Ciclistas, atletas, patinadores y paseantes de la capital colombiana tienen una cita infaltable desde hace 50 años: la ciclovía de los domingos y festivos,...
- 10/03/2023 00:00
- 10/03/2023 00:00
Con las manos o con la inteligencia, con fortuna o sin fortuna, las he conocido como poderosas, intrépidas, y firmes como un roble, más que muchos hombres, son féminas a carta cabal... y se están multiplicando.
El 8 de marzo es una fecha especial para las mujeres de todo el mundo. Es el Día Internacional de la Mujer, una ocasión para celebrar los logros de las mujeres y reflexionar sobre los desafíos que enfrentan en su camino hacia la igualdad de género. En todo el mundo se llevaron a cabo eventos y actividades para conmemorar esta fecha especial.
En Madrid, a los gritos de “¡Ni una menos!” y “¡El patriarcado va a caer!”, se simboliza esta lucha en una marcha que rememora el 8 de marzo de 1875, hace 148 años, cuando 120 mujeres trabajadoras fueron quemadas vivas por la policía en Estados Unidos por reclamar la igualdad con los hombres, en salario y jornada laboral.
Luego vendría la lucha por el derecho al voto, ¿por qué hemos sido tan imbéciles los hombres en no reconocer desde siempre que somos iguales?
Pero claro, hay que ver el sistema de educación desde el antiguo, que es patriarcal y discriminatorio, acomodado a una élite dominante y autocomplaciente, esa misma que quiere una masa ignorante para controlarla y tener mano de obra barata.
En Panamá y el resto del mundo también se llevaron a cabo actividades y eventos para conmemorar el Día Internacional de la Mujer, unas más efusivas, y otras edulcoradas, porque la hipocresía todavía pesa e influye, incluso entre las mujeres.
Se imagina cuánto habría avanzado la sociedad si se reconociera como iguales en dignidad, sea por género, raza, ideas políticas y un largo etcétera, a todos, que no habría necesidad de llenar el calendario de conmemoraciones o celebraciones porque todos los días se honraría al ser humano como es.
Utopía le llaman, pero si no reflexionamos y no aspiramos a alcanzarlas, ¿para qué estamos en esta vida, de parásitos?
En la historia de la humanidad, la mujer ha sido una figura crucial y multifacética en la sociedad. En la antigüedad, la mujer tenía un papel predominante en la vida familiar, pero su participación en la sociedad en general era limitada. En las sociedades antiguas, como la griega y la romana, la mujer estaba relegada al hogar y su principal función era la de ser esposa y madre.
En la Edad Media, la mujer comenzó a tener un papel más activo en la vida religiosa y cultural. Las mujeres monjas y santas tuvieron un papel importante en la promoción de la fe cristiana, y las mujeres de la nobleza también comenzaron a tener un papel más visible en la sociedad.
Durante los siglos XVIII y XIX, la lucha por los derechos de la mujer se intensificó. Las mujeres comenzaron a exigir su derecho al voto, a la educación y a la propiedad. Las sufragistas lucharon por el derecho al voto en varios países, y muchas mujeres lideresas de la época, como Simone de Beauvoir y Mary Wollstonecraft, comenzaron a escribir y a hablar públicamente sobre la igualdad de género.
En el siglo XX, la mujer siguió luchando por la igualdad de derechos y oportunidades en todos los ámbitos de la sociedad. Las mujeres comenzaron a ocupar puestos de liderazgo en la política, la economía, la cultura y la ciencia. Mujeres como Marie Curie, Indira Gandhi, Margaret Thatcher, Ángela Merkel y Kamala Harris son notorios ejemplos.
La brecha salarial, la falta de acceso a la educación y la violencia de género son algunos de los desafíos que la mujer todavía debe enfrentar, pero, a diferencia del pasado, ahora hay una gran cantidad de hombres que las respaldan.
He tenido compañeras, jefas y estudiantes femeninas en las diferentes facetas de mi vida profesional, pero lo que más marcó mi entendimiento de esta igualdad de género fue el rol de mi madre, que con dulzura, pero con carácter firme, junto con mi padre nos educó en valores a sus hijos; esos han sido los parámetros de vida que me han guiado.
Aquí en Panamá tenemos un problema muy serio con la violencia hacia la mujer que no se dimensiona de la debida manera por estereotipos que incluso influyen en la divulgación de la información. Ninguna chica sale a la calle a buscar que la violen y maten, es de cavernícolas revictimizar a las que sobreviven a una salvajada de estas.
El fin de la brecha salarial y la discriminación laboral, y el acceso a la educación y a la salud sexual y reproductiva son tareas pendientes que marchan a la velocidad de tortuga coja.
Un ejemplo contemporáneo del campo panameño, dos hermanos campesinos, cada uno con su familia, solo que uno de ellos tiene hijas porque los varones fallecieron pequeños, y el otro tiene cinco varones y dos mujeres; cuando llegaron a la adolescencia los vástagos, el que tenía varones le fue a exigir al otro que le diera sus tierras porque él tenía más necesidad de heredar, ya que a las féminas no debía dejarles tierra “porque los maridos se las quedarían”.
La esposa del segundo hermano, que había trabajado en la capital y conocía otra realidad, no lo agarró a escobazos al atrevido porque Dios es grande, y sus hijas son hoy empresarias que aprovecharon la herencia paterna para avanzar en la vida y estudiar, además de apoyar a sus maridos a construir un hogar más justo y equilibrado, mientras sus primos siguen la tónica de su padre.
Y qué decir de las mujeres emprendedoras panameñas. Solo en una entidad bancaria estatal se reporta que el 51% de los créditos a la micro, pequeña y mediana empresa se les dio a féminas en 2022.
En tanto, una transnacional telefónica y una entidad financiera se aliaron para ofrecer a las mujeres apoyo especializado para digitalizar su desempeño profesional mediante workshops en donde aprenderán a crear correos (email de mercadeo), uso productivo de internet, seguridad en línea, importancia de las redes sociales y su uso.
Y así van surgiendo iniciativas de equidad en las universidades y centros de investigación, pero no basta.
Porque se trata de mirar hacia el futuro con otra perspectiva, la de la inclusión; me comentan mis estudiantes cómo está el mundo laboral en su sector, las multitareas se han vuelto el pan de cada día y con una paga miserable, y eso no pinta nada bien para esos empresarios o empresas. Las féminas se están empoderando y van a ser más independientes y emprendedoras.
Y están usando, más y mejor, la inteligencia artificial.