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El 'bullying' que persiste en la juventud
- 05/05/2021 00:00
- 05/05/2021 00:00
El acoso o bullying en el entorno educativo es una problemática que se ha incrementado alrededor del mundo, privando a cientos de niños de su derecho a la educación de forma saludable. Según un estudio publicado por la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (Unesco) en noviembre de 2020, “más del 30% de los alumnos en el mundo han sido víctimas de acoso”, una situación que produce consecuencias nefastas “en materia de rendimiento escolar, abandono escolar, y salud física y mental”.
Pese a que el 2 de mayo fue establecido como el Día Internacional contra el Bullying por el Dr. Javier Miglino, fundador de Bullying Sin Fronteras, organización no gubernamental que reúne a más de 30 mil oenegés alrededor del mundo, la Unesco aprobó la efeméride para los 189 países que la componen en 2019.
A su vez, la Unesco estableció el primer jueves de cada noviembre como el Día contra la Violencia y el Acoso en la Escuela, incluido el ciberacoso.
El acoso en el entorno escolar es definido por la Unesco como una herramienta que “designa todas las formas de violencia que se manifiestan en la escuela y alrededor de esta, padecidas por los alumnos y perpetradas por otros alumnos, docentes y demás miembros del personal docente”. La violencia en la escuela incluye el acoso y el ciberacoso, y es una de las corrientes de violencia que afecta a uno de cada tres jóvenes.
En Panamá, el bullying es una problemática presente en la sociedad y para la cual no se ha encontrado una solución concreta.
Según el psicólogo Christian Tejeira, especialista en atención a niños, adolescentes y familias, el acoso escolar “debe recibir mayor atención en el país”, principalmente por parte de los padres y docentes en los centros educativos.
Para detectar las señales de un posible acoso, Tejeira indicó que es necesario “revisar a los niños desde su comportamiento así como la aparición de golpes, la falta de apetito y de entusiasmo o el deseo inexistente para realizar actividades diarias”.
En palabras de la organización internacional de emergencia humanitaria, Save the Children: “La escuela debería ser siempre un espacio en el que sentirse seguro. Sin embargo, para muchos niños, la escuela se ha convertido en la fuente de un tipo de violencia del que son víctimas y que ejercen sus propios compañeros”.
Además, señala que actualmente hay niños que, por distintas razones, “sufren maltrato físico o psicológico por parte de otros menores a través de actitudes como la represión, la discriminación, la homofobia, la violencia sexual o el castigo corporal”.
El acoso escolar se puede manifestar de forma física, psicológica, sexual o verbal, pero produce consecuencias que pueden marcar la vida adulta del niño o adolescente luego de pasar continuamente por el acoso. “Al haber pasado por el acoso constante, tendremos un joven o un niño con problemas en autoestima, dificultades para establecer relaciones interpersonales, con tendencias depresivas, ansioso, con un aumento de sentimientos de soledad, cambios en los patrones alimentarios y de sueño, y pérdida del deseo de salir a realizar actividades”, mencionó Tejeira, “en estos casos la comunicación con los padres es clave”.
Asimismo, es importante detectar por qué un niño o adolescente se convierte en un acosador o promueve actos de bullying, lo que Tejeira anotó como “una actitud propiciada por la baja autoestima”.
Desde un perfil psicológico, un acosador puede ser cualquiera, “pero principalmente es una persona que tiene baja autoestima, poca empatía, necesidad de dominar a otros y controlarlos, temperamento impulsivo sin control emocional”, enfatizó, “puede ser un niño que disfruta de la violencia y de molestar, otros son relacionados con baja tolerancia a la frustración, indiferentes e intolerantes ante los demás, con pensamientos rígidos, estrictos con ellos mismos, manipuladores y desafiantes a las reglas”.
Según datos oficiales de la Unicef, el bullying afecta a entre 18% y 31% de los jóvenes panameños. “La normalización de la violencia en las escuelas panameñas dificulta el proceso de enseñanza-aprendizaje y propicia la deserción escolar”, apunta la organización.
La preocupación del incremento de este mal social impulsó la campaña #CeroBullying y el lanzamiento del 'Protocolo escolar de actuación ante situaciones de bullying' en 2018.
Unicef y FundaMorgan se unieron en 2018 para realizar el protocolo, uniéndose a ellos el Ministerio de Educación (Meduca), la Organización de Estados Iberoamericanos, la Fundación Relaciones Sanas, Fundación Amaneceres, Fundación Valórate y Fundación Basta de Acoso y Violencia Panamá. De esta unión nace la mesa de trabajo de bullying y el 'Proyecto Escuela Segura - No al Bullying', encargada de implementar e impulsar programas de prevención y atención sobre el acoso escolar en el territorio panameño.
