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El camino complejo de las bicicletas en Panamá como medio de transporte
- 23/06/2021 00:00
- 23/06/2021 00:00
La implementación formal de la bicicleta como medio de transporte en Panamá pasa por retos importantes. Esta es una idea que sustenta el diputado independiente, Gabriel Silva, para quien “queda mucho por hacer en tema de infraestructura para adecuar las ciclovías, pero eso les corresponde al Ministerio de Obras Públicas (MOP) y a los municipios”.
El proyecto de ley 464 que establece el uso de las bicicletas como medio de transporte, fue aprobado en tercer debate y está a la espera de la sanción o veto por parte del Ejecutivo.
Silva comenta que el proyecto de ley busca incentivar el uso de la bicicleta como medio de transporte para efectos positivos en el medioambiente y en la economía. “Ya se aprobó en tres debates y estamos a la espera de la sanción por parte del Ejecutivo, no sabemos si lo van a sancionar o no. Ojalá se convierta en ley”.
“Hemos visto los accidentes con los ciclistas y la cantidad de gente que muere. Es importante darles protección porque es un medio de transporte”, arguye.
El arquitecto y urbanista Jorge Perén subraya que uno de los desafíos es la condición actual de las calles. “Hay que mejorar las capas de las calles porque los huecos en el asfalto son un factor de riesgo”.
“El camino correcto es tener rutas de ciclovías aplicadas, pero eso implicaría una política de Estado mucho más integral, donde se le dé los espacios existentes para implementar la ciclorruta”, remarca.
La representante de 'Panamá en Bici', Paola Carretero, afirma que “el derecho de que las bicicletas estén en las calles ha existido desde siempre”, pero la propuesta de ley viene a acompañar lo que ya estaba establecido. “En el istmo hay una gran desinformación sobre la educación vial. Este fue el propósito por el cual se creó esta oenegé y también para ayudar a las autoridades y a la sociedad en conjunto”.
“Hoy sería más cómodo si hubiera ciclocarriles, pero la bicicleta como medio de transporte o para uso deportivo tiene derecho de estar en la calle”, anota.
Para esta propuesta de ley, Carretero detalla que el diputado Silva les consultó desde un principio debido a que desde 'Panamá en Bici' cuentan con asesores internacionales, como la Embajada Holandesa del Ciclismo. “En ese proceso hemos visto que México, Holanda y Colombia coinciden con los mismos reglamentos, por eso le mostramos al diputado lo que se hacía en otros países para que Panamá no fuera la excepción”.
Desde el proyecto de ley 464 se elimina el uso de placas en las bicicletas. “En otros países esto ya no se exige; lo que convierte este requisito en obsoleto”; en el proyecto se reemplaza la placa por una calcomanía.
Otro requisito que se suprime en el proyecto de ley es la licencia para manejar bicicleta. “En otras naciones es un requerimiento arcaico. Otro punto que me gustaría señalar es que en el proyecto se indica la distancia mínima de 1,5 metro que debe haber entre un vehículo y un ciclista para rebasar”.
Por otro lado, aclara que el deporte de ciclismo no se practica en ciclovías recreativas debido a que estas tienen un límite de velocidad, y en promedio un ciclista recorre entre 40 y 50 kilómetros por hora. “Desde 'Panamá en Bici' vamos a trabajar junto con las autoridades y haremos una campaña para crear más conciencia dentro de la población. Esperamos iniciarla pronto y aclarar los puntos de convivencia entre el ciclista y el conductor de un automotor”.
Perén enfatiza que “el uso de la bicicleta como medio de transporte sí es viable. El Municipio de Panamá, la Autoridad del Tránsito y Transporte Terrestre y otras instituciones deben actuar para que esto se ejecute de manera eficiente”, dice, y agrega que hoy existen vías que cuentan con las condiciones para hacer las segregaciones que permitan construir las ciclorrutas, no obstante, otras no poseen el espacio adecuado.
“En el caso de la vía en la Iglesia del Carmen, esta tiene las condiciones para una ciclorruta. En esta zona en horas pico, cuando nos queremos desplazar en auto, a veces nos toma hasta 25 minutos llegar a nuestro destino, aunque esté a un kilómetro de distancia, de modo que una vía alterna de transporte como el scooter o la bicicleta puede ayudar a la movilidad a corta distancia”, destaca.
Además, señala que aparte de trabajar las ciclorrutas, se deben robustecer las normas de tránsito para reducir la velocidad en zonas densas de uso mixto, donde los carros puedan ir a 30 kilómetros por hora. “Esta es una forma de aumentar la seguridad para los que caminan y usan la bicicleta. También se deben crear incentivos para las personas que utilicen la bicicleta”.
Por su parte Rodrigo Guardia, profesor de la Facultad de Arquitectura y Diseño de la Universidad de Panamá, precisa que en estudios recientes efectuados en el país se reflejó que en horas pico, en vías importantes de la ciudad, la velocidad que tienen los vehículos motorizados en las calles es la misma que tiene una persona que maneja bicicleta.
