La Ciudad de Saber conmemoró su vigésimo quinto aniversario de fundación con una siembra de banderas en el área de Clayton.
- 18/10/2021 00:00
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En el artículo anterior nos comprometimos con nuestros lectores, de brindar información sobre las polémicas que surgieron entorno a las “recomendaciones” dadas por los organizadores de la Expo Dubái 2020 al pabellón italiano, por la desnudez del 'David' de Miguel Ángel, una pieza importante entre los tesoros tecnológicos que ostenta la inteligencia creativa italiana, pues el 'David' -presentado en Dubái- es un clon perfecto realizado con los últimos avances en la tecnología con que cuenta el mundo.
Pero su desnudez puso al centro de esta bella iniciativa las problemáticas que históricamente cada sociedad tiene entorno al pudor del cuerpo desnudo y su representación, entonces, nos resulta importante dar a conocer aquellos datos históricos donde se repitieron dichas censuras, con el objetivo de brindar informaciones importantes, para que usted querido lector, pueda formarse un juicio propio.
“¡Pobres mentes las que ven un escándalo en un cuerpo desnudo inofensivo, bello y perfecto en cada detalle!”, esta frase la encontré, esculpida en un frontis de mármol en el cementerio de la Basílica de San Miniato al Monte de la ciudad de Florencia. El impacto de leerla, siempre me ha acompañado, pues nos pone frente a la simplicidad necesaria para entrar a entender ciertas posiciones sobre la desnudez; desconocemos hasta el día de hoy quién fue su autor, pero se supone que provenga de la edad antigua.
El respeto llevado hacia ese frontis, nos trae hasta nuestros días una reflexión proveniente de la Antigüedad, pues al parecer es la traducción de un texto en lengua griega. En esta frase podríamos resumir que la malicia está en el ojo del espectador, dando responsabilidad al observador… pero avancemos en el tema para ver si así es.
Quedémonos en el siglo XVI para describir hoy un elemento particular de censura contra el desnudo que se desarrolló precisamente a raíz de la Reforma Luterana. En Roma, en 1527 tuvo lugar un hecho muy importante: el famoso saqueo -que no interrumpe el flujo de pensamientos dentro de las obras- que con el avanzar de los años se encuentra Miguel Ángel, que en ese momento regresaba de trabajar en las 'Tumbas de los Medici' de San Lorenzo en Florencia (1524). Para estas tumbas (de Florencia) crea la desnudez reflexiva, enfática y dramática del día y la noche, el crepúsculo y el amanecer, obras que son todo menos que ideales desnudos, y mucho menos ejercicios sobre lo antiguo, debido a que Miguel Ángel abandonó las últimas precauciones estilísticas e iconográficas de ese período para avanzar con su particular manera de esculpir e innovar el cuerpo desnudo dentro de las artes.
El artista inicia (1536) la creación de 'El Juicio Final' de la Capilla Sixtina finalizado en 1541. Reinventa el tema, manteniendo las terribles visiones de 'El Juicio Final', pero haciendo de su pintura el lugar de salvación y condenación de los cuerpos. Cuerpos cuyo sufrimiento físico sentimos, y en cuyo centro irradia la figura de Cristo, joven y sin barba, porque ese seré el mensaje para la humanidad: la imagen de la belleza divina que se hizo carne dentro la inocencia.
Una obra revolucionaria para un artista revolucionario, destinada a convertirse en referencia para muchos artistas de la época como Pontormo, Rosso Florentino, Beccafumi y Parmigianino. Sin olvidarnos de los colaboradores de Rafael, dirigidos por Giulio Romano en el Palazzo Te de Mantua, y Perin del Vaga. Todos estos artistas que en diversas formas rehacen al desnudo de Miguel Ángel, que se convierten en los promotores del Renacimiento. Mientras tanto, en Roma se continúa excavando y sacando a la luz lo antiguo rupestre. Las grandes familias aristocráticas compiten ahora por coleccionar estatuas y esculturas del pasado. Y este fenómeno va más allá de Roma e Italia porque también es un modelo para el exterior. En primer lugar, la corte francesa de Francisco I, el más italianizado de los soberanos europeos.
