adicionalmente cuenta con la participación de la Secretaría Nacional de Ciencia y Tecnología.
La labor de esta comisión es crucial en tiempos en que los océanos enfrentan una situación crítica, marcada por los notables efectos del cambio climático y la sobreexplotación de los recursos marinos.
Uno de los desafíos más grandes en la conservación de los océanos es la necesidad de tomar medidas efectivas para su uso responsable, ya que representan el sustento de vida para más de 3.000 millones de personas que dependen de la biodiversidad marina y costera.
Este año, el Gobierno de Panamá reiteró en la octava sesión de la conferencia “Our Ocean”, celebrada en marzo, que se necesita un nuevo tratado sobre la alta mar para proteger los océanos.
El ministro de Ambiente, Milciades Concepción, envió un “mensaje a todos los gobiernos ya sus negociadores que se encuentran en la última ronda de acuerdos para la aprobación del tratado de áreas fuera de la jurisdicción: el mundo tiene los ojos puestos en ustedes”.
“Necesitamos el tratado de alta mar para conservar nuestro océano, y para contar con el marco legal que nos permitirá llegar a ese 30% de océanos protegidos a nivel mundial”, agregó el funcionario panameño.
Panamá, “como líder azul”, no se conforma “con solo cumplir con la meta” de la iniciativa 30X30 de la ONU “a través de un valor numérico absoluto, sino que también” quiere “establecer parámetros” para que sus áreas marinas “sean altamente y totalmente protegidas”, añadió.
Una muestra de la lucha que tiene Panamá para proteger los océanos es los decomisos que se hacen.
La Autoridad de Recursos Acuáticos (Arap) ha logrado el decomiso, en los primeros seis meses del año, de unos 1.326,56 kg de especies del mar.
Camarón, atún, pargo de la mancha son algunas de las especies que se han decomisado.
Esta semana, en una operación conjunta entre el Servicio Aeronaval y la oenegé Marine Protection Alliance, en colaboración con guardaparques del Ministerio de Ambiente y funcionarios de la Arap, se confiscó una impresionante cantidad de recursos marinos ilegalmente pescados en el área de recursos de cordillera de Coiba.
La carga incautada incluyó más de 226 unidades de tiburón, pez vela, marlín, dorado, bonito, así como 602 aletas de tiburón y una tortuga.
La operación condujo a la detención de ocho ciudadanos colombianos involucrados en la pesca ilegal y el aleteo de tiburones en el área protegida de cordillera de Coiba.
La Fiscalía de Delitos Ambientales les impuso seis meses de prisión preventiva mientras se llevan a cabo las investigaciones.
Entre las especies decomisadas había diversas variedades de tiburones, incluyendo el tiburón martillo, tiburón zorro, tiburón sedoso o cazón, así como otras especies como el pez dorado, bonito, marlín, pez vela y una tortuga lora.
El hallazgo reveló que la mayoría de los cuerpos y aletas de tiburón se encontraban en buen estado, lo que facilitó la identificación de las especies para su catalogación.
La mayoría de las especies de tiburones retenidas o decomisadas se hallan en la lista del apéndice II de Cites y están clasificadas por la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN) como en peligro crítico o vulnerable.