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Aguadulce, la mina de la sal y el azúcar en Panamá
- 22/03/2023 00:00
- 22/03/2023 00:00
En diferentes momentos he visitado el distrito de Aguadulce en la provincia de Coclé, sin embargo, en mi vida había ido a Las Salinas, una planicie de cientos de hectáreas de tierra transformada en albinas (laguna pequeña y temporal formada por el agua del mar que luego se transformará en sal mediante varios procesos), ubicadas en la carretera que conduce a la playa de El Salao, al sur del distrito.
Las Salinas es uno de los principales atractivos del lugar porque brinda al visitante un paisaje natural donde sobresalen las inmensas e incontables pirámides de sal, y ni hablar de las aves acuáticas que tratan de cazar algún pez o crustáceo dentro de las reservorios de agua salada, lo que convierte esta zona costera en un destino obligado para todo aquel que hace turismo interno.
La producción de sal en Aguadulce es hasta hoy una de las actividades más antiguas. La práctica de la salinización de manera “tradicional”, así como la producción de azúcar y la pesca artesanal son un atractivo cultural, ya que se siguen preservando como parte importante de nuestro patrimonio histórico.
A fin de recuperar y fortalecer el acervo cultural histórico de Aguadulce, en torno a la producción de sal, un tesoro gastronómico desde hace siglos, así como también la producción de azúcar, esta última una práctica aprendida con la llegada de los españoles al país, se efectuó el pasado 16 al 19 de marzo el primer Festival del Azúcar y la Sal en Aguadulce, una festividad que según sus organizadores superó todas las expectativas, ya que hizo que la gente saliera de sus casas para disfrutar de una nueva celebración que se pretende dar continuidad año tras año.
“Celebrando la temporada de cosecha de la sal en Las Salinas, así como la zafra en el ingenio azucarero, miles de aguadulceños y visitantes, se dieron cita en los alrededores del parque Rodolfo Chiari, donde se estableció la acción principal del festival”, añadió Luis Polo Roa, organizador del evento.
Esta actividad cultural turística contó con exhibiciones de instituciones gubernamentales, organismos locales, artesanos y comercios, así como la coronación de la reina Lilian Caballero Pinzón, en un ambiente de fiesta cultural, turística y familiar. Igualmente hubo giras a Las Salinas, la comunidad pesquera de El Salao, visita a los manglares, desfile típico que llenó las avenidas de miles de personas que salieron a disfrutar de las diferentes delegaciones que mostraron su amor por “lo nuestro”, con distintas muestras culturales.
Con la llegada de Caballero Pinzón al trono se desveló otra sorpresa, la interpretación de “El Punto”, bailado por ella, algo que nunca había hecho una reina de festival y que será un elemento especial en este festival, que terminó el domingo con una gran cabalgata por calles y avenidas del distrito, para cerrar con una cantadera cuyo tema fue el azúcar y la sal, para esperar, entonces, lo que tendrá para 2024 en su segunda versión.
Para conocer un poco más cómo es que la sal llega a nuestras mesas, conversamos con Eyda G. Medina, gerente de la Cooperativa Salinera Marín Campos, quien señaló que una vez que el proceso de salinización se inicia en la estación de bomba (de 30 pulgadas) que succiona el agua de mar –que viene a través de un estero cuando la marea del Pacífico sube de nivel–, luego se transporta a un reservorio que está frente a la estación.
“Una vez el agua pasa por ese proceso es dirigida a otras tinas llamadas 'calentadores'. El agua de mar no viene con el grado necesario para cristalizarse de inmediato por lo que requiere diferentes procesos. Es necesario dirigirla a unos calentadores para que el sol haga su función. Pero todo eso depende del grado en que esté al agua, que se mide a través de un probador de sal. Una vez se llegue a los grados necesarios –entre 17° a 20°– esa agua debe pasar a los cristalizadores tradicionales para que el sol y el viento en ocho días logren la solidificación o critalización del agua salada”, explicó Medina durante una visita al sitio.
De acuerdo con la gerente, la mayor producción de sal ocurre en verano y por eso comienzan a trabajar desde diciembre, ya que dependen de tres factores importantes: el agua de mar, el sol y el viento.
Añadió que este año pretenden producir un poco más de 50 mil quintales, aunque se les aprobó una producción de 93 mil quintales, pero todo depende de las lluvias y el sol en los meses venideros.
Según Medina, cuando el agua salada se mezcla con agua de lluvia el proceso demora mucho más y dependen del tiempo. “Evaporar el agua de lluvia atrasa la producción, porque como todo se hace de manera natural 'según los rayos del sol y el viento' todo se vuelve más lento por eso es importante aprovechar el verano”, destacó.
Son dos los métodos utilizados para la cosecha de sal; uno tradicional, que se hace en la misma tierra, y otro a base de plásticos. Ambos pueden ser utilizados, pero el clima es el principal aliado para una exitosa cosecha.
Para quienes aún no conocen el sitio y desean visitarlo, la gerente recomienda las visitas en la mañana para ver a los trabajadores que empiezan antes del amanecer, a veces tan temprano como a las 4:00 a.m.
De enero a abril se puede observar cómo se recogen de forma tradicional toneladas de sal, que alimentan a todo el país. También pueden hacer visitas al mirador La Caleta, el Embarcadero, playa El Rompío y la playa El Salao, a solo unos kilómetros de Las Salinas.
Aunque esta actividad fue rentable por muchos años, vivió momentos muy difíciles cuando en Panamá entraron a regir las políticas de globalización, las cuales casi hacen desaparecer la actividad de la región. Sin embargo, en los últimos años se ha visto una mejora significativa de la producción y comercialización mediante la implementación de nuevas técnicas de producción, resaltó Medina.
Aguadulce, es la tierra que contrasta por lo dulce de sus aguas y lo salado de sus costas, por ello se ha ganado el título de pueblo de la sal y el azúcar. Esta región del país que tiene una variada gama de atractivos turísticos, ofrece al visitante una muestra de su historia, como principal productor de sal y de azúcar en todo el país.
Se trata del Museo de la sal y del azúcar, que está ubicado en el corazón de la ciudad de Aguadulce, donde se guarda viva la historia de los salineros y trabajadores del azúcar, desde épocas precolombinas.
De carácter ecológico-industrial, es el único museo en todo el país que habla de los dos renglones más importantes en la economía de esta región de nuestra República: la producción de sal y de azúcar.
Aguadulce cuenta con la mayor y más antigua compañía azucarera de Panamá, Azucarera Nacional S.A., la cual posee vastos cultivos de caña de azúcar. Esta producción se destina al consumo local y al mercado de exportación. La importancia de esta actividad radica en que para la época de la zafra miles de personas se ven beneficiadas con la creación de puestos de empleo temporales.
El distrito de Aguadulce fue fundado el 19 de octubre de 1848, separándose de Nata de los Caballeros.