‘Bila Burba’:
la historia de la revolución guna

Actualizado
  • 12/05/2024 01:00
Creado
  • 11/05/2024 18:15
Duiren Wagua, director del largometraje ‘Bila Burba’, comparte las motivaciones y detalles del proceso de producción de la película que, en la última versión del IFF Panamá, se llevó el Premio del Público

A Duiren Wagua lo conocí hace una década, en las montañas de Coclé. Recuerdo verlo tomando un cinco bajo un árbol -¿habrá sido en el gran patio anterior de don Cayetano?-, cargando consigo algún equipo cinematográfico, un poco vencido por el calor y conversando con René Martínez...

Era enero de 2014. René, Duiren y Orgun Wagua estaban filmando el documental Héroe Transparente (está en Youtube), sobre la vida de Victoriano Lorenzo. René le decía a Duiren, le insistía, con esa forma suya tan campechana de conversar: “¡Este pela’o tiene que dedicarse al cine!”. Duiren lo escuchaba, sin mucho convencimiento. Quién lo diría. Diez años ha.

René murió ese mismo día, o al siguiente, o después. Ocurrió en Campo Trinchera. Fue un día triste, durísimo, pero de aquel encuentro quedaron los amigos heredados: los hermanos Wagua, José Rommel, la gran Maricarmen Castillo. Y si cuento todo esto es porque, cuando hace unas semanas supe que Bila Burba, el primer largometraje de Duiren, había ganado el Premio del Público Copa Airlines en el Festival Internacional de Cine de Panamá, mi reacción fue sonreír. Sonreír y recordar esos días de filmación en La Negrita y San Miguel Centro, con los diablos cucuá. Sonreír al recordar la sonrisa de René y el día que, bajo la sombra de un árbol, le dijo a Duiren que debía ser cineasta.

Cuéntame: ¿por qué decidiste hacer una película sobre la Revolución Dule?. A un año de su centenario, ¿piensas que la fecha sigue siendo importante para los gunas?

Fue por la necesidad de contar la historia de mi nación gunadule, una historia que se han negado a contar en las escuelas panameñas. Si la abordan, son solo cinco líneas, sin profundizar en ella. También [quise hacerla] porque los historiadores han querido desprestigiar el gran trabajo organizativo que tuvieron los abuelos y abuelas para llevar a cabo una rebelión en contra de un Estado. Para los historiadores criollos, la Revolución fue apenas “unos indios rebeldes que fueron incitados por un gringo”, pero para nosotros fue una manera de hacernos valer como un pueblo que tiene sus propios pensamientos y que fue guiado por las historias de lucha de nuestros antepasados.

A un año de celebrarse el centenario, cobra más importancia recordar estos hechos y la misión que tenemos para que nuestras próximas generaciones sepan de dónde provienen.

¿Cuánto tiempo tomó todo el proyecto y cuál fue la parte más complicada del proceso? ¿Tenías claro desde el principio lo que querías contar?

Desde un principio tenía en mente filmar en varias comunidades en donde se dieron los acontecimientos que desataron la Revolución, y lo quería contar desde la memoria histórica de los familiares que vivieron estos hechos. Filmamos en Narganá (Yandub), Aggwanusadub, Dadnaggwed Dubbir, Ailigandi y Usdub, y la idea era que ellos nos contaran su verdad, sin pretensiones y sin juzgar su versión de la historia, para ir formando un hilo de muchas voces. Me tomó cinco años culminarla, y durante ese tiempo aprovechamos los meses de febrero o algún viaje a la comarca para filmar o grabar sonidos de ambiente de las comunidades.

Este es tu primer largo. En este sentido, ¿cuál fue el principal reto?

Sí, es mi primer largometraje y el gran reto fue la edición; mantener el hilo histórico. Siempre digo que Bila Burba fue mi graduación como director, porque fue un gran reto, tanto en lo físico como en lo psicológico. Había días en los que no veía el final, pero el apoyo de mi hermano Orgun en la edición fue primordial; él proponía cosas que a veces yo no veía y que complementaron ese hilo histórico.

¿Cuál piensas tú que es el principal aporte de ‘Bila Burba’ en el contexto panameño?

El principal aporte es para la educación panameña. Desde que vengo produciendo Bila Burba no dejo de escuchar a personas decirme: “Esto nunca me lo contaron en mi escuela”. Y es triste escuchar esto porque, en vez de contarnos sobre los hechos históricos ocurridos en Panamá, nos quieren contar otras historias; seguro para mantenernos ignorantes de nuestra propia realidad y de cómo estos acontecimientos del pasado toman fuerza en la actualidad pero en escenarios distintos, como por ejemplo las protestas contra el contrato minero, en las que todo el país defendió sus derechos.

¿Quiénes fueron tus cómplices en el proyecto? Lo pregunto pensando en los que nos contaste hace poco, cuando mencionaste que tu corto ‘Ibegwa’ tiene poesía y música de grandes maestros gunas. ¿Pasó algo similar con ‘Bila Burba’?

Desde las imágenes de archivo que se ven en la película, el diseño sonoro, la música, el color, el arte del poster, el montaje.... En todo estuvieron amigos y amigas que de una manera desinteresada me daban su apoyo. Siempre digo que fue una manera colectiva de trabajar porque detrás hubo mucha gente dándonos su punto de vista sobre cómo seguir. Sin ellos y ellas creo que aún seguiríamos editando.

¿Cuál es tu plan como cineasta con la próxima conmemoración de la Revolución?

Desde ya nos estamos organizando para llevar la película a las distintas comunidades de la comarca Gunayala, y dar talleres de cine en las comunidades que se visitarán para abrir un diálogo sobre las realidades que se están dando en los territorios.

¿Qué puedes decirnos sobre la forma como viven los gunas hoy respecto a las condiciones como vivían en 1925? Me refiero a si piensas que hay problemas pendientes o situaciones que perduran o que se asemejan a las vividas hace casi 100 años.

Desde hace varios años hay una lucha por reintegrar las tierras colectivas que fueron expropiadas a las comunidades tras la creación del Estado panameño en 1903. Es el caso de Nurdargana (región límite entre Gunayala y el distrito de Santa Isabel, en la provincia de Colón), y en donde se ha dado la venta de tierras que han sido reclamadas como parte de Gunayala por distintos dirigentes. Este caso está actualmente en la Comisión Interamericana de Derechos Humanos.

Entiendo que la película ya se proyectó en Amsterdam. Ahora en Panamá. ¿Cuál es el siguiente puerto?

Ya la película tiene varios festivales internacionales en donde se estrenará; pronto compartiremos noticias. Estamos haciendo la ruta de festivales este año para luego volver a Panamá y ver la posibilidad de que la película llegue a las escuelas. Esto es primordial.

¿Qué nuevo proyecto tiene Duiren Wagua y Wagua Films entre manos?

Estamos trabajando en nuestro segundo largometraje documental, Dulemas, que trata sobre la cocina dule y el papel de los cocineros dule en la historia panameña. Lo escribimos en el tiempo de la pandemia y mientras editábamos Bila Burba. Este año lo reescribimos, luego de participar en laboratorios de escritura para mejorar el proyecto, y pronto saldremos a buscar apoyo para la investigación que queremos realizar este año.

El principal aporte [del comumental] es para la educación panameña. Desde que vengo produciendo ‘Bila Burba’ no dejo de escuchar a personas decirme: ‘Esto nunca me lo contaron en mi escuela”.
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