Por parte de la organización Save the Children, se considera de carácter urgente la “elaboración de una estrategia integral contra la violencia en la infancia”. En este marco común se tienen que “adoptar medidas específicas para luchar contra el acoso y el ciberacoso, implicando a todos los actores adultos que forman parte de este mecanismo de prevención y seguimiento de los casos”, anotó la organización.
En Panamá se han llevado a cabo acciones para promover la creación de políticas públicas que apoyen la prevención del acoso y la violencia infantil, tanto en escuelas como en otros espacios de la sociedad. Por parte del diputado Raúl Fernández y el presidente de la Asamblea Nacional, Marcos Castillero, junto con la organización antibullying 'Ni Uno Más', se presentó el proyecto de ley 317 “que promueve la convivencia sin violencia en las instituciones educativas de la República de Panamá” el pasado 19 de febrero de 2020, y entró a tercer debate el pasado 5 de abril de 2021.
La norma, que aún requiere sanción por parte del presidente de la República, Laurentino Cortizo, lleva consigo el objetivo de “establecer los mecanismos para diagnosticar, prevenir, evitar, sancionar y erradicar cualquier forma de maltrato psicológico, verbal o físico producido entre estudiantes de forma reiterada a lo largo de un tiempo determinado, tanto en el aula de clases como a través de las redes sociales”. Además, en su segundo artículo presenta la necesidad de la designación de por lo menos un profesional especialista en acoso escolar en cada institución educativa de la República de Panamá, encargado de la prevención y el tratamiento de los casos de acoso y de violencia entre los alumnos.
Pese a que Panamá no posee estadísticas actualizadas en cuanto al acoso escolar, un informe elaborado en 2016 por el Instituto Conmemorativo Gorgas de Estudios de la Salud reveló que 2 de cada 10 niños son víctimas de acoso escolar.
Esta encuesta fue aplicada a 3 mil 619 alumnos de 46 escuelas oficiales del país, lo que concluyó que 19,7% de los jóvenes es víctima de bullying.
El documento menciona causas que son reflejo de los problemas a lo interno de las familias.
A través de la oenegé 'Ni Uno Más', fundada en 2018 por Moisés Attie y que ahora está conformada por 60 jóvenes en cargos de responsabilidad diaria y más de 300 voluntarios en todo el territorio nacional, se promueve la importancia de decir 'no al bullying' en las escuelas y espacios públicos para niños y jóvenes.
“Para reducir esta problemática es importante concienciar a los jóvenes y docentes proveyendo conocimiento de las consecuencias de un ambiente hostil para el desarrollo de los estudiantes”, comentó a este diario Jonathan Btesh Esses, director general y miembro fundador de 'Ni Uno Más'.
Con la presencia del programa 'Cuéntanos tu Historia', la organización propicia un espacio de escucha y atención a jóvenes y padres de familia que han sufrido o presenciado situaciones de acoso en los colegios a través de su página web oficial (niunomas.org) y en fechas presenciales. “Cuando uno habla de su historia, ayuda a no cargar esa presión constantemente, a buscar ayuda y saber que no se está solo enfrentando la situación”, comentó.
Para Btesh, la importancia de sancionar el proyecto de ley 317 radica en su objetivo de recolectar datos sobre niños y adolescentes que sufren acoso escolar de forma constante en los centros educativos. “En Panamá lamentablemente no tenemos bancos de datos sobre estos jóvenes; no sabemos quiénes están sufriendo diariamente, cuántos niños y adolescentes se suicidan por año a raíz del bullying o que son aislados socialmente por razones de género, discapacidades o situación socioeconómica, lo que incrementa el problema y obstaculiza la generación de soluciones”, indicó.
Como parte de sus acciones sociales, la organización cuenta con un programa de integración escolar, al que se han unido más de 20 centros educativos en la ciudad de Panamá y donde los estudiantes y docentes reciben capacitación profesional sobre las causas, consecuencias e importancia de la prevención del acoso. “Tenemos más de 400 embajadores en colegios del país, que fungen como agentes de cambios, capacitados para intervenir en situaciones de acoso y darles confianza a los estudiantes de contar sus historias”, puntualizó.
Para Tejeira, la base para prevenir el acoso es la comunicación familiar, ya que cada padre y madre debe “propiciar un espacio de comunicación abierta con sus hijos”; de esta manera se “crea una mayor autoestima, confianza y sentido de seguridad” en jóvenes que asisten a colegios de todo tipo. “Nuestra situación actual con el acoso no es solo un fallo del Estado, sino también de los padres, y todo debe cambiar a raíz de la familia”, apuntó.