Turismo 2.0

El turismo es la industria de las percepciones. Si la gente va a un lugar esperando algo y no lo recibe genera el triple de ‘mala publicidad’ que si no hubiese ido.

Algunos amigos que han venido recientemente del exterior, me han recordado lo obvio: que es muy difícil moverse en un país sin direcciones, que en un lugar tan turístico como el Casco viejo el hecho de que no se pueda tomar un taxi es simplemente inaceptable.

De hecho me recordaron lo titánico de tomar un taxi y el suplicio de que te quieran llevar o no. Si a eso le agregamos el hecho de no poseer taxímetros, la verdad es que un recién llegado jamás va a poder saber si le están cobrando la tarifa correcta.

Es verdad que quienes vivimos aquí nos acostumbramos a esos detalles, pero para los foráneos pueden ser un poco confusos. La industria turística no puede construirse a espaldas de las comunidades, debe incluirlas pues en caso contrario ellas terminan rechazándola.

Una cosa que todos los expertos recalcan es que la inversión en infraestructura es muy buena, pero sin su contraparte en recurso humano, la cosa es extremadamente difícil.

Ellos me hicieron notar la falta de inversión en el recurso humano - entramos a un almacén y la persona que nos atendió prácticamente nos hizo sentir que la estábamos importunando, la gente debe entender que en la industria turística la diferencia real la hacen las personas y su trato -, pues con tanta oferta similar en la región, el punto determinante tendrá que ser el trato humano.

Creo que en parte el problema radica en la falta de un plan central a largo plazo, que permita que el país tenga tareas claras y tiempos fijos para lograr avances reales.

¿Queremos usar nuestro patrimonio como herramienta turística? Pues hay que evitar su destrucción ¿Deseamos trabajar con ecoturismo? Debe encontrarse una manera de preservar los nichos donde se podría realizar, ¿Queremos ser un destino de compras? Hay que mejorar la infraestructura a todo nivel. ¿Queremos ser un lugar de jubilados? Dónde está la oferta cultural para toda esa gente y lo más importante: ¿cómo logramos que el plan de desarrollo general del país, incluya al turismo de forma integral? Si no se hace, seguiremos dependiendo del empresario que construye algo y de forma aislada lo opera.

Las TIC (tecnologías de información y comunicaciones) tienen todo un arsenal de herramientas que se pueden usar para potenciar el turismo, pero de nada sirven si las personas que se encargan de crear las experiencias no entienden que la diferencia la marcan ellas.