La Ciudad de Saber conmemoró su vigésimo quinto aniversario de fundación con una siembra de banderas en el área de Clayton.
- 07/03/2021 00:00
- 07/03/2021 00:00
Mi cliente de coaching, Carlos, me llamó para decir que no podía estar en la sesión del martes y que sentía la necesidad de trabajar en mejorar su balance entre trabajo—vida. Como gerente de producción en una empresa de alimentos en tiempos de pandemia, Carlos siente que no hay tiempo para mucho más que el enfoque en el trabajo, ahora con estándares y exigencias más altas que están bajo su cargo. Me dijo que se sentía abrumado, agotado y con poco tiempo para lograr un balance personal que lo haga sentirse satisfecho.
Le dije a Carlos mi preocupación por cómo lo escuchaba, y luché para controlar mis ganas de traerle consejos rápidos o fórmulas universales para darle paso a su conversación de autoconocimiento como camino de crecimiento personal duradero y sostenible a largo plazo, recordándole así, que no hay mayor experto en él que él mismo y que confiara plenamente en lo que él eligiera para él.
Como coach reconozco que el desaprender para volver a aprender es una de las competencias que más me ha costado, al igual que acallar mis pensamientos y juicios para no “aconsejar” a mi cliente, sino más bien acompañarlo a un espacio donde pueda conectar con la persona que esta siendo y que quiere ser. Tratando de activar mi presencia, atención plena y escucha activa para motivar la capacidad de expandir su consciencia, abriendo así su mirada.
Escuché sus palabras, observé su mirada, sus gestos y le pregunté: “¿Qué es más útil para ti hablar ahora?”
Carlos respondió de inmediato: “¿Puedes compartir conmigo las formas en que tú o tus otros clientes balancean sus vidas y aumentan su bienestar?”
Y solo continuamos: “Carlos, ¿Qué has hecho antes que te haya servido para este objetivo?” Carlos me respondió que antes caminaba, nadaba, practicaba senderismo, jugaba con sus hijos, compartía más cenas en familia y leía un poco más, pero que ahora por la pandemia no tenía tiempo, y en algunos casos, tampoco tenía espacios físicos para hacer algunas de esas cosas.
A lo que pregunte: “¿Qué cosas de estas sí puedes hacer?”, y así continuamos la conversación. Cerré la llamada con preguntas como: “¿Qué te llevas? ¿Qué aprendiste de ti mismo hoy? ¿A qué te comprometes? Con ellas encontró el espacio para reflexionar acerca de su autoconocimiento y plan de acción. Terminó con un “Gracias, me siento mucho mejor que antes”, y programamos nuestra siguiente sesión.
Apreciado lector, quise compartir esta historia para traerles algunas de las muchas cosas que en su momento me trajo a mí esta conversación. Y es que, aunque la vida no viene con “recetas mágicas” o con “fórmulas secretas, perfectas y personalizadas” para ser más felices, elevar nuestro bienestar y desplegar nuestro potencial, sí contamos con nosotros mismos para observarnos, escucharnos y elegir qué es lo verdaderamente más significativo para cada uno. Qué es aquello que nos mueve (a nosotros, no a los demás) hacia la acción y nos hace sentir más plenos en un mundo que puede hacernos perder balance con gran facilidad.
El cultivar nuestro bienestar integral, aquel que según el modelo de Bienestar SPIRE propuesto por el Dr. Tal Ben-Shahar incluye nuestro bienestar: espiritual, físico, intelectual, emocional y relacional, no es un lujo o algo inmerecido en momentos de crisis; es más bien una de nuestras más importantes claves de éxito.
El acompañamiento de un coach profesional en el proceso de lograr el bienestar integral apoya a tomar consciencia, integrar aprendizajes e implementar acciones que pueden ayudarnos a potenciar una vida más plena y floreciente.
Les traigo algunas de las preguntas que podrías considerar al planificar tu tiempo durante los próximos días y semanas y que la vez te pueden acompañar a cultivar tu bienestar integral:
-¿Qué te ha funcionado antes para cultivar tu bienestar integral y seguir desarrollando tu máximo potencial?
-¿Cuál sería exactamente tu objetivo a trabajar?
-¿Qué significa esto para ti?
-¿A qué le quieres decir basta?
-¿Qué opciones tienes?
-¿Cuáles de estas opciones resuenan mejor contigo?
-¿Qué opciones nuevas te gustaría explorar?
-¿Qué plan de propones para lograrlo?
-¿Cómo te sentirás cuando lo logres?
-¿Qué necesitas para hacerlo?
-¿A qué te comprometes?
Somos seres humanos integrales y mantener ese cuidado en todas las dimensiones de nuestra vida, es un regalo poderoso que nos impacta positivamente. Nos volvemos personas más florecientes, saludables, creativas, productivas y lúcidas a la hora de tomar decisiones en un mundo VUCA (volátil, incierto, complejo y ambiguo). Además, nos ayuda a concentrarnos, identificar prioridades y sentirnos mejor. ¡Y cuando nos sentimos mejor, somos más capaces de ser la persona que queremos ser!
La autora es Coach Ejecutiva y Ontológica, miembro de ICF Panamá