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- 05/06/2021 00:00
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Ser mamá y emprendedora resultó desafiante en muchos sentidos para quienes se aventuraron a este camino en 2020. Luego de un año lleno de desafíos y escenarios adversos, un gran número de madres emprendedoras ha logrado despegar sus negocios, posicionarlos en el mercado y crecer a nivel profesional.
Desde hace algunos años hemos visto grandes avances en materia de género, a nivel empresarial en la región. En 2020 se estimaba que alrededor de 4 de cada 10 negocios estaban liderados por mujeres, según detalla la sexta edición de la encuesta Visión Pymes realizada por Brother International Corporation.
Hoy es probable que esta cifra sea mucho más elevada. En el último año muchas mujeres optaron por emprender, motivadas especialmente por la flexibilidad laboral y las ventajas de la autorganización y el manejo de tiempo que brinda esta alternativa.
Ser tu propia jefa, cuando eres madre, no es una tarea sencilla, pero es muy gratificante tener éxito en administrar tu hogar y, al mismo tiempo, un negocio. Como mamá, y también emprendedora, puedo asegurar que la clave de este éxito fue conciliar el entorno familiar y la esfera laboral, para lograr un punto de equilibrio al desempeñar ambos roles.
A continuación comparto algunas de las vivencias que tuve como madre y emprendedora, que espero puedan inspirar a otras mujeres.
1. Convertir tu hogar en una oficina y viceversa: a inicios de 2020, nadie se imaginaba que el trabajo y el hogar que, por lo general siempre han estado separados, pudieran coincidir en un mismo espacio. Pero sucedió.
En poco tiempo tuvimos que adaptarnos a esta nueva realidad. Al principio fue difícil asumir que nuestras actividades y negocios “entraran” a nuestra casa. Pero con el paso del tiempo comprendimos que no debíamos ver esto como algo malo, sino como una oportunidad. Lograr que estos espacios se junten nos ha permitido a las madres emprendedoras pasar más tiempo con nuestros hijos. Además, con un poco de esfuerzo es posible conseguir que la familia se convierta en un equipo. En mi caso, planifico mis actividades junto con mi hija.
La organización y establecer horarios como rutinas son vitales para lograr que todo se cumpla sin descuidar ningún aspecto. La planificación junto con todos los miembros de la familia ha sido de mucha ayuda.
2. Tejer redes con otras madres y mujeres: desde hace varios años, las mujeres participamos en redes sociales, grupos y plataformas en línea que nos permiten solventar dudas relacionadas al cuidado de nuestros hijos y temas afines. Existe un espíritu muy colaborativo entre las mujeres.
Sin embargo, cuando iniciamos un negocio nos concentramos tanto en conseguir clientes y en llegar a personas fuera de nuestro círculo social, que nos olvidamos de nuestras amigas y conocidas.
Si alguien puede ayudarnos a dar nuestros primeros pasos como emprendedoras, son ellas. Y no solo pensando en que pueden ser nuestras clientas. Seguramente muchas de ellas también son emprendedoras y pueden guiarnos en este proceso.
En mi caso, he tenido la fortuna de compartir espacios de diálogo con otras emprendedoras como Ilana Milkes, fundadora de World Tech Makers, pyme colombiana enfocada en soluciones tecnológicas educativas, y panelista de Brother International Corporation. Esto me ha brindado la oportunidad de escuchar sus consejos en temas de tecnología, innovación y transformación digital, que he puesto en práctica en mi empresa con buenos resultados.
3. Superar los prejuicios sobre la maternidad: cuando una madre se aventura a emprender un negocio, lo primero que surgen son las dudas y el miedo. Muchas mujeres creen que su rol como madres será un obstáculo para desarrollarse profesionalmente. Este es un prejuicio que las mujeres solemos tener y que es muy difícil dejar atrás.
Antes de empezar mi negocio tenía dudas sobre si estaba haciendo lo correcto y si esto no me afectaría en el tiempo que pasaba con mi hija. Sin embargo, esa es una barrera social que debemos superar. Una vez que lo hacemos, las mujeres vemos que es posible conjugar ambos mundos. La maternidad no implica que dejemos de lado nuestras ambiciones y deseos de crecer como profesionales.
2020 fue un año de muchos retos para todos, sin embargo, conciliar el trabajo con la familia y emprender se ha presentado como una oportunidad y un símbolo de resiliencia para muchas mujeres que impulsadas por nuestros sueños hemos logrado sobrellevar los negocios, pese a las adversidades.
La autora es propietaria de Project Wellness, empresa de servicios relacionados con la salud y el bienestar en Panamá y panelista de Brother International Corporation.