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Una investigadora volcada a la educación: 'Me gusta hacerme preguntas y poder encontrar respuestas'
- 28/05/2021 00:00
- 28/05/2021 00:00
“La educación es el arma más poderosa para el cambiar el mundo”, dijo en una ocasión el expresidente sudafricano Nelson Mandela (1918-2013).
Debido a su poder transformador, la sociedad debe considerar esta ciencia como un importante “sujeto de estudio” para profundizar en los procesos de enseñanza y aprendizaje.
Así lo piensa la investigadora Nadia De León Porter, quien recientemente resultó beneficiada con una convocatoria de la Secretaría Nacional de Ciencia, Tecnología e Innovación (Senacyt) con la que obtendrá financiamiento para desarrollar un estudio que permitirá comprender la realidad del sistema educativo panameño.
De León Porter es la segunda panameña en ser miembro del Global Young Academy (GYA), una asociación que les brinda voz a jóvenes científicos. Sandra López-Vergès, doctora en microbiología, es la otra representante de Panamá.
La investigación educativa es una disciplina que desarrollan sociólogos, psicólogos, economistas, antropólogos y otros especialistas, afirma De León Porter, quien es doctora en educación con especialización en educación superior y liderazgo organizacional.
La investigación en torno a la educación ha originado una vasta evidencia que genera conocimiento sobre cómo funcionan los procesos cognitivos en el cerebro humano, las relaciones socioemocionales en la interacción con el estudiante, los procesos de liderazgo en las escuelas, etc.
“Los expertos en educación somos especialistas de un campo científico relacionado con un área de la psicología que se ha dedicado a entender cómo los seres humanos aprendemos, qué tomamos de eso, y también nos dedicamos a comprender cuál es la mejor manera de enseñar o facilitar ese aprendizaje. Frenar ese proceso de generación de conocimiento en educación sería tan irracional como frenarlo en salud o biología o cualquier otro campo”, dice la miembro del Sistema Nacional de Investigación de la Senacyt.
En entrevista para La Estrella de Panamá, la también investigadora asociada al Instituto de Investigaciones Científicas y Servicios de Alta Tecnología (Indicasat) comenta sobre sus proyectos y la situación de la educación en el istmo.
El cuarto estudio regional comparativo y explicativo (ERCE) midió los aprendizajes de los estudiantes de tercero y sexto grado en matemáticas, ciencias y español. Estas pruebas están acompañadas por cuestionarios a docentes, directores, padres y estudiantes que colectan información de variables que llamamos “factores asociados”; estos son características, por ejemplo, del nivel socioeconómico de la familia del estudiante, del nivel de formación del docente, o de las características de la escuela de cada alumno. Este estudio desarrollará modelos estadísticos llamados “modelos jerárquicos lineales” o modelos de regresión multinivel para interpretar el efecto en los resultados de las pruebas de los estudiantes de los principales factores asociados medidos por los cuestionarios que acompañan dichas pruebas. Después de crear los modelos, se podrán comparar con los modelos desarrollados para la prueba TERCE (tercer estudio regional comparativo y explicativo) de 2013, y así interpretar cambios a lo largo del tiempo.
El estudio de la relación entre estos factores y los puntajes de las pruebas nos permitirá conocer el impacto que tienen las características de cada estudiante, sus hogares, sus aulas y sus escuelas, en las cuales podamos incidir para mejorar los aprendizajes.
Hace un par de años escribí un artículo de opinión titulado “Sin norte ni brújula, la educación en Panamá” porque en ese momento me preocupaba que las pruebas nacionales e internacionales indicaban que no estamos logrando aprendizajes básicos para nuestros estudiantes. Además, arrojaban que la educación, en general, sigue funcionando como lo hacía hace dos siglos.
Además, me inquietaba también haber identificado que no teníamos claro que lo prioritario es que nuestros estudiantes aprendan, y que para ello lo más importante es el docente y los procesos de enseñanza-aprendizaje que guía, seguido del director y los ambientes de trabajo-aprendizaje que facilita. Mis estudios documentaban que estábamos “sobre enfocados” en temas de infraestructura, ferias y concursos. Por suerte, una investigación más reciente parece indicar que hemos mejorado en eso. Sin embargo, la pandemia por la covid-19 ha llegado a exacerbar la inequidad, y profundizar deudas de aprendizaje.
Ahora me preocupa que un estudio reciente me facilitó evidencia de que nuestros futuros docentes son los estudiantes de ingreso a la universidad que reciben los puntajes más bajos en las pruebas de admisión. Espero que esto nos sirva de motor para proyectos en curso de transformación en la formación inicial docente, que es clave.
Me gusta hacerme preguntas y poder encontrar las respuestas, no las respuestas que yo quiera, sino las respuestas que están ahí afuera, listas para que uno las encuentre, como un explorador que va a descubrir un mundo nuevo. Me encanta sentarme frente a un montón de datos que no dicen nada, que no tienen sentido, y que después de trabajarlos, codificar las palabras de muchos entrevistados, o analizar muchas estadísticas, emergen patrones que de repente “hablan” y te dicen cosas fascinantes.
El estudio “Diagnóstico de género sobre la participación de las mujeres en la ciencia en Panamá”, que realicé junto a Eugenia Rodríguez, Yolanda Marco y Sara Camara, demuestra que lo que Panamá necesita para tener más científicas no es más jóvenes motivadas a estudiar carreras STEM. En el país, más mujeres que hombres inician la universidad, incluso en áreas STEM, a excepción todavía de ingeniería e informática. Medicina, por ejemplo, es ya en su gran mayoría una carrera donde prevalecen las mujeres. A nivel de maestría, las mujeres siguen siendo cerca de la mitad. Sin embargo, al momento de obtener su doctorado e iniciar la carrera científica, las mujeres pasan a ser minoría, y en los niveles más avanzados de la carrera es donde van desapareciendo. Es ahí donde las científicas necesitamos apoyo. Para eso tengo el honor de estar contribuyendo en la Senacyt al diseño de una política pública de equidad de género en ciencia, tecnología e innovación.
Nadia De León Porter es asesora del Despacho Superior del Ministerio de Educación de Panamá, y es también presidenta y CEO de Praxia Educational Consultants, y cofundadora del Centro de Investigación Educativa de Panamá