Pimpinela: 'Una pareja de hermanos sin discutir nunca, no existe'

Joaquín y Lucía Galán vuelven a Panamá para festejar su 40 aniversario. Hablan con este diario de amor, de su patria -Argentina- y de los años juntos. Hoy se presentan en el teatro Anayansi a las 8:00 de la noche
El dúo Pimpinela: Lucía y Joaquín Galán, durante la entrevista con 'La Estrella de Panamá'

Pimpinela llega al Crown Level Lounge del hotel Riu con paso lento e imponente. Su estampa, impecable. Tras unos minutos de charla, ya no es el dúo del escenario y del foco, son Lucía (Buenos Aires, 1961) y Joaquín Galán (Buenos Aires, 1953) dos hermanos cercanos, lúcidos y discursivos. Hay en ellos complicidad y unas ganas inmensas de seguir haciendo música. Ahora están de cumpleaños. Van 40 vueltas rodeando el sol, escribiendo, cantando, interpretando, dramatizando. Joaquín es un compositor de médula. Lucía, una cantante de voz aguda y apasionada. Su oficio es contar historias de despecho, celos, amores infinitos, de una forma contundente, genuina y descarnada de la vida. Con 25 discos en el mercado y cientos de teatros y estadios conquistados en el mundo, vuelven a Panamá. La cita: hoy 10 de mayo, 8:00 de la noche en el teatro Anayansi.

Van cuatro décadas de vida artística, ¿sigue pensando la gente que son pareja?
Joaquín: ( Risas) A lo mejor los que no nos han llegado a conocer en los últimos tiempos, pero los que nos conocen hace años saben que somos hermanos y que hay un juego de teatro por la vocación de Lucía cuando empezó a cantar y a la música que siempre me dediqué a componer, entonces es un juego teatral que es nuestro estilo, la mezcla de teatro y música.
En su libro autobiográfico cuentan experiencias buenas y unas –no tantas– de sus padres. Les deben mucho, pero a la vez recuerdan el hecho de que su padre tuvo un problema de alcoholismo, ¿qué les quedó a Lucía y a Joaquín de su infancia y de su familia?
Lucía: Creo que en mi caso, de mi papá tengo la alegría de vivir y el entusiasmo por absorber las cosas y disfrutar segundo a segundo. Mi papá era una persona muy alegre, trabajadora, y muy buen padre que cayó en una situación difícil como el alcoholismo. De mi mamá tengo su necesidad de estar presente y con la familia, también lo de apoyarnos en nuestros sueños y de alentarnos en el soñar de cantar juntos. Entre los dos nos enseñaron muchas cosas, tenemos mucho de los dos y estamos muy agradecidos.
El tema 'Lloro' es su último sencillo, pero ¿qué les provoca las lágrimas a Lucía y a Joaquín?
Joaquín: Depende que lágrimas sean, si son lágrimas sinceras, la atención me conmueve. Si son lágrimas de manipulación, me producen rechazo. La lágrima puede ser maravillosa como puede ser patética.
¿Ha habido momentos críticos en los cuales ustedes se plantearon la posibilidad de no seguir con su norte musical?
Lucía: Siempre hay momentos difíciles, en todo tipo de relaciones. Creo que hay que saber frenar, tomarse su tiempo, respetar al otro y saber que es diferente a uno. Hay que convivir con eso sin obligar al otro a hacer algo de la manera que uno siente, porque cada quien tiene su forma y su manera de ser. Cuando uno entiende estas cosas todo se hace más fácil, pero siempre nos ha unido la enseñanza de nuestros padres y tratar de tener ese “cable” a tierra, que te conecte con la realidad, con los valores, y lo más importante, la relación sin importar quien tenga la razón.
¿Y podrían confesar que no toleran el uno del otro?

Lucía: (Ríe) Muchas cosas.

Joaquín: Sí, somos muy distintos. Para bien en muchos casos y para mal en otros. Lo que me saca de quicio de Lucía es la impulsividad, el no saber escuchar y pensar que el otro siempre tiene la culpa de lo que pasa, pero creo que son situaciones muy típicas de pareja sin importar si son amigos o hermanos; nosotros hemos llegado a hacer terapia profesional, y funcionó. Nosotros podemos sacar como conclusión que estamos aquí, 40 años después, cantando juntos, y no conocemos ninguna pareja de hermanos que se lleve bien sin discutir nunca, eso no existe.

