Estudian deterioro cognitivo asociado al VIH

Actualizado
  • 27/08/2021 00:00
Creado
  • 27/08/2021 00:00
Algunos virus afectan el cerebro, alteran la estructura y el funcionamiento del sistema nervioso central. En personas que viven con VIH esto puede afectar el éxito del tratamiento antirretroviral debido a que puede influir sobre la adherencia al mismo.
Mgtr. Juan Castillo Mewa, Lic. Marggie Rodríguez, Dra. Yaxelis Mendoza, Lía Caballero (pasante) y Mgtr. Carolina González

Investigadores del Instituto Conmemorativo Gorgas de Estudios de la Salud (Icges) y del Centro de Neurociencias del Instituto de Investigaciones Científicas y Servicios de Alta Tecnología (Indicasat AIP) están colaborando en un nuevo estudio con el cual buscan conocer más sobre el efecto que tienen algunos virus en el cerebro.

Los científicos van a reclutar a 181 voluntarios que viven con VIH y otros 181 que son VIH negativos. A través de pruebas neuropsicológicas se determinará el nivel de deterioro cognitivo que el participante tenga y, a su vez, se evaluará la utilidad de tres biomarcadores, si están asociados o no al nivel de deterioro cognitivo identificado por las pruebas neuropsicológicas.

El objetivo de los investigadores es desarrollar métodos de detección temprana en personas que son más susceptibles de ser afectadas en el cerebro por una infección viral. Todo esto sin costo para el participante.

Los procesos mentales que permiten que una persona reciba, seleccione, almacene, transforme y recupere información de su entorno se conocen como funciones cognitivas. Distintos circuitos y sistemas neurales subyacen las funciones cognitivas tales como la atención, planificación, organización, aprendizaje y memoria, lenguaje, habilidad perceptual motora y cognición social.

Dr. Alcibiades Villarreal, Dra. Gabrielle Britton y la Dra. Diana Oviedo, del Indicasat AIT

Las lesiones cerebrales y enfermedades vasculares, el alzheimer, parkinson, el consumo de sustancias y medicamentos pueden causar trastornos neurocognitivos leves o mayores, que pueden impactar la capacidad de la persona para realizar actividades cotidianas, simples o complejas.

Algunos signos de deterioro cognitivo son: dificultad para procesar el pensamiento, incapacidad para tomar decisiones, concentrarse en realizar una tarea y tratar de aprender algo nuevo. Otro nivel de deterioro se caracteriza por una disminución en la capacidad de hacer tareas diarias, como abrir una puerta con la llave o recordar comer y tomar sus medicinas.

Existen virus llamados neurotrópicos como, por ejemplo, chikungunya, zika y el VIH que modifican la dinámica de las células en el cerebro y alteran la estructura y funcionamiento del sistema nervioso central. La infección por VIH puede afectar los dominios cognitivos y esto influye, a veces, en que la persona no cumpla con su tratamiento.

La Dra. Yaxelis Mendoza, investigadora senior del Instituto Conmemorativo Gorgas de Estudios de la Salud (Icges) que lidera este nuevo proyecto, explica que en estudios previos se ha encontrado que algunas personas pueden responder muy bien al tratamiento contra VIH por un largo tiempo, y en otras, la respuesta puede variar. “Mucho tiene que ver el virus que está presente en esas personas, principalmente si está de forma latente en los órganos, y el cerebro, que tiene unas características celulares distintas al resto del cuerpo, es un gran reservorio de virus”.

Al aumentar la cantidad de virus en el cerebro, se desencadenan procesos inflamatorios en este órgano.

No se conoce con certeza cómo los virus penetran el cerebro. En el caso del VIH, la hipótesis más aceptada es que el virus infecta las células del sistema inmune y estas pueden llegar al cerebro como “caballos de Troya” que el sistema inmune no detecta y siguen infectando a otras células, aumentando la cantidad de virus. Esto desencadena procesos inflamatorios en el cerebro. “Algunos de los marcadores que vamos a usar son para tratar de cuantificar el nivel de inflamación dependiendo de la carga viral”, añade la investigadora.

Reclutamiento

Este estudio fue aprobado por el Comité de Bioética de la Investigación del Icges y la participación es confidencial. Al culminar su participación en el estudio, las personas recibirán un informe con los resultados de la evaluación neuropsicológica. Hasta el mes de noviembre de 2021 se estarán reclutando personas de 20 a 39 años y de 50 años en adelante, procurando igual cantidad de personas de ambos sexos y por rango de edad.

Aquellos que viven con VIH deben tener un diagnóstico de VIH positivo mayor a un año y estar en tratamiento antirretroviral.

Si es una persona VIH negativa, debe contar con su respectivo diagnóstico que no tenga más de un mes, o acceder a realizarse una prueba rápida de VIH sin costo. Tampoco debe tener otro virus neurotrópico de manera activa al momento de las evaluaciones. Este es un grupo especial para contar con parámetros basales que permitan hacer estimaciones y comparaciones.

No se aceptarán personas que tengan retraso congénito, que consuman drogas psicoactivas o que hayan sufrido un daño traumático del cerebro, como un accidente vascular, embarazadas, personas que no sepan leer ni escribir, personas con hemofilia, personas con deterioro visual o auditivo significativo, con enfermedades neurodegenerativas, porque estas condiciones afectan los parámetros basales.

Quienes estén interesados en participar en esta investigación pueden enviar un correo a: cognicionviral@gorgas.gob.pa o llamar al teléfono 527-4739.

Impacto

Los resultados que se obtengan de las evaluaciones cognitivas serán importantes para los participantes del estudio porque, si tienen un deterioro cognitivo severo que les hace olvidar su terapia y no son adherentes a los medicamentos, su carga viral va a aumentar, afectando su sistema inmune y su salud general. Al conocer su condición, pueden tomar previsiones, acudir al médico para que les indiquen una estrategia para ayudarlos y evitar, por ejemplo, que esta condición afecte su vida laboral.

“Se puede hacer una intervención temprana conociendo de la afectación cognitiva y, eventualmente, dependiendo del grado (leve, moderado o severo), pueden prever cualquier problema. Es nuestro interés que puedan mantenerse adherentes al tratamiento, para que tengan una baja carga viral, lo cual resultaría en una disminución de la transmisibilidad del virus, traduciéndose en menos personas infectadas y podrían mejorar su calidad de vida y la de sus familias”, comenta la Dra. Mendoza.

A futuro, en una segunda fase, los científicos podrían hacer otras evaluaciones, extrapolar el mismo tipo de pruebas u otras, para diferentes virus que infectan el cerebro.

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