La historia detrás de los Juegos del Hambre

  • 16/11/2023 00:00
La cinta 'Balada de pájaros cantores y serpientes', basada en el libro homónimo de Suzanne Collins, llega a las pantallas panameñas
La cinta cuenta con tres partes de narrativa, cambiando su tono conforme pasa la historia.

En 2008, Suzanne Collins publicó su primer libro de distopía juvenil titulado Los Juegos del Hambre, una historia centrada en el ficticio país posapocalíptico de Panem, en América del Norte, donde cada año se celebra una batalla campal entre 24 jóvenes entre 12 y 18 años para representar a los 12 distritos del país; una lucha hasta la muerte. En medio de la batalla televisada y los horrores que viven los distritos más alejados del Capitolio –una metrópolis avanzada en tecnología y riquezas, a diferencia de los distritos–, se levanta la joven Katniss Everdeen, quien es la protagonista de la trilogía de Collins.

Desde la aparición de Los Juegos del Hambre el género de la distopía juvenil en la literatura llegó a una fama de rápido crecimiento, inspirando diversas obras del mismo calibre y nuevos personajes entrañables para los lectores jóvenes. La historia de amor trágico entre Katniss y el joven pastelero Peeta Mellark, su enfrentamiento al Capitolio y la crueldad de los Juegos se volvieron una insignia del género de distopía también en el cine, cuando en 2012 el director Gary Ross llevó la obra de Collins a la pantalla grande.

El éxito de las adaptaciones de su trilogía con Los Juegos del Hambre (2012), En llamas (2013), Sinsajo parte 1 (2014) y Sinsajo Parte 2 (2015), dejó a los fanáticos de este género con múltiples preguntas y arcos que buscaban expansión. Entre la comunidad de los amantes de esta trilogía –ahora convertida en saga– hay un nombre que se repite constantemente como el villano más tiránico de todos: el presidente Snow. Ególatra, obsesionado con el poder, frío y calculador, Snow se levanta como un villano completo con un paquete de características personales que lo vuelven tanto cautivador como aterrorizante, siendo el presidente de Panem y principal defensor de los Juegos del Hambre.

Los diferentes personajes de la cinta dan toques de comedia, empatía y acción a la historia de Snow.

En cada representación, Snow se muestra como un hombre entrado en años, elegante, con una cabellera blanca y barbas del mismo color, que luce rosas blancas en sus trajes formales hechos a la medida, y unos ojos azules y fríos como el hielo. Su crueldad contra los niños de los distritos de Panem es conocida y su odio hacia Katniss se vuelve uno de los puntos principales que mueven la historia de forma congruente a través de la trilogía principal.

Ahora, una década después de su última entrega de este universo, Collins regresa con la precuela titulada Balada de pájaros cantores y serpientes (2020), una novela que cuenta los orígenes de los Juegos del Hambre, 64 años antes de la aparición de Katniss Everdeen. En esta nueva entrega en la gran pantalla, dirigida por Francis Lawrence –quien también dirigió En llamas y ambas partes de Sinsajo–, vemos la vida de Coriolanus Snow (Tom Blyth), un joven de 18 años cuya prestigiosa familia en el Capitolio ha caído en la ruina tras una larga guerra contra los distritos, y pese a que el Capitolio ganó la guerra, Coriolanus perdió a su padre y todas sus riquezas.

Decidido a recuperar el buen nombre de su familia y su estatus social, Coriolanus hace todo lo posible por obtener el favor de la Dra. Gaul (Viola Davis), la cabeza detrás de los Juegos, pensando en ayudar a los tributos jóvenes al mismo tiempo que recibir el prestigioso premio Plinth que sacaría a su familia de las dificultades económicas.

Cumple con lograr captar la esencia de sus predecesoras, más con menor sencillez ni profundidad.

Con un tono mucho más ligero que el de la trilogía original, pero manteniendo la esencia de lo escrito por Collins, la nueva cinta muestra un Capitolio semidestruido, volviendo a restaurarse y con la cabeza de cada joven de familia reconocida erguida y dispuesta a cumplir sus deberes con el Capitolio a través de los Juegos del Hambre. Mientras que la audiencia continúa reduciéndose durante la televisación de los Juegos, la dinámica en la vida de Coriolanus y sus compañeros se ve transformada completamente al ser elegidos como mentores de los décimos Juegos del Hambre bajo la tutela del decano Highbottom (Peter Dinklage).