Entonces sucede un hecho, Pablo IV Carafa es elegido Papa en 1555 y en ese momento la Iglesia Romana comienza a tomar medidas contra toda “las aproximaciones” que circulaban en el arte.
Comienza desde el 'El Juicio Final' de Miguel Ángel, a Daniel da Volterra, discípulo suyo, a quien le viene encomendada la ingrata tarea de cubrir la desnudez menos “agradable” del fresco.
Luego pasan a censurar otras obras. 'Venus' y 'Cupido' de Pontormo, 'El Cristo della Minerva', 'Expulsión de Adán y Eva del Edén' de Masaccio, así como muchas otras esculturas antiguas y modernas, en un triunfo de hojas de higuera para cubrir las partes más intimas. Esta práctica continuará hasta el siglo XIX.
En Florencia, en cambio, Cosimo I Medici, concentrado en su proyecto de hacer de su gran ducado un modelo de excelencia renacentista, creó las condiciones para un arte abierto a sugerencias heroicas y antiguas. Vasari se convierte en el gran maestro artístico de la pintura de ceremonias y Bronzino, como Salviati -en cambio- encarna el espíritu del gran ducado.
Bronzino define en ese momento las nuevas pautas del desnudo. Cuerpos con rasgos esculturales y cuidado en la creación de la tez. Salviati parte del desnudo de Miguel Ángel de las 'Tumbas de los Medici' y junto al cliente sagrado una pintura histórica antigua, que en figuras alegóricas y escenas como el 'Baño de Betsabé' encuentra acentos de una desnudez casta y fascinante, en muchos sentidos un precursor del siglo XVIII: que será llamado Clasicismo.
Pero no olvidemos a Benvenuto Cellini, un florentino con una biografía nómada y vivaz. Con el espléndido 'Perseo' con la cabeza de medusa, un bronce que renueva los relámpagos estatuarios del 'David' de Donatello y Miguel Ángel. Así les recomendamos ver a otros ejemplos de desnudos hechos estatuas: la 'Fuente de Neptuno' de Bartolomeo Ammannati para Plaza de la Señoría y el 'Rapto de las Sabinas' por Giambologna. Este último en particular es una obra técnicamente muy atrevida y compleja, llena de motivos virtuosos, que recuerdan al barroco helenístico. Por primera vez tenemos una obra de arte íntegramente: no representa un tema antiguo, lo inventa, tanto que la elección del título viene después (de violación a rapto).
Podemos decir que todas estas obras nacieron en el preciso momento en que la Contrarreforma (nacida del Concilio de Trento) cambió el rumbo del arte italiano, queriendo dar una ruptura definitiva a la Antigüedad considerada pagana y descarada; entonces, el control de las imágenes será cada vez más riguroso y la censura llegará a imponer a principios del siglo XVII que nadie talle, pinte, conserve o exponga al público obras que no sigan los dictados tradicionales. También la creación de escenas particulares de las Sagradas Escrituras como David y Betsabé o Susana y los ancianos, o incluso episodios en los que aparece el egipcio que instigó a José al adulterio. Luego avanzaremos hacia el arte utilizado como herramienta de la Contrarreforma en respuesta a la Reforma de Lutero. Para que de esta manera naciera el esplendor del arte Barroco.
Todavía hay mucho que decir, pensé ingenuamente hablar de los bochornosos momentos de semicensuras en Panamá, pero el tiempo es tirano y el verbo es letra esculpida en papel y se nos acaba el espacio. Queda pendiente 'La Tamarinda' de Roberto Lewis y explorar las intimidades de nuestra sociedad con respecto a la desnudes, pero será para el próximo lunes. ¡Te esperamos!