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Malala Yousafzai, el rostro de lucha que estremeció a los talibán en Pakistán
- 06/03/2020 00:00
- 06/03/2020 00:00
Cultivar y enriquecer las mentes de las mujeres a través de la educación, es un deseo que casi le cuesta la vida a Malala Yousafzai, una joven nacida el 12 de julio de 1997 en la localidad de Mingora, ubicada al noroeste de Pakistán, en el corazón de una familia musulmana.
Después de escribir un blog para la BBC donde relataba el intento de los talibán por controlar la zona del Valle de Swat y sus acciones constantes por prohibir la educación a las niñas, el 9 de octubre de 2012, la joven pakistaní, de tan solo 15 años recibió varios impactos de bala en la cabeza, el cuello y los hombros por parte de un integrante del grupo Talibán, mientras se dirigía a su casa desde la escuela.
En el blog también plasmaba cómo es la vida bajo el mando de los talibán. La mayoría de sus escritos eran entregados de manera clandestina a un reportero de la cadena, que los hacía llegar él mismo para proteger a la niña.
Durante una entrevista con la cadena británica de noticias, recordó que días antes del ataque, su madre le dijo: “Ahora que estás creciendo y la gente te conoce, no debes ir caminando, debes ir en carro o en autobús para estar más segura”.
Luego del incidente y con pocas probabilidades de sobrevivir, Malala fue hospitalizada, pero su espíritu de lucha se mantuvo más fuerte que el odio de aquellos que intentaron silenciarla.
Luego de batallar postrada en una cama, despertó de un coma inducido en Birmingham, Inglaterra.
“Abrí los ojos y lo primero que vi fue que estaba en un hospital. Veía médicos, enfermeras. Le agradecí a Dios por haberme dado una nueva vida”, expresó a BBC.
El camino hacia la recuperación no fue fácil. Malala atravesó por numerosas intervenciones quirúrgicas para restablecer su capacidad auditiva y reconectar un nervio facial que le devolviese el movimiento a una parte de su rostro.
Malala es hija de Toor Pekai y de Ziauddin Yousafzai, y tiene dos hermanos. Ziauddin, su padre, es propietario de una cadena de escuelas, conocida con el nombre de Khushal Public School, y es además poeta. En el lugar en el que creció la luchadora de los derechos de la mujer, situado en el valle del río Swat, en la provincia de Khyber Pakhtunkhwa, el Talibán impuso la prohibición de que las niñas pudieran acudir a la escuela. Una situación que exacerbó el sentimiento de la activista y los deseos de dar un paso hacia adelante siendo la voz de los oprimidos.
En 2013, 2014 y 2015 la revista Time incluyó a Yousafzai en la lista de las “100 personas más influyentes del mundo”.
Más tarde se convirtió en la primera ganadora del premio National Youth Peace Prize. También fue receptora del premio Sajarov.
En julio de 2013, Malala se dirigió al pleno de la asamblea de las Naciones Unidas para exigir el acceso a la educación en todo el mundo.
En octubre de 2014, fue galardonada con el premio de los Niños del Mundo, en Suecia, y ese mismo año fue anunciada como la ganadora del premio Nobel de la Paz, que compartió con Kailash Satyarthi, por su lucha contra la supresión de los jóvenes y el derecho a la educación.
Lo cierto es que la joven pakistaní rompió un récord al convertirse en la persona más joven en recibir este reconocimiento. “No hay que pensar en la edad, hay que pensar en lo que se ha hecho. Acoger el Nobel de la Paz no es como recibir el de ciencias, no es necesario esperar. Elegir a Malala es una señal importante para los jóvenes. Demuestra que uno puede empezar desde temprano y tener influencia”, manifestó en una entrevista para la agencia AFP, el historiador de los premios Nobel, Gustav Kollstrand.
La joven pakistaní que hoy es un referente para el mundo, no teme alzar su voz ante la sociedad patriarcal que rige su tierra natal. “Tengo derecho a decir lo que siento (...) Quiero hacer algo por la educación, ese es mi único deseo”, confesó, como fiel creyente de que “un niño, un maestro, un libro, un lápiz pueden cambiar el mundo”, reseñó BBC.
Su madre contó que la formación que impartieron en su hogar se basó en el respeto y la tolerancia hacia el prójimo: “Siempre les he dicho a mis hijos que digan la verdad y defiendan lo que es correcto. Los niños y las niñas son iguales y, aunque las personas pueden ser de diferentes colores y razas, todos son iguales”.
En 2018, Malala, de 20 años de edad, retornó a Pakistán y fue recibida por el gobierno e instituciones con honores.
“Ella es muy valiente y está haciendo un gran trabajo, especialmente por las niñas”, afirmó Shandana Saeed, una mujer de 39 años, que la calificó como un personaje de orgullo para el país.
El primer ministro pakistaní, Shahid Khaqan Abbasi, se reunió con ella y acogió en su oficina un evento con parlamentarios, políticos y diplomáticos en el que la homenajearon.
Este 2020, Yousafzai se reunió con la activista climática Greta Thunberg, en la Universidad de Oxford. Con una publicación en sus redes sociales, ambas expresaron la admiración que sienten la una por la otra.
Acciones como las de Malala y Greta han inspirado a miles de féminas alrededor del mundo a pelear por sus derechos y conmemorar con orgullo este 8 de marzo el Día Internacional de la Mujer.