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Bella Vista: personajes ilustres de un barrio exclusivo a inicios del siglo XX
- 06/07/2024 00:00
- 05/07/2024 19:34
Sobre el barrio de Bella Vista y su historia se han escrito innumerables artículos en este y otros diarios de la localidad. A partir del ‘salto’ que darían las élites que residían dentro del Casco Antiguo sobre los barrios obreros hacia Bella Vista y La Exposición surgiría un estilo arquitectónico de “viviendas donde se difundió una especie de arquitectura neocolonial con techos de teja, paredes blancas y portales”, de acuerdo con lo descrito por Eduardo Tejeira Davis en su artículo, ‘La arquitectura del Canal de Panamá: colonialismo, sincretismo y adaptación al trópico’.
La arquitectura bellavistina se materializa con mayor énfasis entre el sector al este del Hospital Santo Tomás y lo que actualmente es el corregimiento de Bella Vista. Dentro de este panorama, el predio rústico conocido como ‘Bellavista’ entre el camino real ‘que conduce a las Sabanas’ y la ‘playa de los Cocales’, surge como un ejemplo de ese proceso de transformación de la vivienda y la vida urbana que va sufriendo la ciudad con la salida de la élite del Casco Antiguo.
De acuerdo con el arquitecto Carlos Rodríguez, en artículo publicado en este diario (La Estrella de Panamá, 10/07/2020), “en octubre de 1911, el propietario de este terreno, José María G. Sierra –comerciante español– vendió la propiedad al inglés William George Gillingham. En mayo de 1914, Gillingham traspasó la finca de 89.0586 hectáreas a la empresa Panama Land and Developing Company representada por Arturo Müller y Eric Barham”. Entre 1914 y 1925 se realizó la parcelación y venta de estos terrenos, que darían origen a un barrio donde se asentaría la élite política y económica de aquella época.
Los documentos de esta finca que aparecen en el Registro Público de Panamá indican que esta sería subdividida al menos unas 72 veces entre mayo de 1914 y abril de 1925, incluyendo como parte de estas transacciones la cesión hecha a la Nación del actual parque Urracá. En total, las transacciones realizadas cubren una superficie de 169 mil metros cuadrados con fincas que iban entre los 400 a los 6.412 metros cuadrados, aunque las compra- ventas más comunes se encontraban en las fincas de 570 (24 fincas), 900 (11 fincas) y 1.000 (7 fincas) metros cuadrados.
Los datos revelan que las fincas de la urbanización, una vez puestas a la venta en 1914, se vendieron como pan caliente. El 55% (37 fincas) de las propiedades segregadas entre 1914 y 1925 se vendieron el primer año, en 1914, y el 33% (24 fincas) en 1915, el 88% en dos años. Entre los propietarios había 37 hombres, 16 mujeres y tres corporaciones. En este sentido es llamativo la importante proporción de mujeres que aparecían como propietarias, siendo incluso una mujer, Esther Ethel Brandon de Einsmann, la que más fincas adquirió, con un total de cuatro.
De los 58 propietarios que aparecen entre los propietarios de las fincas segregadas entre 1914 y 1925 en la urbanización de Bella Vista, los nombres de conocidas figuras políticas son las que primero saltan a la vista. Entre las figuras políticas tenemos a: Carlos A. Mendoza, Ricardo J. Alfaro y Rodolfo Chiari, quienes llegaron a ocupar la presidencia de la República, además de María Ossa viuda de Amador, -esposa del primer presidente de Panamá, Manuel Amador Guerrero-, y quien participaría en la confección de la bandera nacional.
Entre las tres corporaciones que aparecen dentro del listado de propietarios se encuentran, la Panama Land and Development Company, empresa que inició el proceso de urbanización del ‘predio rústico de Bellavista’ y la Continental Banking and Trust Company, que era una institución financiera “conocida como el ‘banco de corredores’ por su colaboración con corredores de Wall Street para expandirse financieramente”. De la Hibert & Discon Incorporated, la tercera corporación que aparece como propietaria en el listado del registro público, no fue posible obtener mayor información.
Entre los propietarios de las fincas del barrio de Bella Vista aparecen algunos que por sus nombres se podría deducir corresponden a extranjeros. Entre estos extranjeros se encuentra Alfred Schaff, ingeniero quien supervisó diversas obras en Panamá, entre las que se encontraban ‘la construcción de un resort de apuestas’ según anunciaba el New York Times el 16 de agosto de 1929.
Otro de los personajes llamativos que adquirieron propiedad en la urbanización de Bella Vista fue Lancelot J. Lipscomb. Lipscomb era un inglés cuya familia había estado relacionada con el servicio militar y la botánica desde el siglo XIX, y quién “navegó a Centroamérica en 1910, trabajando en Panamá, limpiando arbustos para poder plantar plantaciones de cacao y caucho. Lancelot se interesó mucho por la flora local de Panamá y, en particular, por las orquídeas”, según apunta el portal https://irisofsissinghurst.com/ en un artículo bajo el título ‘The Lipscomb family’.
Este mismo artículo continúa señalando que Lancelot Lipscomb logró identificar una especie de orquídea que no había sido identificada con anterioridad en Panamá. Lancelot envío también especímenes de orquídeas locales a su madre en Inglaterra quien a su vez las transfirió al Royal Botanic Gardens Kew Library, donde reposan fotografías, cartas y notas que este escribió de Panamá, y de sus exploraciones botánicas por algunos países como Belice (British Honduras), Brasil y Ecuador.
De todos los personajes que estuvieron relacionados con este proyecto, quizás el de más alto perfil fuese Minor Cooper Keith, norteamericano magnate ferroviario y bananero. Keith estuvo a cargo de la construcción del ferrocarril que uniría San José, Costa Rica, con la costa Caribe. En Panamá Keith fue el constructor del tranvía y también promotor inmobiliario de la finca ‘Bellavista’.
A partir del proyecto de construcción del ferrocarril en Costa Rica, Minor C. Keith logra, en 1872, una concesión que le hace propietario del 10% del territorio del vecino país con el fin de promover la explotación agrícola del banano para exportación. A finales del siglo XIX, Keith “decidió consolidar sus tres empresas en cooperación con el también empresario bananero Andrew Preston y su Boston Fruit Company. El 5 de abril de 1899 nació la United Fruit Company”, según cuenta el sitio web de esta empresa.
Tras 240 años en el Casco Antiguo, la élite panameña se trasladó a Bella Vista, iniciando un patrón de abandono del centro urbano, que se ha repetido en diversas ocasiones, la más reciente con el caso de Costa del Este y Santa María, y que ha resultado en la pérdida del patrimonio histórico y arquitectónico, -y por último de la vida urbana-, ya sea por el deterioro en barrios como San Felipe y Santa Ana, o por demolición y construcción de nuevos edificios de apartamentos y oficinas en Bella Vista. La falta de regulaciones para la protección, conservación y reutilización de estas propiedades es uno de los factores que mayormente ha contribuido a esta situación y sobre el cual es necesario actuar con urgencia.