La corrupción y nuestro rol como ciudadanos

Actualizado
  • 07/01/2023 00:00
Creado
  • 07/01/2023 00:00
La corrupción aparece tanto en la función pública como en la privada, y tiene consecuencias más que negativas para la mayoría de las organizaciones que no saben combatirla
La corrupción es un flagelo que se da tanto en la función pública como en la privada.

¿Qué es corrupción? La corrupción se refiere, en una primera instancia, a algo que se ha echado a perder, que pasa a un estado de pudrición o perversión, alterándose las propiedades básicas y pasando a ser mucho más turbias y negativas.

El término proviene de la combinación de dos palabras en latín: romper y corazón. Significa justamente la pérdida de la esencia de un objeto o valor.

Por otro lado, asume una forma más simbólica, para aludir a las relaciones humanas, especialmente a las relaciones de poder.

¿De qué hablamos cuando mencionamos actos de corrupción? He aquí algunos ejemplos:

- La extorsión al amparo de altos cargos en la función pública o privada, para obligar a otras personas a hacer cosas más allá de sus funciones.

- La falsificación de las adjudicaciones públicas, con contrataciones falsas y por fuera de las vías que la ley impone.

- El tráfico de influencias, utilizando los beneficios o las amistades en los cargos jerárquicos para favorecer o perjudicar causas o proyectos.

- El uso ilegal o con malas intenciones de los bienes que han sido conferidos para otro uso.

- La falta de ética, sobre todo en altos niveles jerárquicos. Es delito que un funcionario vea un ilícito y no lo denuncie o advierta.

La corrupción aparece tanto en la función pública como en la privada, y tiene consecuencias más que negativas para la mayoría de las organizaciones que no saben combatirla: favorece la reproducción de las burocracias, limita la credibilidad de los gobiernos, reduce los recursos para el trabajo honesto y naturaliza estos hechos, que perjudican a quienes con su dinero o con su apoyo legitiman esa organización. Incluso la justicia, la policía o el deporte suelen estar atravesados por estas cuestiones.

El debate sobre la corrupción suele aparecer en la mayoría de las democracias del mundo, y no faltan los partidos políticos que se consideran los paladines en la lucha contra la corrupción.

Lo cierto es que para solucionar estos problemas se necesita un cambio en el sentido común de la sociedad y una cultura de pertenencia a las decisiones que se toman en los estratos superiores de las organizaciones.

¿Qué podemos hacer?

Te invito a pensar en aquellas situaciones en las cuales, tal vez, sin darte cuenta estás contribuyendo a esto.

Los actos de corrupción caen en manos de personas que se han preparado desde su hogar para ser corruptos. ¿Eres de los que no respeta las señales de tránsito o paga para que no le pongan una multa? ¿Llevas y traes chismes? ¿Tergiversas información? ¿Pagas extra para recibir un beneficio de algún tipo? ¿Contratas a personas amigas para trabajar, a pesar de no tener las habilidades? ¿Mientes a tus seres queridos o amigos?

Sin ánimo de juzgar, esta es una invitación a revisar nuestro comportamiento como seres humanos, para corregir desde nosotros aquello que nos molesta.

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