“No dejo de oír a la gente pidiendo auxilio, su hilo de voz perdiéndose en la oscuridad y la silueta de un hombre en el techo de su coche alumbrada por...
- 02/04/2020 12:21
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Las artesanías panameñas son un legado generacional de tradición y arraigo, pero también un eje en la cultura que cifra un norte preciso para evolucionar. Si bien es cierto, hemos avanzado en muchos aspectos, aumentando el número de artesanos locales y generando volúmenes considerables de ventas en los últimos meses, nada nos preparó para este panorama crítico producto de la pandemia Covid-19.
Las crisis son oportunidades para pensar y replantear estrategias. En estos tiempos de aislamiento, teletrabajo y cuarentena, la realidad ha golpeado duramente al artesano que está pasando una muy difícil situación.
Las ventas han caído, escasea el dinero para llevar los alimentos al hogar y se tiene la esperanza de paliar la crisis con el apoyo del gobierno. Mientras tanto, al mal tiempo buena cara y, precisamente en la manualidad y el trabajo artesanal, vendrán los espacios para ponernos más creativos, pensando en que encontraremos tiempos mejores para que nuestros artistas lleven al sector a otro nivel.
Tanto el arte como las manualidades y demás expresiones culturales del ser humano transmitidas desde la idea a la creación, ya sean aprendidas de generación en generación como muestras de una tradición o por inercia cultural o creatividad absoluta, son la herencia de cada artesano.
En estos tiempos de pandemia, no salir de casa es obligatorio para ver un panorama positivo en unos meses más.
Es tiempo de emprender, ser más productivos en la confección de alguna artesanía hecha con nuestras manos. De eso se trata, ante la adversidad, no nos caigamos; pensemos en un nuevo comienzo, en nuevas perspectivas de vida y fuentes de gestión de nuestros propios negocios, con el apoyo de las instituciones estatales y la empresa privada que cree en lo que a diario logramos por nuestras familias, por el país. Eso lo podemos hacer, solo confiemos en Dios y tengamos la fuerza suficiente para seguir adelante, que juntos saldremos de esta pandemia.
Tejer desde nuestras mecedoras, ponernos creativos para enseñar en las redes sociales, ser más productivos y aprender, es la tarea en casa. Busquemos tutorías desde otras experiencias artesanales, en otros países, promovamos las plataformas web para mercadear nuestros productos, trabajemos en fortalecer el inventario de artesanos. Tenemos tanto por hacer y quedarse en casa nos permite tener ese preciado tiempo que el día a día nos consumía antes del coronavirus.
Es tiempo de dar la milla extra, distraer la mente y producir, pero pensando en crecer y ser competitivos. Pensemos en diseñar bellezas, cosas hermosas que nos alivien del estrés, crear con lo que sepamos hacer.
En estos días de cuarentena elaboramos nuestras muestras artesanales, inspirémonos, escuchemos nuestra música preferida, captemos información que nos orienten, visitemos virtualmente activos culturales del mundo, veamos revistas, estudiemos para mejorar nuestras técnicas; iluminemos la mente, nutriendo el conocimiento para volcarlo en ideas positivas, proyectos que serán importantes para el futuro de las artesanías en el país. Tomemos nuestras herramientas y juntos trabajemos por un mejor país.