Panamá, ejemplo regional de inclusión financiera

Panamá se posiciona como el país con mayor nivel de inclusión financiera en América Latina, de acuerdo con el más reciente estudio realizado por el holding financiero de origen peruano, Credicorp.

Según la investigación, el 37% de las mujeres panameñas está incluido en el sistema financiero, mientras que 1 de cada 2 panameñas cuenta con billetera digital, lo que representa al 47% de la población femenina del país.

El índice de inclusión financiera de Credicorp corresponde a los resultados obtenidos de encuestas presenciales y telefónicas efectuadas desde julio del año pasado a 13.473 mujeres.

Este estudio fue lanzado a principios de marzo con el fin de identificar las diferencias en la inclusión financiera entre hombres y mujeres. Para esto, el holding financiero midió aspectos como el acceso, el uso y la calidad percibida del sistema en ocho países de Latinoamérica: Argentina, Ecuador, Bolivia, Chile, Colombia, Perú, México y Panamá.

A pesar de los grandes hallazgos de esta investigación, aún existen retos persistentes en cuanto a la brecha de género en la inclusión financiera de Panamá, ya que el país sigue teniendo el índice más alto en toda la región.

De acuerdo con el Banco de Desarrollo de América Latina (CAF), la inclusión financiera y cerrar las brechas al acceso de instituciones o productos bancarios es un tema que toma cada día más fuerza en las políticas públicas de la región.

Estudios de esta misma organización demuestran que la amplitud del desarrollo financiero promueve el crecimiento económico, mejora la productividad y la acumulación del capital, además de reducir la desigualdad de ingresos entre hombres y mujeres.

Tomando en cuenta los aspectos evaluados para el estudio realizado, el acceso a servicios financieros es uno de los problemas más graves del país en cuanto a este tema. Solamente un 23% de las mujeres en Panamá tiene acceso a tarjetas de crédito; en las cuentas de ahorro la situación mejora, ya que el 49% de la población femenina en Panamá posee cuentas de ahorro que no están vinculadas a tarjetas de crédito.

Aunque a diferencia de otros países, en Panamá no hay diferencias marcadas de tenencia de cuentas de ahorros; las mujeres más excluidas del sistema financiero son las mayores de 43 años y aquellas de un bajo nivel socioeconómico. El estudio demuestra que las panameñas con un alto nivel socioeconómico, las trabajadoras independientes y aquellas que han logrado llegar a estudiar hasta un posgrado son las que más utilizan este tipo de servicios financieros.

Por su parte, la empresaria panameña y expresidenta del Consejo Nacional de la Empresa Privada (Conep) Aida de Maduro considera que la inclusión financiera no se debería tratar desde el punto de vista del género, ya que no existen restricciones mayores para que las mujeres formen parte del sistema bancario y el nivel de oportunidades es equitativo en Panamá.

“La banca local tiene programas de financiamiento exclusivo para mujeres, creo que se han seguido los pasos correctos para disminuir la brecha, sobre todo en el tema de acceso financiero”, destacó la experta a La Estrella de Panamá.

Sin embargo, la empresaria hizo hincapié en que es necesario prestar atención a las oportunidades de acceso a la inversión de ambos géneros.

La gerente de Sostenibilidad de Grupo Credicorp, Silvia Noriega, también emitió sus comentarios sobre los resultados obtenidos por Panamá en el estudio.

Según la especialista, el país debe seguir hacia adelante en materia de inclusión financiera para poco a poco lograr la meta de cerrar la brecha de género en este sentido.

“Estos resultados nos recuerdan la necesidad de seguir sumando esfuerzos entre el Estado, la industria financiera y la academia para continuar impulsando la inclusión financiera en Panamá. Desde el sector financiero vamos a seguir generando soluciones digitales e iniciativas de educación financiera”, dijo la gerente de Sostenibilidad de Grupo Credicorp.

Así como menciona Noriega, la actitud resolutiva del sector financiero junto con el tecnológico es clave para poder acortar las brechas económicas entre mujeres y hombres. Herramientas como la educación financiera y el adiestramiento en tecnología deben ser prioridad para poder asegurar la equidad.