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- 16/07/2023 00:00
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A los que nos esperaban el domingo antepasado, no se asusten, ¡hoy es un día especial!: El 16 de julio de 1988 se estrenaba en Japón la película animada Akira, del manga homónimo de Otomo Katsuhiro; han pasado 35 años y como se dice en el argot, “la película ha envejecido muy bien”.
Akira marcó un antes y un después en la cinematografía animada nipona e internacional, se convirtió en un referente mundial y una película de culto. Muestras de lo bien lograda hay muchas, pero cabe destacar la grabación de las voces que se hicieron antes de animar las secuencias de diálogos para que estuviesen perfectamente sincronizadas, los fondos que son una verdadera joya, algunos con dos o tres capas ilustradas en diferentes acetatos para brindar la sensación de tridimensionalidad nunca antes vista por los espectadores.
La película inició su producción antes que el manga hubiese sido terminado por lo que tienen diferencias entre ambas versiones, lo que hace recomendable no solo el visionado de la película sino también la lectura del cómic japonés. Su costo alcanzó la astronómica suma de setecientos millones de yenes —cinco millones quinientos mil dólares—, un precio sin precedentes en el Japón de la época, al que se le sumaba un gasto de cuatrocientos millones de yenes adicionales por su publicidad. Su precio hizo necesaria la conformación del Akira committe —Comité Akira— una asociación de siete compañías para cubrir los gastos de la súper producción.
La animación es espectacular, narra una distopía futurista —que ocurre en 2019— que sorprendió a un público acostumbrado a un cine de animación infantil, pues mostró a todos lo que el género podía lograr. Su paso por taquilla saldó las cuentas, y su salida en VHS en el mercado norteamericano dio inicio a un camino que la hizo imparable hasta nuestros días.
Podría decirse que abrió los ojos a jóvenes y adultos de la época y les incentivó a crear narraciones que se alejaran de las animaciones 'bonitas' de factoría Disney. Pero no se trata solo de eso; en Occidente generó un 'hambre' por más productos de este tipo y, a la vez, un nuevo mercado para la animación japonesa. A Panamá nos llegó en VHS, no recuerdo si doblada al inglés o con subtítulos en español e instantáneamente se convirtió en una película a recomendar y tener entre las propias.
Puede que usted no la haya visto, o por lo menos eso es lo que cree, ya que el homenaje recurrente a Akira es la recreación de una secuencia en que el protagonista, Kaneda, derrapa con su motocicleta alejándose de la cámara. La misma ha sido reproducida por directores en diversas animaciones tales como Las tortugas ninja, Los titanes adolescentes, El hombre araña, Doraemon, Batman la serie animada o Las guerras clon, entre otras, recientemente el director Jordan Peele en su película Nope la recreó con la actriz Keke Palmer como protagonista.
Como es de suponer, Akira se ha mantenido vigente y la película ha sido remasterizada para DVD, Bluray, IMAX y recientemente salió al mercado una versión en 4K, además de estar disponible en la plataforma Netflix. Pero no solo se quedó en la pantalla, de junio a septiembre de 2022, Stefan Riekeles autor del libro Anime Architecture: Imagined Worlds and Endless Megacities —Arquitectura del anime: mundos imaginarios y megalópolis interminables— fue el curador de la exposición “Akira die architekture von Neo Tokyo” —Akira y la arquitectura de neo Tokio— en el Museo de Dibujo Arquitectónico de la Fundación Tchoban en Berlín, donde se podían apreciar los fondos originales utilizados para la animación con explicaciones de los movimientos de cámaras, el porqué de las diversas capas y mucho más.
Además, el sitio riekeles.com cuenta con videos explicativos de pocos minutos sobre varios de los fondos expuestos, haciendo clic en el menú “Akira exhibition”. Esta exposición contó también con reproducciones “solegraph” —hechas por la afamada Yamada Photo Process Company— para la venta al público, como el fondo de la secuencia de apertura de la película en que la ciudad de Tokio es engullida por una explosión, así como litografías de los afiches publicitarios de la exhibición.
En 2019 a la película también se le achacó la dudosa distinción de haber predicho el futuro... ¡dos veces!, primero porque se hablaba de las Olimpiadas de Tokio de 2020 —treinta y dos años antes— y luego con la pandemia del coronavirus en ciernes se hizo viral una imagen donde un letrero dice: “solo faltan 147 días para el evento” y debajo un grafiti escrito en letras blancas: “cancélenla”, lo que terminó sucediendo en la vida real con la posposición de los juegos hasta el año 2021.
Akira ha sido fuente de inspiración para animadores a nivel mundial, se dice que dio alas al género cyberpunk japonés, su director reconoce sus influencias del cine internacional, lo que es evidente en imágenes que evocan Blade Runner (1982) de Ridley Scott o la maravillosa Metrópolis (1927), de Fritz Lang, ícono del expresionismo alemán. Su música tampoco les dejará indiferentes, una mezcla de ritmos electrónicos, percusión, órgano, instrumentos japoneses y coros, que le dan un ambiente retro-futurista a la obra, cuya pista más conocida es “Kaneda”, la primera canción de la banda sonora, que además se utilizó en el avance promocional.
Si no la ha visto, aproveche ahora en su 35 aniversario, y celebre con nosotros esta maravilla animada, que transformó totalmente el panorama de la animación.
El autor es doctor en Comunicación Audiovisual y vicedecano de la Facultad de Arquitectura y Diseño.