“Las distancias en la ciudad de Panamá son funcionales para el uso de las bicicletas, pero más allá se trata de diseñar una estructura adecuada para el transporte peatonal y ciclístico, lo que implica tener carriles de ciclismo, estacionamientos para bicicletas y que las ciclovías estén conectadas con las rutas de transporte”, subraya.
Indica que en algunos países se han desarrollado estrategias para que los trabajadores puedan montar su bicicleta desde su casa hasta una ferrovía que los conduce hacia su trabajo, luego en la estación cuentan con otra bicicleta que abordan para llegar a su destino. “A esto se le llama ciclismo-riel-ciclismo”.
Entre los países que han impulsado el uso de la bicicleta como medio de transporte se encuentra Dinamarca. “Cuando la gente piensa en Dinamarca, automáticamente lo asocian con las bicicletas, a Países Bajos también, al igual que a Beijing; en China, que existe un número importante de bicicletas, todo esto tiene que ver con programas que se han desarrollado hace más de 30 años. En Panamá hay esfuerzos iniciales, pero se puede mejorar la estrategia”.
Dejando a un lado el tema de infraestructura considera que “el cambio de mentalidad juega un papel fundamental” para que se concrete el uso de la bicicleta como medio de transporte. “Se deben valorar más los beneficios de manejar bicicleta. Hay que superar los esquemas donde solo se concibe la movilidad desde el punto de vista del vehículo a motor”.
Transformación
El sociólogo José Lasso sostiene que desde las costumbres sociales, el uso de la bicicleta está asociado a un elemento de estatus. “Las tendencias de consumo de la población están vinculadas directamente a la adquisición de un vehículo de cuatro ruedas, por ejemplo, cuando un joven recién graduado trabaja, el primer impulso que tiene es comprarse un carro por dos hechos, primero por la situación del transporte público, segundo por el estatus que le da en los grupos donde se relaciona”.
Admite que lograr un cambio no será una tarea fácil. “Hay que modificar la cultura y romper esas visiones paradigmáticas de que el estatus económico está vinculado a los vehículos de transporte motorizado”.
En cuanto a la cultura vial afirma que es un proceso de adaptación que deben tomar en cuenta quienes usan la vía pública. “Es derecho de todos los vehículos transitar por la vía pública y efectivamente no es solo para vehículos motorizados. También se requiere hacer ajustes en la cultura del ciclista. En la actualidad, las estructuras para el ciclismo son inexistentes, no se pueden cometer imprudencias en estos espacios”.
Lasso admite que el camino de adaptación es largo, pero la iniciativa desde el proyecto de ley es un paso positivo para el medio ambiente. “Quizás en algunos años podríamos aspirar a tener avances como en países desarrollados, donde el uso de la bicicleta es parte de la vida cotidiana en el ejercicio de sus actividades y no solamente en el deporte”.
El Dr. arquitecto y urbanista, Jorge Perén trabaja en 'The Green Path', un eje vial de la ciudad (Av. Federico Boyd y Av. M.E. Batista) prioritario para vehículos (motorizados o no) de bajas emisiones, como las bicicletas con o sin motor eléctrico, scouter, carros eléctricos, buses eléctricos, metro.
Perén explica que este proyecto piloto consta de 4 etapas destinadas a corregir los problemas urbanos existentes.
Detalla que la primera etapa del proyecto considera arborización, estacionamiento de bicicletas y kilómetros de ciclorutas interconectando la cicloruta de la cinta costera y el parque Urracá con la avenida Federico Boyd, la avenida Manuel Espinosa Batista, la Universidad de Panamá, el hospital del SS, la Junta Comunal de Bella Vista y la vía Argentina. “Las avenidas F. Boyd y M. E. Batista serán un eje de movilidad intermodal de bajas emisiones de CO2, que en un futuro podrá extenderse a la Avenida R. J. Alfaro y parques”.
La segunda etapa contempla una pasarela y elevador para conectar la avenida Manuel Espinosa Batista con La Cresta. “Este primer elevador urbano en la ciudad de Panamá facilitará la visita a la reserva forestal universitaria y a los edificios patrimonio de la arquitectura moderna existentes. La tercera incluye edificios de facilidades, y en la cuarta se implementan sensores de monitoreo de ruido, gases y tráfico”.
Dice que las personas tendrán la opción de seleccionar el tipo de movilidad más conveniente en función del estado del tiempo, intensidad del tráfico y rutina diaria.
“Este proyecto se presentó en un congreso internacional el año pasado y en efecto ahí estuvo el representante de la Junta de Desarrollo Local de El Carmen, le llamó la atención y me llamó para que se lo mostrara. Él junto a otros arquitectos se interesaron para que se le presentara a las autoridades de Bella Vista. La acogida fue muy buena también por parte de la Universidad de Panamá, el Metro de Panamá y a la Junta de Planificación Municipal de Panamá”, concluye.