La esencia de todas sus canciones es el amor, ¿qué han aprendido ustedes de eso en estas cuatro décadas de carrera?
Lucía: Creo que más hemos aprendido como personas, el hecho de ir viviendo y permitiéndonos sentir cosas, de ir confiando en personas, de ir sufriendo, sintiendo frustraciones que son comunes en la vida personal, eso se traduce en una canción o una historia y después se lleva a un escenario, creo que por eso la gente se identifica mucho con nuestras canciones. Creo que todo tiene que ir al mismo tiempo: vivir abajo y arriba del escenario con la misma intensidad, honestidad y con la misma sinceridad.
Joaquín: Del amor creo que aprendí a saber que es frágil, así como cosas comunes y clichés, a saber que hay que cuidarlo todos los días y que no es una vez cada tanto tiempo, y que hay que hablarlo mucho. Aprendí que hay que valorarlo; hay cosas que crees que son normales, pero luego ves a mucha gente sola y te das cuenta cuando tienes a una pareja que es bastante mágico. En cualquier clase de amor hay que notar que el otro existe, y que este no puede ser como uno quiere, hay que aceptar esas diferencias y pedir lo mismo.
Pimpinela lo hizo primero que Shakira, con una canción de desamor... ¿la música de antes era mejor que la de ahora?
Lucía: Nosotros en 40 años hemos visto pasar mucho tipo de modas y estilos de cantar. El amor o el desamor siempre se han disfrazado de muchas maneras y en mi caso opino que mientras esté hecho de forma honesta, respetuosa y profesional, y haya alguien del otro lado que consuma ese tipo de música, ya es digno. A nosotros no nos gustan los prejuicios o decir esto es malo o bueno, son distintas formas que pueden gustarnos más o menos, pero siempre que estén bien hechas nos parece perfecto. Está bien que alguien intente desahogarse y expresar con la música lo que siente.
¿Cuál es la canción de la que se sienten más orgullosos y cuál es esa de la que no tanto?
Joaquín: Hay canciones que sientes que te representan más, ' El amor no se puede olvidar', en mi caso es una canción a la que le costó mucho salir porque había fallecido nuestro padre en el año 1985 y recién empezaba nuestra carrera. Él nos vio debutar en España por televisión. Vivía en un pueblo muy pequeño, donde había montañas, y bajó toda la gente del pueblo a la carretera para vernos debutar en televisión española y esa canción quedó con un peso emocional muy grande. No tenemos ninguna que odiemos o de la que nos hayamos arrepentido; es como el público, hay algunas que te gustan más y otras menos. A ' Olvidame y pega la vuelta' le tenemos una enorme gratitud porque es la que hasta ahora es la más cantada en los karaokes del mundo, la que ha unido a familias enteras en casa, Tiktok o donde sea.
Hablando de sus canciones, ¿cuántos 'Nunca más' hay que decir en la vida?
Lucía: Creo que las mujeres hemos dado un recorrido muy largo, antes no decíamos ' Nunca más', permitimos muchas cosas, pero ahora permitimos menos; algunas lo logramos mejor que otras, pero creo que a veces el ' Nunca más' es necesario. Poner un límite es necesario, porque uno sabe sus posibilidades, el lugar que a uno le hace feliz y el lugar que no. Creo que el ' Nunca más' de nuestras canciones ha reflejado un camino de la mujer, y del hombre dándose cada uno su espacio.
Hay feminismo...
Lucía: Es el no permito más de un hombre ni de una mujer. La falta de respeto, la traición. Sea de quien sea. Soy feminista en el sentido de que toda la vida me ha tocado un personaje de canciones, compuestas por Joaquín, donde la mujer defendía su postura en la vida. Pero también me gusta que el hombre siga siendo hombre, que me abra la puerta del auto, que me regale flores... Así como la mujer también al hombre. Como ser humano me rebelo cada vez más, que se metan con mi serenidad y con mi paz interna.
¿Cuánto han llorado ustedes por la Argentina?
Lucía: ¡Qué buena pregunta! Seguimos llorando ( suspira).
Joaquín: Es algo bastante frustrante, en el sentido de que a veces es como un amor no correspondido. Todos los argentinos amamos profundamente nuestro país y somos una gran parte de nosotros los que lo convertimos en lo que es, porque los políticos que están son los que elegimos nosotros mismos. Argentina es un país increíblemente bello, con gente maravillosa, y realmente duele mucho bajarte en Ezeiza y ver la tristeza de la gente, pero los responsables son los que han administrado el país en los últimos años, suponte, y es increíble que esa misma gente siga estando al frente del país.
¿Queda Pimpinela para mucho rato más?
Lucía: Ojalá, si nos da felicidad y sentimos que tenemos historias para darle a la gente y que se conmueva, seguramente. Y si no, pedimos la lucidez para darnos cuenta antes cuándo debemos frenar.
Joaquín: El público es muy importante para nuestra carrera, la emoción de la gente y la familia, ver que hay chicos más jóvenes que vienen a los conciertos nos emociona. Mientras eso ocurra y hagamos un buen concierto, estaremos.
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