Este viernes 20 de diciembre se conmemoran los 35 años de la invasión de Estados Unidos a Panamá. Hasta la fecha se ignora el número exacto de víctimas,...
'King's Man: El origen', la filosa caballerosidad de la valentía
- 06/01/2022 00:00
- 06/01/2022 00:00
En este inicio de 2022, el séptimo arte da luz a una nueva historia, llena de misterio, acción y lecciones sobre la pérdida y cómo renacer a partir de la tragedia. Desde la visión del director Matthew Vaughn, junto con los guionistas Jane Goldman y Karl Gajdusek, King's Man: El origen (2021) se centra en la unión de los personajes más villanescos de la historia global para crear la Primera Guerra Mundial, hasta que todo depende de un solo hombre para evitar la muerte de millones.
Desde los estrenos de Kingsman: Servicio secreto (2014) y Kingsman: El círculo dorado (2017), los fanáticos de la agencia secreta de espionaje y control de daños mundiales habían estado esperando lo que ahora Vaughn presenta: un filme clásico –no necesariamente profundo–, cómico y que conoce sus propias limitaciones sin dejar de ser atractivo y entretenido. Hoy, esta película llega a los cines de Panamá, con buenas críticas internacionales y habiendo superado a la cuarta entrega de Matrix: Resurrección de las taquillas mundiales.
En conversación con los actores Djimon Hounsou y Gemma Arterton (quienes interpretan a Shola y Polly, respectivamente), comentaron a La Estrella de Panamá la “clave” de esta película: “Damos una perspectiva de lo inútil que es la guerra, cualquiera, frente a la cantidad de personas que perdemos y al final, no ha cambiado mucho. Estamos frente a una nueva generación que aprende de los libros, pero nunca ha visto sus consecuencias, por lo que esperamos que sea un punto de diálogo en medio de toda la ficción”.
Dentro de la fotografía de Ben Davis nos conectamos al escenario inglés en que comienza la cinta, en medio de una guerra en tonos sepia, pero luego se transforma en una Inglaterra de comienzos del siglo XX con claroscuros políticos, de títulos nobles y donde la muerte por la patria se considera honorable aún. Es en este panorama en el que el duque Oxford (Ralph Fiennes) y su hijo, Conrad (Harris Dickinson) se ven involucrados en una persecución letal a sus conexiones internacionales –estirando el parentesco desde Inglaterra hasta Rusia–, al tiempo que se desencadena la Primera Guerra Mundial (o su versión alternativa).
Es una mezcla de escenas de acción sutiles, que luego se convierten en un tornado vertiginoso de acción interminable, escenas de reuniones y planificación al estilo de James Bond donde no conocemos la verdadera identidad del villano principal hasta el momento en que ya todo queda descubierto. Si bien la fotografía de Ben Davis es uno de los elementos que más hacen destacar la cinta, las actuaciones de Dickinson –como un joven que sueña con demostrar su valor en la guerra y tomar su propio camino lejos de las paredes de su hogar– y Arterton –como la doméstica que reúne la inteligencia necesaria de forma invisible–, son las de más carácter y atractivo en el filme.
“La integración de la historia real con el lente de ficción fue hermosamente ejecutado por Matthew [Vaughn] en todo sentido, dejando ver la realidad de la crudeza de la guerra, así como la realidad ficticia de lo que habría pasado si los personajes poderosos de aquella época hubieran sido realmente derrotados”, comentó Arterton a este diario.
Escenas que relatan lo que realmente sucedió en aquellos años se convierten en herramientas de movilización de la trama, que trata –con éxito y fallos en distintos momentos– de educar y mostrar las posibilidades de un cambio en el destino de la humanidad.
“La complejidad de la cinta es lo que más atrae de ella, sobre todo los enlaces entre los personajes ficticios y aquellos que sí existieron”, indicó Hounsou, “esto hace que sea una cinta épica, que no se ha visto antes. Fue una preparación extenuante, pero para los fanáticos será entretenido unir los lazos entre las otras películas y los detalles que incluimos en esta historia de origen”.
Aunque la acción es un elemento que no falta en esta producción, la realidad es que hay pocos cambios de locación, haciendo que en el transcurso de los sucesos se realicen en espacios familiares sin muchas alteraciones. Quizás una de sus mayores debilidades sea esta distribución de espacios, haciendo que se haga repetitivo, y en algunas ocasiones poco interesante el momento de ver nuevos personajes o diálogos suceder.
Visto desde el lente del cine moderno con temática de espionaje, los gadgets se manejan de forma más orgánica y menos disparatada, aunque se vean diversos deus ex machina por todas partes. Los rasguños podrían ser reales, pero el entorno de desarrollo se debe sentir lo suficientemente creíble para no ser un ente distractor en la trama, lo que Vaughn aún sigue puliendo.
Para Hounsou la diferencia entre las cintas de Vaughn y la acción en cintas del género de superhéroes –donde también ha sido parte, recordando su rol en Guardians of The Galaxy (2014)– es la “fisicalidad de los movimientos” y una coreografía “menos específica” que se apoya en la realidad del cuerpo humano “y el tipo de batalla que se estudiaba en 1910”.
“Fue un trabajo arduo para ser un plano de batalla realista, sin que dejara de ser parte de este mundo ficticio, pero supuso un mayor esfuerzo que en cualquier otra cinta que he hecho”, señaló.
Por su parte, Arterton apuntó que el corazón de King's Man es su base de fanáticos y el cariño hacia los personajes ya conocidos. “Es bueno contar con personas que ya están enamoradas del material, pero también es un reto para perfeccionar cada frase, cada movimiento y cada interacción entre los personajes nuevos, porque hay una promesa establecida con los espectadores”, anotó, “y en estos momentos tristes, descorazonados y duros, tratamos de brindar un momento de reflexión, de cariño y de sorpresa a través del arte”.
Con música excepcional de la mano de Dominic Lewis y Matthew Margeson, King's Man: El origen se levanta como una cinta aparte de sus predecesoras (aunque sea una precuela), que es disfrutable tanto por los conocedores de sus raíces en los cómics o en el cine, como por aquellos que recién entran en el universo del espionaje europeo de los “caballeros”.