Fuegos fatuos

Actualizado
  • 16/03/2024 00:00
Creado
  • 15/03/2024 21:42
Autora
Mar Alzamora
Contrabajista, artista sonora y escritora. Ha sido publicada dos veces bajo el sello editorial El Duende Gramático primero con El día que no tuvo noche (2013) y este año con Blues instantáneos. El resto de su trabajo poético se puede encontrar en antologías y revistas literarias. Cofundadora y contrabajista del grupo de cámara Paisaxe y coorganizadora del Festival Internacional de Poesía de Panamá Ars Amandi. Actualmente colabora con la Plataforma de Música Experimental Latinoamericana (Muexplat), en la cual escribe críticas musicales sobre las tendencias sonoras en nuestra región. Egresada del Jack Kerouac School of Disembodied Poetics Summer Writing Program y maestra en artes contemporáneas por la Simon Fraser University.

Hay manos que son como ciudades,

la vida sucede en ellas sin buscarlo.

Aterrizan fugazmente

en los cuerpos; como tentáculos, escarban cada poro y

los incendian.

Confiados, tanteamos las cenizas de otros

tiempos a través de los dedos de un

extraño. Ignoramos que bajo los

escombros de ciertos encuentros aún existen

soles, luz eterna del deseo. Hoy

amanecí con ganas de

quemarle los ojos a la gente gris de la calle,

regalarles incendios forestales porque

ignoran nuestro secreto de

cómo hacemos nacer fuegos.

Y es que para eso basta solo

con tocarnos las manos, desear el brillo de

la lengua, zurcir retazos de escarcha en una

cantina, tirarnos en un césped a merced de

una canción infantil

e inmigrante. Comerse la Cruz del Sur

entre palta y marraqueta. Reconocer que

nuestra risa llena todos los espacios con

su lumbre.

Es imposible ignorar el resplandor

de gentefuegos, gentesoles.

Fuegos fatuos se les escapan

de los dedos. Calcinan polillas, paren

luciérnagas.

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