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- 09/10/2022 00:00
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Las Orugas, con dramaturgia y montaje de Arturo Wong Sagel llega a la sala del Teatro en Círculo para presentarse hasta el próximo 16 de octubre. Su tema, muy actual y muy crítico nos lleva a reflexionar sobre situaciones diarias que vive nuestra sociedad y que aunque tienden a ser normalizadas, llegan a afectar a una diversidad de personas: el prejuicio, la discriminación, la falta de empatía.
La vida de una pareja formada por Belisario un influencer de redes sociales y Sofía, una extranjera, sin papeles de residencia se ve estremecida por la influencia de una mujer transgénero, pero son muchas otras las vidas trastocadas por decisiones o indecisiones propias. Actuan en la puesta en escena Arturo Wong Sagel, Flor Estefanía Caminero, Alejandra Carrizo, Rochia, Rubén Darío Villarreal, Yaravi Quintero y Marisín Luzcando
Desde hace mucho quería escribir acerca del “extraño”. Aquella persona que por ser diferente no encaja en lo establecido. Pero, ¿qué es lo normal, cuando se trata del ser humano? Aquello que se considera normal es una cuestión de perspectiva del poder. Por eso nos agrupamos, o buscamos el éxito y la aceptación masiva, por eso queremos pertenecer a algo que nos cuide y negamos nuestra diversidad individual, porque es un atentado a la norma establecida. En ese principio se basan todos los aparatos de estado. Pero qué pasaría si la norma fuera “lo distinto”.
Quería escribir una obra donde pudiera hacer colapsar distintos puntos de vistas y que además nos enfrentara como sociedad. Estos tiempos que estamos viviendo me sirvieron de referencia. Hay mucha intolerancia y los grupos que están en el poder quieren eliminar a toda costa al que piense o sea distinto. Allí apunta “Las Orugas” a esa incapacidad de los seres humanos de aceptar el cambio y lo diverso.
Te copio el fallo:
1. Logra un buen diseño psicológico de los personajes.
2. Se desarrolla bajo una constante tensión producto del manejo adecuado de los conflictos que son planteados en las escenas.
3. Como texto dramático está muy bien estructurado
4. Aborda con mucha propiedad temas sociales y políticos muy actuales tales como: discriminación social, transfobia, homofobia, machismo, abuso infantil, feminismo, xenofobia, anomia social, corrupción política y retrata acertadamente ese pensamiento ultraconservador retrógrado matizado por creencias religiosas que caracterizan a comunidades contemporáneas.
5. Posee imágenes potentes, dándole un ritmo impresionante al argumento dramático.
Tiene remedio siempre y cuando exista una crisis. Eso es una regla de la dramaturgia. Un personaje solo cambia después de experimentar una crisis profunda. Por eso creo que debemos pisar fondo, toca jodernos. Las recientes explosiones sociales fueron una antesala de algo que se está hirviendo y seguimos mirando para otro lado.
Es verdad pero no creo desaparecería la sociedad sin esas reglas, pues los poderes son cambiantes. Todo se reduce a una situación del poder regente. Quien manda establece reglas y parámetros para seguir perpetrándose infinitamente, pero hay que ocultar esa razón porque sería muy obvio, por eso hay todo un mecanismo de excusas como el bienestar social, la conservación de la especie o la palabra de Dios. Miremos lo que está pasando en Irán. Las mujeres están hartas de usar el velo, y ¿esa regla por quién fue impuesta? Por un poder que está regido por hombres que solo quieren dominar por encima de ellas. Cuando yo estaba en la escuela había un cura que nos decía que cada vez que nos masturbáramos, Dios nos estaba viendo y caeríamos en desgracia. Y así andábamos con las hormonas revueltas, con miedo a que Dios no estuviera viendo bajo las sábanas. Pero no pasaría nada si esas reglas no existieran. Mira por ejemplo el caso de la legalización de las drogas. Hay toda una hipocresía detrás de ello, que no vienen al caso. Muchos argumentan que si eso se permite vamos a vivir en un desenfreno absoluto que nos conduciría a la muerte. Pero miremos los lugares donde es legal el consumo de la marihuana, por ejemplo, no veo que en Amsterdam o en Uruguay la gente esté matándose como en Ciudad Juárez.
Allí tenemos a la diputada aquella que anda promulgando leyes absurdas en pro de la “familia” Pero lo hace porque un grupo de personas obtusas la votó y tiene el poder de hacerlo, pero su labor es totalmente inútil. Cuando perdamos el lenguaje y la capacidad de comunicarnos, entonces desapareceremos como sociedad.
Salir de nuestras corazas. Mucha apertura para perder el miedo. Pero tendría que ser una cosa integral. Siempre he pensado que en Panamá, vivimos aislados a los cambios que ocurren en otras partes. Somos muy tradicionalistas y cualquier cosa que rompa con eso, nos da pavor. Pero los cambios se van a dar, tarde o temprano.
Ufff, pregunta difícil. Creo que he pasado por etapas con cada uno. Y eso es bueno porque me permitió darle la atención necesaria que me demandaban. Por supuesto que no me faltó referentes. Me alimento siempre de la realidad. Claro que a la hora de pasarlos al montaje, uno arma una especie de Frankeinstein con distintas partes que vas tomando con la intención de darle una teatralidad en lo actoral.
Ya lo dijo Heráclito, el cambio es lo único que prevalece. Para ser mariposas se requiere coraje.
Me parece que nuestro arte en general es muy evasivo. Es un tema que vale la pena debatir a fondo. Pero también creo que es un reflejo de cómo somos como sociedad. No nos gusta mirarnos, nos incomoda todo aquello que nos saque un poco de nuestra zona de confort y a mi parecer, el arte sí debe serlo. Debe enfrentarnos con nuestros demonios. De lo contrario estamos creando para una sociedad de viñetas y vitrinas.