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'Alturas de Macchu Picchu', una huella de Neruda en Panamá
- 24/10/2022 00:00
- 24/10/2022 00:00
En la casita de Isla Negra donde escribió hasta sus últimos momentos, dentro lo que era su habitación de reposo, fue donde Pablo Neruda y Luis H. Moreno Jr. tuvieron su último encuentro. El cuarto del poeta chileno, al igual que otros rincones de su casa, contaba con una estantería, pero a diferencia de las demás, esta estaba repleta de libros. En compañía de su hermana, Laura Reyes, Pablo decide dedicar su última obra antes de morir.
A Cien sonetos de amor, lo firmó con la tinta verde que tanto lo caracterizaba, paraLuis y su esposa Josefina.
Todo esto sucedió un cinco de septiembre de 1973, momento donde Chile vivía días de violencia por parte de grupos radicales que protestaban por la victoria electoral de Salvador Allende. Mientras tanto, Luis se encontraba en un viaje de negocios en Bariloche y Pablo, vivía sus últimos días debido al cáncer de próstata.
“Fui a Isla Negra. Cuando llegué me recibió en la cerca la hermana de él, y yo le dije: '¿Con quién tengo el placer?' y ella me respondió: 'Laura Reyes, hermana de Pablo'. Ahí fue cuando le expliqué que venía a darle un cariñoso saludo y deseos de recuperación por parte de todos los panameños 'nerudianos'. Ante esas palabras ella me dejó entrar”, relata el autor panameño a La Estrella de Panamá.
Luis Moreno, quien tuvo la oportunidad de recorrer la casa de Isla Negra después del suceso, la describe como una residencia inmensa que se encontraba sola entre los árboles. También comenta que dentro de sus aposentos, Neruda tenía colecciones de objetos relacionados con el mar y la playa: desde rocas hasta conchas y macarrones de proas. “Era una casa increíble. Me dieron la oportunidad de entrar y salir por donde yo quisiera”, señala el banquero.
Pero esta no era la primera vez que Neruda y Moreno se encontraban. Ambos compartieron en diferentes ocasiones durante reuniones intelectuales, donde cultivaron un acercamiento. Además, el panameño siempre mostró gran aprecio hacia el poeta y su literatura.
Por esa razón, Moreno obtuvo en 2004 la condecoración de Medalla de Honor Presidencial por el Centenario de Pablo Neruda, la cual solo recibieron 100 seguidores de autor chileno alrededor del mundo, escogidos por el ex-presidente de Chile, Ricardo Lagos. Gracias a su respeto por el trabajo del autor y su labor dedicada a seguirle la pista como buen 'nerudiano', también tuvo la oportunidad de recibir el ejemplar número 215 de la edición especial del poemario 'Alturas de Macchu Picchu', que de ahora en adelante, se encontrará en la Sala Extranjera de la Biblioteca Nacional de Panamá.
'Alturas de Macchu Picchu' está formado por 12 estrofas, y forma parte de Canto General, libro que el poeta empezó a escribir en esa misma casita de Isla Negra, durante su exilio político, inspirado en las raíces latinoamericanas.
'Alturas de Macchu Picchu' toca la temática de la lucha aborigen contra el imperialismo español.
Cada verso es poderoso. Para Luis H. Moreno Jr., este es el mejor poema que escribió Pablo Neruda, siendo la parte número 12 la más destacable según relata.
“El libro está escrito sobre el indígena latinoamericano, en un plan de reclamo, por el sacrificio durante la época colonial”, describe el panameño. “Yo creo que es un libro de gran impacto social, un reclamo cultural y una reubicación latinoamericana frentre a sus problemas. Todo eso está contenido en este libro”.
“Por su puesto que para la Biblioteca Nacional, que nos donen un libro como este, enriquece la colección y nos sentimos muy orgullosos”, declara María Mágela Brenes, directora de la Biblioteca Nacional Ernesto J. Castillero R.
El libro pasó por un proceso de curación, que incluyó la observación donde el curador lo dejó en el mejor estado para la exhibición.
María Brenes también explica que el proceso de donación fue muy natural. De manera voluntaria, Luis Moreno le comentó sobre la edición especial de 'Alturas de Macchu Picchu' y que estaba pensando en donarla a la Biblioteca. “Fue un gesto muy espontáneo”, también comenta, y no termina sin antes describir a Moreno como un “gran admirador” de Pablo Neruda.
Sube a nacer conmigo, hermano.
Dame la mano desde la profunda
zona de tu dolor diseminado.
No volverás del fondo de las rocas.
No volverás del tiempo subterráneo.
No volverá tu voz endurecida.
No volverán tus ojos taladrados.
Mírame desde el fondo de la tierra,
labrador, tejedor, pastor callado:
domador de guanacos tutelares:
albañil del andamio desafiado:
aguador de las lágrimas andinas:
joyero de los dedos machacados:
agricultor temblando en la semilla:
alfarero en tu greda derramado:
traed a la copa de esta nueva vida
vuestros viejos dolores enterrados.
Mostradme vuestra sangre y vuestro surco,
decidme: aquí fui castigado,
porque la joya no brilló o la tierra
no entregó a tiempo la piedra o el grano:
señaladme la piedra en que caísteis
y la madera en que os crucificaron,
encendedme los viejos pedernales,
las viejas lámparas, los látigos pegados
a través de los siglos en las llagas
y las hachas de brillo ensangrentado.
Yo vengo a hablar por vuestra boca muerta.
A través de la tierra juntad todos
los silenciosos labios derramados
y desde el fondo habladme toda esta larga noche
como si yo estuviera con vosotros anclado,
contadme todo, cadena a cadena,
eslabón a eslabón, y paso a paso,
afilad los cuchillos que guardasteis,
ponedlos en mi pecho y en mi mano,
como un río de rayos amarillos,
como un río de tigres enterrados,
y dejadme llorar, horas, días, años,
edades ciegas, siglos estelares.
Dadme el silencio, el agua, la esperanza.
Dadme la lucha, el hierro, los volcanes.
Apegadme los cuerpos como imanes.
Acudid a mis venas y a mi boca.
Hablad por mis palabras y mi sangre.