Con suficiente material para cubrir dos películas –con casi tres horas de duración–, la cinta se precipita a hacer introducciones rápidas, sabemos con quiénes contamos, quiénes se odian, quiénes se toleran, las motivaciones de Snow junto a su prima Tigris (Hunter Schafer) y la razón de su inclusión como mentor de un tributo del Distrito 12 llamada Lucy Gray Baird (Rachel Zegler). Es con Lucy Gray, la cantante bohemia y pobre, que la historia comienza a tomar forma cuando la vemos hacer una pequeña venganza a una enemiga en el día de la Cosecha (cuando los jóvenes son escogidos en una lotería para ir a los Juegos).

Si bien su fuerte es el canto y una mente brillante, su naturaleza empática y entendimiento de que los Juegos son enteramente un espectáculo es lo que da raíz a su relación con Snow, dentro y fuera de la arena. Si bien la inclusión del Zegler en el reparto promete y cumple con un rendimiento excepcional en el área musical –es la protagonista del reciente musical West Side Story–, su calidad actoral también logra resonar con su personaje: una joven que va en contra de las estructuras sociales y las posibilidades, con tal de ser ella misma y dejar una huella en el mundo.

Zegler destaca como Lucy Gray tanto musicalmente como en su interpretación de una mujer considerada un misterio y un mito.

“Solo canto cuando tengo algo que decir” es una de las líneas más profundas que se le dan a Lucy Gray en la cinta; un complemento necesario y funcional a la frialdad de Snow. Sin embargo, la cinta abraza la dualidad de los personajes y deja en claro que ninguno es realmente quien dice ser y que la confianza es tan frágil como la nieve.

Una serpiente en el Capitolio

Si bien en esta entrega no se cuenta con las arenas modernas, capaces de utilizar pantallas LED y drones funcionales que conocimos en la trilogía original, la escenografía de ruinas y bloques de concreto desperdigados hace que la matanza en los Juegos se vea aún más real y dolorosa, sin que el espectáculo pueda difuminarla.

Se hacen homenajes visibles a la trilogía original y sus simbolismos sin dejar de tener sentido en la cinta.

La inclusión de personajes cómicos, como Lucretius 'Lucky' Flickerman (Jason Schwartzman), dan un balance al drama y entorno sombrío, mientras que aquellos como Senajus Plinth (Josh Andrés Rivera) recuerdan a la audiencia la humanidad, bondad y culpabilidad ante la destrucción de todo lo que amamos.

Lawrence y Collins logran mostrar de forma más sincera y cruda la trágica realidad de que los Juegos son simplemente niños matando niños. Controlados en un espacio de muerte súbita por adultos, quienes a su vez manipulan a otros niños para desarraigarlos de la humanidad y ser capaces de destruir generaciones completas con un botón y frente a una pantalla.

Las canciones folk de Lucy Gray hacen aún mayor hincapié en este punto, ya que en las minas Lucy solía divertir a los agentes de la paz con canciones de ritmo alegre y letras sobrias sobre la pobreza y la dificultad de estar solo en el mundo. En su juego musical y naturaleza errante, Lucy y Snow se unen para salvar sus vidas, pero son enfrentados por sus realidades tanto en el Distrito 12 como en el Capitolio.

Collins destaca nuevamente su habilidad de crear un sentimiento de dependencia emocional entre sus personajes, creando una plataforma de sentimientos visibles y otros subyacentes en las acciones de ambos a través de las diversas escenas. Asimismo, Blyth y Zegler logran internalizar a sus personajes y realizar cambios de emociones rápidos y expresiones faciales desconcertantes cuando es necesario entender quién de ellos ha tomado el timón de la manipulación en la relación.

Para cuando los Juegos han terminado y el sinsabor queda en la memoria de los mentores, vemos a un Snow que cambia y se sume aún más en la maldad que se convertirá en su insignia llegado a la edad adulta. La cinta nos responde quién ideó los Juegos, para qué fueron creados y la raíz del odio y crueldad de Snow que se ve reflejada durante su tiempo como presidente tiránico de Panem (luego siendo representado por Donald Sutherland en las películas originales) y se deleita en mostrar pequeños easter eggs de personajes conocidos, así como simbolismos que serán rápidamente entendidos por fanáticos de la trilogía.

Con una esencia que sigue la línea de lo que sucederá 64 años después, Balada de pájaros cantores y serpientes es una cinta que atrapa desde el primer momento, sin descansar y sin dejar de recordarnos la fragilidad de la humanidad y lo trágico que todo se puede volver en un minuto. La escenografía, fotografía y banda sonora de esta entrega nos adentra completamente en la historia, ayudando a empatizar con los personajes y escoger de qué lado de la historia queremos estar.

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